Hace 30 años asumía Antonio Alegre en medio de una crisis de característica casi terminal ...
La crisis de 1984 que puso a Boca Juniors al borde de la desaparición |
Hace 30 años asumía la conducción de Boca don Antonio Alegre. Y en medio de una crisis casi terminal, fue el hombre que junto a un grupo de leales directivos y colaboradores salvo a Boca. Este SEÑOR, que con valores Xeneizes y convicciones éticas y morales sobresalientes, condujo la salida del desastre y entrego un club pujante y saludable, debiera ser espejo de dirigentes actuales y futuros. Como hay discrepancia entre textos sobre la fecha de asunción de mando decidimos publicar hoy este documento imperdible y de lectura necesaria sobre la historia de aquellos años…
La historia:
Antonio Alegre sabía que el panorama en Boca Juniors era desolador, pero su amor era tan grande que no se permitiría, en el futuro, haber tenido la chance de ayudar a su querido club y no haber hecho el intento. "No existía la institución, no teníamos plantel. El único jugador que nos pertenecía era Gatti...", recordó una y mil veces Alegre para graficar la situación de la entidad de la Ribera cuando debió asumir.
"Nos tocó compartir un momento muy difícil en el club", rememoró ayer Heller. Y fue verdad. Boca estaba contra las cuerdas, sumergido en una crisis económica y futbolística. El equipo de 1984 tenía a los profesionales en huelga, la Bombonera estaba clausurada y los juveniles entraban en la cancha con una camiseta blanca con números negros pintados en aerosol. No fue lo único. Boca tuvo que salir de urgencia a hacer una gira por los Estados Unidos y Europa. Encima, en el primer partido, por la Copa Joan Gamper, perdió en el Camp Nou ante Barcelona por 9 a 1.
El 6 de enero de 1985, puesto en funciones por el saliente interventor, el Dr. Federico Polak, Alegre asumió la presidencia de Boca. Políticamente el club necesitaba estabilidad. Domingo Corigliano había ganado las elecciones en diciembre de 1983, pero renunció pocos meses después. Lo sucedieron brevemente Horacio Blanco y Cándido Vidales, hasta que el gobierno nacional decidió la intervención vía Polak. El titular de la empresa Alegre Pavimentos, en su momento, había aportado dinero y no había podido ser candidato en 1983 por no tener la antigüedad requerida como socio.
La situación del club era calamitosa. Por la cláusula del veinte por ciento quedaron libres Ricardo Gareca y Oscar Ruggeri. También estaban en conflicto Alves, Berta, Bachino, Vázquez, Córdoba, Sotelo, Mendoza, Randazzo y Porte; casi un equipo entero. "Boca tenía 151 juicios con sentencia, más quince pedidos de quiebra. Estaban embargados hasta los escritorios y los trofeos. No había nada de nada", recordó alguna vez Alegre.
Pese a la gran cantidad de obstáculos, Alegre logró controlar la situación financiera y sobrellevó los grandes problemas económicos, hasta que en 1991 vendió la Ciudad Deportiva por una cifra superior a los 21.000.000 de dólares. En lo futbolístico peleó con River (por quedarse con Ruggeri y Gareca) una indemnización de 100.000 dólares más los pases de Julio Olarticoechea y Carlos Tapia. Y al plantel, nuevamente dirigido por Alfredo Di ?Stéfano, se sumaron Rubén Gómez y Alfredo Graciani (ambos de Atlanta), Enrique Hrabina (San Lorenzo), José Luis Brown (Atlético Nacional, de Medellín) y Marcelo Aldape (Temperley).
El 7 de diciembre de 1986, Alegre fue reelegido presidente de Boca hasta 1989. Su lista obtuvo 3593 votos y aventajó por 83 a la que postulaba a Alberto J. Armando. Pero el 13 de diciembre de 1995 perdió con Mauricio Macri y dejó su cargo. Hizo un intento de regresar en diciembre de 1999, pero Macri lo venció con más del 80% de los votos.
