"Se vota Bombonera SI o Bombonera NO. Lo que hay detrás del estadio nuevo"
Por Leandro Valdés @leandrovaldes12 y Eduardo Eliaschev @edueliaschev |
Les presentamos un proyecto de editoriales y/o columnas de opinión, con el objeto que los socios e hinchas comprendan que está pasando en Boca Juniors
Constará de 4 etapas bien marcadas.
Esta es la segunda: "Se vota Bombonera SI o Bombonera NO. Lo que hay detrás del estadio nuevo"
Por Leandro Valdés @leandrovaldes12 y Eduardo Eliaschev @edueliaschev
En las próximas elecciones se juega mucho más un nuevo mandato dirigencial dentro de la centenaria historia de nuestro amado club. Próximamente, se va a elegir el destino de la Bombonera. Nuestro Mítico Estadio está al borde de la jubilación. O de su ampliación.
Coexisten dos posturas claramente antagónicas: La de los que quieren una obra faraónica o los que quieren la reforma y ampliación de La Bombonera.
Nosotros NO queremos que la Asociación civil sin fines de lucro llamada Boca Juniors, fundada el 3 de abril de 1905, se convierta en Boca Juniors Sociedad Anónima. (ver nota)
Por lo tanto, será ésta nuestra segunda columna al respecto, tendiente a introducir al hincha ajeno al mundillo político sobre lo que creemos será esta multiprivatización del club (las inferiores fueron cuasi privatizadas. Cedieron el patrimonio de Boca por el Museo al Sr. Burzaco y Santa Mónica, un sponsor irresponsable eligiendo los colores de la camiseta de Boca, la entrega de autos que aportó un sponsor cuyo destino se desconoce; ni hablar de ver letras en los pantalones del club como ocurre en el ascenso o un Banco mandándonos a jugar a Córdoba un partido en pleno final campeonato)...
Repasemos un poco: previo a enfrentar a River por la Sudamericana 2014, nosotros -que no tenemos ninguna duda sobre lo que queremos-, habíamos señalado que Boca se jugaba un partido mucho más importante que una llave copera ante el rival de siempre (ver nota). Esto debe ser remarcado toda vez que Beraldi -hasta agosto de este año- quería construir un nuevo estadio. Ahora, ante una posible alianza con Víctor Santa María y Roberto Digon, ha ido modificando su discurso, atento a que se dio cuenta que esta postura es realmente impracticable sin dañar a Boca. Además Beraldi acompañó con su voto –por acción u omisión, según el caso- al oficialismo en casi todas las reuniones de la asamblea de representantes durante el periodo 2011/2015, cosa que le resta muchos puntos para considerarlo oposición, pero en buena hora que -al menos desde su plataforma y variando su discurso-, se sume a ello.
Queremos ser claros: con la Bombonera no se puede ser tibio: Es Sí o No. Una encuesta pasajera no puede cambiar el discurso. Somos contundentes cuando decimos que La Bombonera es Boca y Boca es La Bombonera, en esa frase estamos diciéndolo todo. Eso se llama identidad, pertenencia.
Lejos está de ser esta movida jubilatoria algo nuevo en el Macrismo, vayamos a los antecedentes de este deseo.
En el año 1999, en la edición del 8 de junio de 1999 de la Revista El Gráfico, Rodolfo Cedeira firmaba una nota sobre las elecciones en Vélez Sarsfield. Allí se hablaba de algo insólito: a uno de los candidatos que disputaba las elecciones, Boca le ofreció agrandarle el estadio Amalfitani para compartirlo con el club del cual supuestamente es simpatizante el vice de Boca Moscariello (aunque no lo conoce). Ello fue en plena era privatizadora del año 1999 (ver nota antes mencionada sobre los proyectos en juego, justo cuando la postura gerenciadora de Macri y Miele fue reprobada por los dirigentes de los demás clubes). En el año 2003, Macri fue un paso más allá: quiso construir un estadio nuevo para compartir con River Plate. En ese entonces, Mauricio Macri decía: “La Bombonera le queda chica a Boca". El Diario Clarín aprovechaba la declaración para recordarnos que “La idea de Macri no es nueva. A fines de la década del 90, expresó su deseo de tener una nueva casa, pero en 2003 suplantó esa propuesta por la de construir un escenario único para Boca y River. Aunque, más tarde, reconoció: "La connotación sentimental de lo que es la cancha de Boca y el barrio hacen que sea una decisión que cuesta tomar”. Ya sabemos de los intentos de mudar el club o hacer un nuevo estadio en al barrio de Agronomía (donde se encuentra el enorme predio que incluye el estadio de Comunicaciones), comprar el estadio de Huracán, Deportivo Español, etc. Tras obtenerse la Copa Libertadores 2007, y previo a asumir como jefe de Gobierno, apareció la idea del fideicomiso para construir un nuevo estadio. Solamente resta recordar las reuniones de Angelici con empresarios qataríes para conseguir los petrodólares necesarios para dejar de lado La Bombonera.
