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Carrizo en su momento más feliz en Boca… (el tiempo pone las cosas en su lugar)

Por Juan Patricio Balbi Vignolo para canchallena

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Federico Carrizo: del exilio en México a primer refuerzo. No era prioridad para Arruabarrena en 2015 y por eso emigró a Cruz Azul, pero Barros Schelotto encontró en él una pieza a su medida, por rebeldía y desequilibrio.

Valentía y decisión. Eso muestra Federico Carrizo a la hora de encarar. Lo hacía en Rosario Central, también en su primera etapa en Boca, donde fue importante para el repunte del equipo en el segundo semestre de 2014, dirigido por Rodolfo Arruabarrena. Valentía y decisión tuvo para volver a Boca a fines de 2015 y pelear su segunda chance. Valentía y decisión fue lo mismo que demostró en Bolivia para agarrar una pelota que quemaba cuando restaban treinta segundos y Carlos Tevez estaba tirado en el suelo, tomándose su pierna derecha. Pachi se acercó al N° 10 -principal candidato a ejecutar el tiro libre-, se agachó, le dijo algo al oído y sin mediar discusión acomodó el balón y tomó una larga distancia. Su zapatazo no sólo le dio el empate a Boca en La Paz ante Bolívar para seguir con vida en la Copa Libertadores sino que también le permitió dar el salto que tanto esperaba: de estar en las tinieblas, pasó a ser el héroe inesperado.

Claro que hubo un intervalo entre sus buenos aportes de 2014 (asistencia de tiro libre para el gol de Magallán a River) y el 3-0 marcado a Emelec este último verano, en el arranque de 2016. En el medio, y tras la eliminación de la Libertadores 2015, el Vasco tomó decisiones ante la superpoblación de delanteros. Así fue que en agosto a Federico Carrizo le tocó un exilio a México. El delantero quería jugar, pero el Vasco no le daba las oportunidades que él necesitaba. Nadie en Boca quería desprenderse de él, a tal punto que más allá que el préstamo a Cruz Azul fue de cuatro meses, los dirigentes le pusieron una opción de compra altísima: 7.000.000 de dólares. "Me voy para jugar, que era lo que no estaba haciendo acá últimamente. No me voy por ningún motivo que no sea tener continuidad y ganar ritmo. Siempre traté de dejar todo", dijo por aquél entonces el ex Central.

Tras el valioso punto conseguido en la altura de La Paz, Carrizo opinó: "Confianza me tenía, sino no hubiera pateado. Ya habíamos hablado con Carlos (Tevez), que quien se tuviera confianza le iba a pegar". El tema de los vaivenes emocionales no es un detalle menor en la carrera del extremo. Más de una vez, incluso siendo titular, reconoció que ese slalom que siendo diestro hacía por la izquierda, gambeteando de afuera hacia adentro, debía terminar en remate al arco y no en centro. "Muchas veces los técnicos me decían que tenía que ser más egoísta, porque tengo condiciones para el remate", reconoce. Esa confianza se vio en Bolivia y también ante Racing, por la Copa. No bien ingresó, casi convierte un golazo, salvado por Saja.

"La actuación que tuvo Carrizo en la altura le sirve a él para ganar confianza y le sirvió al equipo, claro. Aprovechó la chance. Yo les dije a los jugadores que los quiero metidos porque a todos va a tocarles jugar; el que aproveche las situaciones va a jugar más. Carrizo lo hizo muy bien" (Barros Schelotto)

Tan sólo dos encuentros había disputado Carrizo en el año con el Vasco como DT, ambos partiendo desde el banco de suplentes. El primero fue en la derrota por 1-0 ante Atlético Tucumán (reemplazó a Rodrigo Bentancur). Y en la caída 1-0 frente a Racing, en la 5° fecha, cuando ingresó faltando 12 minutos en lugar de Nahuel Molina Lucero.

Con la llegada del Mellizo, el cordobés disputó 12 minutos en el 0-0 ante Racing y en La Paz tuvo su regreso a la titularidad, algo que no se daba desde el 7 de junio de 2015, cuando Boca goleó 4-0 a Newell's por la 15º fecha del torneo local.

Carrizo no se achicó ante la adversidad de los 3600 metros de altura. Pidió la pelota, encaró, trató de desbordar y mostrarse como opción de pase. A veces lo logró y otras no, pero mantuvo la fe hasta el final.

Boca invirtió US$ 2.500.000 por el 60% de su pase a mediados del 2014, cuando el DT era Carlos Bianchi, pero parecería que tendrá una chance real de mostrarse ahora, con la llegada del Mellizo. "Trato de demostrarle al técnico que día a día que puedo ganarme un lugar en la cancha, en las prácticas y cuando me toque jugar. Es positivo cuando uno juega y hace un gol. Pero me pongo contento también por el equipo, que aunque necesitábamos ganar y no pudimos hacerlo, logramos un punto importante por cómo se dio el partido. El empate es un premio al esfuerzo", explicó Carrizo, quien buscará tener continuidad tras seis meses pocos activos.

Carrizo se sintió obligado a irse de Boca, pero en México tampoco encontró el destino esperado. Sólo ocho encuentros -cuatro como titular- en Cruz Azul, que no hizo uso de la opción y este año se reincorporó en el comienzo de la pretemporada al plantel de Arruabarrena, quien había dicho en enero que los jugadores "arrancaban todos de cero".

En medio de la falta de gol (Boca no marcaba hacía 467 minutos), el grito de Carrizo en tiempo de descuento valió más que un empate. Fue una vuelta de página, un boleto de confianza para él y para un técnico (el Mellizo) que puede encontrar en Pachi el primer refuerzo de su ciclo y, además, una identificación instantánea: al fin y al cabo, el Guillermo jugador también tenía valentía, decisión, rebeldía y desequilibrio..

3 goles y 9 asistencias hizo Carrizo de mediados de 2014 a mediados de 2015.

47 pases realizó contra Bolívar, con una eficacia de 78,7%, y recuperó 4 pelotas, según Opta.

Por Juan Patricio Balbi Vignolo para canchallena.com