Entre sus éxitos deportivos se destacan la conquista de la Supercopa en 1989, la Recopa Sudamericana en 1990, la Copa Master en 1992, el torneo Apertura 1992 y la Copa de Oro Nicolás Leoz, en 1993. Su mayor acierto fue la contratación de Oscar Washington Tabárez como DT, con quien rompió el maleficio de once años sin vueltas olímpicas en el ámbito local. Durante su gobierno, además, se compraron los terrenos de Casa Amarilla, que se pagaron con obras para el barrio.
Fuente La Nacion
La crisis del 84 y la presidencia de Antonio Alegre
Dentro de la lista de años oscuros en la historia de Boca, hay uno que gana por afano: 1984. Año que quedó marcado como el año del fibronazo, mención bien ganada por las camisetas de entrenamiento con números pintados a marcador frente a Atlanta en la Bombonera. Pero sacando ese domingo 8 de julio, hubo otros 365 días que fueron tan o más penosos que ese y dieron forma a un año con una crisis política, económica y deportiva sin precedentes en la historia del club. Una especie de Racing pero por un año. Así que lo que se viene a continuación es una avalancha de nombres y apellidos que hicieron lo suyo (?) para poner a Boca al borde del abismo apenas tres años después de tener un verdadero dream team y seis después de salir campeón del mundo por primera vez. Vamos a ir en estricto orden cronológico, para que nadie se enoje (?).
.
En los comicios del 11 de diciembre de 1983, el “Frente Único Orden y Progreso” con la fórmula Corigliano - Orgambide ganó con 2.609 votos sobre los 2.293 que obtuvieron los candidatos de la “Agrupación Bombonera”, Oscar Pastor Magdalena y Pablo Abbattángelo. Totalmente fuera de la conversación quedaron los “Dale Boca”, Luis Conde y Pablo De Zorzi, con 611 votos.
El arranque en el llamado Metro fue lapìdario. Boca recién ganó su primer partido en la fecha 9, cosa que obviamente le costó la cabeza al Zurdo López. La victoria fue frente a Unión, con Dino Sani como nuevo técnico y en la ansiada reapertura de una Bombonera parcialmente habilitada. Para que sea una tarde completita, llovió (?) y el gol fue casi en tiempo cumplido y de rebote tras errar Porté un penal en el arco de Casa Amarilla. El nuevo rumbo pareció reafirmarse a la semana siguiente ganando también sobre la hora en cancha de Temperley. Pero nada que ver. Ya se venía flor de maroma (?).
A mediados de junio empezó a cocinarse el caldo gardo que desembocaría en la huelga del plantel profesional y la aparición de la cuarta división con las camisetas blancas frente a Atlanta. Para no perder el hilo de interminables idas y vueltas es necesario ir prácticamente día por día. Ahí va (?).
Corigliano se atrincheró en la sede del club y le pidió a Cóppola un último intento para frenar la huelga. Cóppola dejó una rendija abierta al responderle “...está bien Mingo, pero vos conseguime unos cheques por el total de la deuda para depositar el lunes o martes. Un par de días te aguanto...”. Los más optimistas hablaroan de un inicio de solución. Pero nada más lejos. La bomba explotó a última hora de ese sábado cuando recién salido de la reunión con Cóppola, Corigliano envió nuevamente telegramas intimando a los jugadores para que se presenten sin falta en la sede del club a las 22 horas. Esto fue tomado como una mojada de oreja y la incipiente chance de salvar el problema se cayó definitivamente.