Una vez que, encuestas mediante, el Macrismo (PRO) advirtió que los hinchas de Boca no queremos mudarnos de nuestro barrio (precisan de encuestas para corroborar ello, y de paso cobran el servicio los encuestadores), llegó la segunda etapa del cierre y alquiler al mejor postor del Templo. Debían entonces conseguir un terreno en el barrio más lindo del mundo.
Macri estaba al mando del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ameal asumía como presidente de Boca tras una desgracia pública y notoria como fue la muerte de Pedro Pompilio.
Tras el fallecimiento de Pompilio, el Jefe de Gobierno intentó manipular a Ameal, pero de a poco se fue dando cuenta que no podía y, por tanto, ya sabía que no había forma de construir un estadio si Ameal era presidente. A su vez tampoco Ameal podía ampliar la Bombonera sin apoyo de la CD heredada y pese a que la asamblea de representantes había votado por unanimidad la reforma propuesta por la agrupación La Bombonera...Es que si bien la CD la eligió mayoritariamente Macri, a Ameal no lo iba a manejar como ocurrió ante la lamentable salida de Bianchi siendo Angelici presidente (recordemos que a la mañana Angelici -en persona- le dijo al enorme Carlos Bianchi que con Vélez iba a dirigir y que le iban a dar una plaqueta, pero a las pocas horas lo despidió en conferencia de prensa por una supuesta sugerencia del mismo Mauricio Macri o ante una supuesta rebelión de la CD). Por si esto fuera poco, la renovación de Juan Román Riquelme del 2010 habla por sí sola... No en vano fue Angelici vs Ameal en 2011, y se repetirá en 2015.
Entonces pasaron estos hechos: Javier Castrilli (luego miembro del PRO) ya había obligado a hacer plateas (hoy sector K), en su carácter de protegido capataz de la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Subsef). Aparecieron las plateas visitantes en las populares de casi todos los estadios, con rejas divisorias. Ya en julio de 2008, Moscariello y Enzo Pagani (eran legisladores porteños por el PRO), aprueban un proyecto de ley en la Legislatura GCBA -unánimemente aprobado, a decir verdad-. Ese maldito proyecto se convirtió en ley 2801 (sancionada 17 de julio de 2008). ¿Qué decía esa ley? Inicialmente se refería al reacondicionamiento de los estadios a los efectos de obtener una habilitación definitiva de parte del organismo de control del GCBA. En su art. 4º decía que “Los/as representantes legales de los estadios de fútbol tienen un plazo de dieciocho (18) meses contados a partir de la reglamentación de la presente ley para realizar la presentación formal de la solicitud y la documentación para su habilitación definitiva”. Previo a ello, el 6 de diciembre de 2007 se había sancionado la ley 2580, la cual disponía -en su artículo 5°- que “En el caso de los estadios de fútbol que, a fin de adaptar su planta física a los requisitos de los Códigos de la Edificación, de Habilitaciones y Verificaciones y/o de Planeamiento Urbano, deban efectuar modificaciones estructurales de envergadura en razón de haber sido construidos con anterioridad a lo dispuesto en la normativa vigente, la comisión podrá recomendar, por vía de alternativa, la eximición de alguna mejora o requisito, o, en su defecto, la aprobación de alternativas compensatorias o subsistencias, siempre que no se vean afectadas las condiciones de seguridad, higiene y funcionamiento del establecimiento, mediante informe técnico fundado al respecto”. Las fechas de estos hechos siempre son claves.
Trascribo al fatídico artículo 11 de la ley 2801: “Artículo 11.- Al 1º de agosto de 2009 el 75 % de la superficie de las graderías de los clubes que participen en la Primera División A de la Asociación de Fútbol Argentino, deberá estar provisto de asientos individuales según los parámetros establecidos en el Artículo 7.8.1.2.1 del Código de la Edificación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, debiendo alcanzar el 100 % al momento de recibir la habilitación definitiva”. Espero que ahora quede a la vista porque la platea K es platea y como aparecieron las rejas divisorias en San Lorenzo, Vélez, etc.
Afortunadamente para todos, esta ley no se cumplió en los términos que exigía su articulado. Pero fue el puntapié para lo que vino después.
A fines de 2011, Moscariello y Pagani pasan a ocupar un doble rol: continúan a la fecha siendo legisladores porteños PRO y son también vice y mandamás de Boca Social, respectivamente. Olvidaron ese detalle en sus declaraciones juradas al constituir la Fundación Boca Social.
En estos años, la CD hizo lo humanamente posible para no cuidar a la Bombonera (les recomendamos leer (ver nota), por citar a algunas de las columnas ya escritas). O, mejor dicho, a contrario sensu, poco y nada se hizo para que no se la vea inundada, o sin luz en los pasillos y escaleras, baños semi inundados, plateas corporativas semivacías y demás. Y también hubo movida adicional sobre el tema: la injustificable y cambiante política para ver los Boca-River en nuestro estadio. Y eso que fuimos a todos, pero no por ello convalidaremos lo lamentable y mutable de los formatos elegidos (ver nota). Así como buscan crear a toda costa al Riquelme antiejemplo o líder negativo (ídem con Bianchi), no caben dudas que también buscan dividir la gente respecto a nuestra casa: La Bombonera. La muestran como obsoleta, sin recibir el cuidado que merece un Templo Sagrado. Faltaba cerrar la ecuación. Moscariello presenta un proyecto de ley para rezonificar unos lotes ubicados en Casa Amarilla al sólo efecto que allí se construya un estadio. Encontraron el lugar, y ahora pretenderle darle formato legal a su deseo. Modificar el código de planeamiento urbano, una ley local y manos a la obra. Afortunadamente, desde algunas agrupaciones políticas (Juntos Por Boca, Boca es Nuestro, Boca es Pueblo, La Bombonera, insistiendo que con la Bombonera no se puede ser tibio ni oportunista) se gestó una movilización a la legislatura y miembros de dichas agrupaciones tomaron la palabra en el recinto para oponerse. Defendieron al estadio es decir, defendieron al club (vuelvo a citar a esta nota). Allí está todo explicado.
Hoy ya son hechos públicos.
Pero en la legislatura Porteña redoblaron la apuesta. Primero dictaron la ley 5060 (poco tiempo antes del proyecto de Moscariello mencionado en el párrafo precedente, siendo una ley aprobada el 4 de septiembre de 2014, la cual establecía que los plazos del artículo 11 inicial se fijaban para el 30 de junio de 2015), y ahora recientemente sancionaron la ley 5290. Ésta última vuelve a retomar los vencidos plazos de la ley 2801 para eliminar la pasión de los estadios; perdón, las populares. Dice el nuevo artículo 11 de la vieja ley 2801 que: ” Los estadios de clubes que participen en la Primera "A" y Primera "B" Nacional de la Asociación de Fútbol Argentino deben contar, al 30 de junio de 2017 con al menos el 50% (cincuenta por ciento) de la superficie de las graderías provista de asientos individuales; y al 30 de junio de 2019, con el 75 % (setenta y cinco por ciento) de la superficie de las graderías provista de asientos individuales, según los parámetros establecidos en el artículo 7.8.1.2.1 del Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires, bajo la pena de clausura. Se entiende por graderías todas la tribunas y/o estructuras resistentes con alzadas y pedadas o no, con posibilidad de accesos de público espectador y que cuenten o no con asientos al momento de la aprobación de esta Ley. Se admitirá la utilización de asientos individuales de hormigón, PVC u otro material de similar resistencia, cóncavos o de otro tipo, con o sin respaldo, a elección de cada club. Los estadios de clubes construidos con posterioridad a la aprobación de la presente ley, deberán contar con el setenta y cinco por ciento (75 %) de la superficie de las graderías provista de asientos individuales, según los parámetros establecidos en el artículo 7.8.1.2.1 del Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires, bajo la pena de clausura”. Faltaba que diga cuáles son las empresas autorizadas a vender las butacas.