A las 21 los jugadores se juntaron en el departamento de Cóppola en Barracas. De ahí se fueron caminando al club. Llegaron a las 22.15. Se reunieron con Corigliano quien fue a los bifes y decidió romper el hielo preguntando por qué habían tomado una decisión tan drástica. Cóppola respondió en nombre del plantel explicando los motivos y Corigliano terminó de embarrarla diciendo que él no pensaba negociar bajo presión. Los jugadores inmediatamente se levantaron y abandonaron el club. El destino fue nuevamente el departamento de Cóppola. Estuvieron hasta las 4 am esperando los coletazos que, obviamente los hubo y de tamaño extralarge. Por ejemplo a la 1.30 cayó un auto con El Abuelo y otro señor (?) para saber bien qué es lo que estaba pasando y de paso (?) pedir explicaciones. La barra entendía el conflicto y en principio apoyaba la postura de los jugadores, no sin antes explicar (?) que nadie estaba por sobre la camiseta de Boca. Ni los jugadores, ni el presidente.
El domingo 8 de julio Boca salió a jugar contra Atlanta formando con Walter Medina, Javier Franco, Manfredi, Dos Santos, Jorge Latorre, Tessone, el Flaco Fornés, Peruchena, Denny Ramírez, el Tuta Torres y Vales. El DT fue Gonzalito, mientras que el de Atlanta fue un joven pero ya profesor Habegger.
Mientras las obras de remodelamiento de la Bombonera se suspendían ante rumores de hechos de corrupción a su alrededor, el grupo de Los Notables empezó a pisar fuerte dentro del club. Pero ¿quiénes eran estos tipos exactamente? Eran gente que había estado en la política de Boca pero también había comerciantes, empresarios, industriales y políticos de reconocida raigambre boquense. A saber: el Puma Armando, Antonio Alegre, Luis María Bortnik, el general Delfor Otero, Antonio Cafiero, Carlos Heller, Juan Carlos Rama, Emilio Perina, Fernando Miljans, Jesús Asiaín, Oscar Magdalena y Miguel de Riglos.
Con un plantel que había entrenado una sola vez en los últimos 15 días Boca salió ese domingo 22 de julio a jugar contra Instituto con una sola consigna: dejar la vida. Desde el vamos, los jugadores sabían que había mucha gente que los apoyaba pero mucha que no. Así que la premisa fue ir a trabar con la cabeza (?) para por lo menos acallar las inevitables recriminaciones.
El viernes 24 de agosto, a las 15.20, en la mesa de entrada de Tribunales se dejó una cédula de notificación que decía “Fíjase la fecha de subasta del estadio del Club Atlético Boca Juniors para el día 7 de septiembre de 1984 a las 14 horas”. Tanto los que se lo veían venir, como los que se desayunaron con la noticia recibieron la bomba como lo que era: un verdadero desastre.
Pese a que la mayoría de los hinchas se resistían a creer un escenario de esa magnitud, los hechos que se sucedían parecían confirmar los presagios más oscuros. El miércoles 5 de septiembre a las 11 de la mañana, se presentó una Comisión Municipal en la Bombonera. Desalojó a treinta chicos que se encontraban en una guardería infantil y a unos veinte empleados que estaban dentro del club. Cerró las puertas, puso fajas y clausuró totalmente el estadio de Boca. La orden provino del doctor Edmundo Sammartino, director general de la Policía Municipal, que dijo "...Boca estaba realizando obras de reparación bajo la responsabilidad técnica del ingeniero Juan María Cardone. Esas obras se interrumpieron, la empresa que las llevaba a cabo retiró los apuntalamientos y el ingeniero Cardone se desligó de su responsabilidad. Ante esa circunstancia, no quedaba otra alternativa que clausurar el estadio y en su totalidad, porque quiero ser claro: yo no diría que hay peligro de derrumbe pero nadie se anima a decir que no lo hay. Para ser sinceros, la posibilidad está...".
El tesorero Héctor Martínez Sosa: "...si Corigliano vuelve, yo me voy. Entiendo que se acabó el tiempo de los que se servían de Boca, ahora es el tiempo de los que llegan para servir a Boca. Con Corigliano no tengo problemas personales. Es una cuestión de dirigente a dirigente. En ese terreno, no quiero que compartamos nada. Y hay algo más: en este mes y medio que no estuvo, el déficit se ha reducido cerca de 45.000.000 de pesos...".
Carlos Heller, el secretario de actas de la Comisión de Notables: "...cuando se alejó Corigliano, la situación de Boca era de una crisis total, y no solamente económica: el plantel dividido, los empelados en huelga, el tesorero con la renuncia presentada al igual que otros dirigentes. ¿Qué posibilitó su alejamiento? Que se acercaran todas las agrupaciones y todas las personas que hasta entonces veían imposible sentarse en su misma mesa. Que se presenten proyectos que significan aportes genuinos capaces de revertir esta situación financiera. Y si vuelve este señor, todo esto puede frustrarse. Si como él dice quiere tanto a Boca, debe concretar lo que anunció. O sea convertir esa licencia en renuncia definitiva. Él lo condicionaba a que el club encontrara soluciones, y yo puedo asegurar que hoy la situación es mucho mejor que hace un mes y medio atrás cuando él era presidente. Yo creo que Corigliano ya cumplió con su promesa electoral: dijo que iba a unir a todos los boquenses y lo consiguió. Unió a todos, pero en su contra...".
Alberto J. Armando: "...no habrá remate de la Bombonera ni ahora ni más adelante. Si Boca no tiene la plata, la pongo yo de mi bolsillo. En ese aspecto no habrá problemas. En cuanto a Corigliano, si él regresa yo me voy y conmigo casi todos los Notables...".
A esa altura lo que se neceitaba en forma urgente eran 600.000 dólares, una cifra que si hoy día parece (?) guita, en aquel entonces era una fortuna inimaginable para la realidad de Boca.
El caballito de batalla de Corigliano y de los pocos allegados que le quedaban, era que Los Notables se habían unido para juntar ese efectivo pero no lo habían logrado ya que a comienzos de septiembre la cifra que habían logrado reunir era de apenas (?) 90.000 dólares. Plata conseguida casi en su totalidad por el señor D'amico, un allegado a Los Notables que había logrado vender publicidad para la camiseta. A eso se sumaron 1.000.000 de pesos puestos por Armando y 1.500 dólares del bolsillo de Oscar Magdalena. El plan "1.000 por 1.000" iba algo más lento de lo previsto con apenas unos 200 socios comprometidos a participar.
Mientras tanto, en una reunión de CD en las oficinas del estadio, Martínez Sosa dio un informe económico que daba fe de la realidad del club. Y mientras algunos dirigentes adeptos a Corigliano intentaron relativizar la gravedad de la situación, desde el fondo, donde estaban los representantes de los socios, se sumaron algunos chiflidos y abucheos. Entonces el tesorero decidió levantarse e irse en señal de protesta. Pero algunos socios lo siguieron y uno de ellos, después se supo que fue el socio vitalicio 6026 dueño de una cantina, lo increpó al grito de "...usted le está haciendo mal al club. Cállese la boca y no hable mal de Corigliano eh...". Acto seguido lo sacudió (?) con puño cerrado a la cara. Martínez Sosa rodó, se levantó y se fue derechito a la 24 a hacer la denuncia. Ya se manejaba la versión de que Corigliano había contratado gente (?) para defender su gestión a capa y espada. De hecho Martínez Sosa lo blanqueó sin pudor, aunque cuidándose muy bien de nombrar a Corigliano: "...si ese individuo que me pegó es matón o delincuente, lo es aún más quien lo mandó a hacer eso...".
.
Se evita el remate de la Bombonera en forma agónica
El viernes 7 de septiembre a las 9.45, unas cinco horas antes de la hora pactada para el remate, Cándido Vidales, presidente interino en ejercicio, y Juan Carlos Rinaldi, dirigente mano derecha de Corigliano, depositaron en el estudio del demandanrte, Dr. Francisco Retondo, dos de los seis millones de pesos que el club tenía que pagar en la causa seguida por el señor Juan Carlos Silva. Ese anticipo suspendió agónicamente el remate de todo el terreno que iba desde la tribuna de Casa Amarilla hasta las vías del tren donde estaban la pileta, varios quinchos y la playa de estacionamiento.