Todos debemos saber que jamás la FIFA exigió que los estadios se conviertan en enormes plateas, pero sí lo recomendó. Asimismo, solamente en la Ciudad de Buenos Aires tenemos una ley tan anti pasión y anti popular como la ley 2801 y sus posteriores reformas o ampliaciones. Racing/Independiente, Almagro o Platense, etc., cuyos estadios están a metros de la Ciudad de Buenos Aires, gozarán de sus populares vivitas y coleando.
Entonces, han dejado armado el entramado legal y administrativo para dejar a La Bombonera como estadio canjeable, listo para convertirlo en estadio commodity multipropósito (recitales, convenciones, museo y demás). Y de paso, construir un estadio nuevo para alegría de las constructoras, hoy ofendidas por el freno de las obras en Ezeiza. La pérdida de identidad, de valores, es irreparable. De eso no tendrán perdón de Dios y mucho menos de la familia boquense que ve minado su futuro y pisoteada su historia.
Pero además hay otro perjuicio, hoy tapado. Hacer un estadio nuevo es dejar a Boca endeudado hasta la médula ósea. Es decir, una sutil forma de darle las llaves del club a inversores privados, quienes, en su carácter de acreedores, querrán ver satisfechas sus legítimas acreencias. No hay que ser una pitonisa griega para anticipar que tal vez las inferiores sean objeto de embargos. Recordemos que en River se pagó la pintura del estadio con el pase de juveniles. Independiente vendió a Ustari, Agüero, Denis y el estadio no se terminó. En River era común hablar del grupo HAZ (Hidalgo, Arribas, Zahari) para la lluvia de contrataciones, siendo común traer uno o dos centrales por mercado de pases. En ambos casos, las barras bravas y una prensa adicta fueron sostenes de esas dirigencias. Lalín fue uno de los principales acreedores en la quiebra de Racing y su gerenciador querellado penalmente, el sindicalista bancario Zanola era miembro del Comité de Acreedores en el concurso preventivo de Huracán. River, Huracán e Independiente se fueron a la B, Racing tuvo su promoción y ley ad hoc para revivir. No queremos más semejanzas con esas realidades y menos sus consecuencias. Boca ya aprendió todo en 1982-83-84.
En una economía tan inestable como la nuestra, con un dólar tambaleante e impredecible, luce casi irresponsable construir un mega estadio. Y mantener dos a la vez también. Y no me hablen de los avales como freno a ello pues son casi inejecutables.
Esperamos que esta columna ayude a concientizar al votante: Parte del Boca S.A. que se viene es endeudarlo, es darle poder a acreedores, o seguir introduciendo lícita y legítimamente a empresarios y empresas al negocio del fútbol. Pasaron o siguen los Fondos comunes de inversión, Museos privados, empresarios en La Candela, y tantos otros ejemplos más.
Se llevaron puesto a Riquelme, a Bianchi, los colores, la historia...Queda la Bombonera, nuestra casa. La quieren convertir en un shopping para explotación de algunos vivos y encima endeudarnos sin solución.
De vos depende que Boca siga siendo Boca o que se transforme en un negocio para que algunos obtengan beneficios de Boca Juniors. O que usen a Boca para otros fines. Vos que tanto necesitás a Boca, ahora Boca te necesita a vos. Vení a votar el 06/12 y fijate bien lo que elegís: como mínimo, tu casa está en juego.
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