Pero por supuesto que los tiempos seguian apremiando ya que Boca debia cancelar la totalidad de la deuda de la siguiente manera: poner 1.000.000 pesos antes del 17 se septiembre y lo que restara antes del último día hábil del mes en curso. Una quimera. Boca debería mendigar en AFA y Gobierno Nacional toda la ayuda posible. Y eso, con un Corigliano quemado de pies a cabeza era prácticamente imposible.
El bochorno de la gira
Entre el 15 de agosto y el 23 de septiembre Boca estuvo sin jugar partidos AFA ya que andaba por Europa primero y América del Norte después, dando lástima de gira. En ese lapso jugó 11 partidos amistosos en los que pasó de todo. Hubo triunfos interesantes como al Aston Villa, Niza o Panathinaikos. También hubo situaciones insólitas como las vividas frente el Atlas de México, donde ante la falta de jugadores se improvisó con el Loco Gatti de delantero y hasta se recibió la propuesta del empresario Jose Maria Minguella para hacer jugar por un partido a Mario Alberto Kempes con la camiseta de Boca para ser observado por los Lazers, un equipo de Indoor Soccer, que quería verlo en acción antes de contratarlo. Y hubo lugar, imposible hacerse el boludo, para puñaladas en el corazón como el 1-9 del Barcelona. Ese 21 de agosto en el Nou Camp, minutos después de la paliza, una comitiva de dirigentes luchaba para seguir consiguiendo amistosos y que no se cayeran los que ya estaban pactados.
El cierre de la gira fue con una noticia que cayó pésimo en los jugadores. Domingo Corigliano retomaba oficialmente sus funciones de presidente el 17 de septiembre.
.
A los botes (?): Corigliano reasume la presidencia
El lunes 17 de septiembre Corigliano reasumió la presidencia en un breve acto en el vestuario lindante a las canchas de tenis de la Ciudad Deportiva de Boca. ¿Por qué no lo hizo en la Bombonera? Porque seguía con fajas de clausura en todos sus accesos.
En el acto, llamativamente, estaba Héctor Martínez Sosa, el tesorero que había renunciado a su cargo y al que habían agredido tras una reunión de CD. Cuando lo consultaron sobre su presencia, de paso hizo una denuncia: "...en las últimas horas recibí varias amenazas telefónicas. Alguno llegó a decirme que peligraba mi vida si me acercaba a la Ciudad Deportiva. Estoy aquí para demostrarle a ese cobarde que a mi no me amedrenta nadie. Yo renuncié a mi cargo de tesorero en forma indeclinable. Lo único que quiero ahora es la felicidad de Boca y que la suerte acompañe la gestión de Corigliano...".
Días más tarde y demostrando el nivel de credibilidad que había entre los dirigentes, Martínez Sosa solicitó ante el juez civil Rodolfo Whithaus una inspección contable en las oficinas del club. Motivo que obligó a la Municipalidad de Buenos Aires a levantar la clausura de la sede por unas horas. Se hicieron los peritajes y nuevamente pusieron las fajas: "...lo que pretendo es que quede perfectamente registrado mi paso por el club, para evitar sorpresas posteriores...". Martínez Sosa se cubría por todos lados.
Con los números apretando cada vez más, empezaron a surgir afiebradas ideas como la de Osvaldo Rinaldi, abogado, vocal de la CD y hombre de Corigliano: "...algunas noticias dicen que voy a ser el tesorero en lugar de Martínez Sosa. De ninguna manera, aunque me lo pidan de rodillas. Yo sólo voy a presentar un plan para enfrentar los problemas económicos de Boca: serio, real, legal. Cuando una empresa cualquiera tiene estas asfixias económicas, hay que recurrir a una convocatoria de acreedores. El criterio de que es indigno, de que es una mancha en la historia de Boca me suena como una tremenda pavada...”. De más está decir que semejante propuesta no hizo otra cosa que dividir las aguas abismalmente entre una dirigencia que se quedaba cada vez más sola y todo el arco opositor político, más Los Notables, los jugadores y los hinchas.
Nuevo conflicto jugadores vs dirigentes
Tras el 1-1 con el Calamar usando una formación de emergencia, un dirigente blanqueó brutalmente el escenario: "...espero que esta negativa a jugar sea exclusivamente por un tema físico. Este martes les vamos a pagar el mes de agosto pero por las primas van a tener que esperar. y como se las pagamos en negro no las pueden reclamar judicialmente. Espero que no cometan la tonteria de ir a un conflicto con el mes de agosto cobrado porque les va a ir muy mal. Si es necesario vamos a jugar con los pibes hasta fin de año. Estos días que vienen van a todo o nada. Aquí no hay empate. O nos cortan la cabeza a nosotros o nosotros se las cortamos a ellos. ...".
Cuando lo consultaron a Cacho Córdoba al respecto, las esquirlas volaron para todos lados: "...¿por qué Corigliano no vino a recibirnos a Ezeiza? ¿Por qué no viene al vestuario después de los partidos? Por algo no nos quiere enfrentar. Nosotros tenemos montones de pruebas y testigos para demostrar que es un mentiroso. Sé que en cualquier miomento me van a cortar la cabeza, pero me la juego proque hace once años que estoy en Boca y lo quiero de verdad...".
Tres días después del empate con Platense hubo fecha entre semana. Los jugadores amenazaron nuevamente con otra huelga y no presentarse, pero a último momento cambiaron su postura y salieron al campo de juego la noche del miércoles 26 de septiembre frente a Talleres en cancha de Vélez. Una noche muy recordada porque la barra perdió definitivamente la paciencia cuando vio tirar un penal a Gareca varios metros desviado y le dedicó un tremendo cantito que fue tema de conversación por muchos días. Con música de “Mambrú se fue a la Guerra” la cosa (?) decía así: “Gareca tiene cáncer, se tiene que morir...”.
A esa altura, Orgambide se rajaba de la vicepresidencia y los jugadores volvían a ponerse firmes con la puesta al día del tema sueldos. Ya no estaba Martínez Sosa para poner paños fríos y la negociación se trabó de arranque nomás. Como muchos de los dirigentes que prometieron los pagos ya habían renunciado, los que quedaban como Rinaldi y un par más decían desconcoer las viejas promesas. En resumen, un caos mayúsculo.
.
Boca se queda sin plantel profesional
El conflicto entre jugadores y dirigentes llegó a un punto casi de ciencia ficción. El 11 de octubre, 16 jugadores enviaron un telegrama al club declarándose en libertad de acción de acuerdo al artículo 15 del convenio de Futbolistas Argentino Agremiados. Eran Stafuzza, Balerio, Randazzo, Stocco, Otero, Di Natale, Pasucci, Hugo Alves, Córdoba, Matabós, Porté, Berta, Vázquez, Sotelo, Krasouski y Mendoza.
Otros jugadores elijieron un paso intermedio pero que en la práctica era igual de rígido: Enviaron un telegrama en el que decían suspender sus prestaciones para con el club, cosa que podían hacer según el artículo 10 del mismo convenio: Este grupo era el de Mouzo, Sánchez, Segovia, Bordet, Abdeneve, Dykstra, Giachello y Mario Alberto.
En resumidas cuentas, ese 11 de octubre Boca se quedaba de golpe y porrazo sin plantel profesional y con el agua al cuello de cara a su partido con Ñuls del domingo 14. Esa jornada, Boca recibió a la Lepra en cancha de Vélez poniendo nuevamente a la cuarta división. A saber: Walter Medina, Schinocca, Dos Santos, Fornés, Latorre, Valente, Sisca, Angarola, Guerrini, Galarza y Vales. Los pibes pusieron todo, pero la derrota con dos goles de Ñuls sobre el final fueron un duro golpe y podría decirse, el acabóse para los denominados cabecillas del plantel. Porque se pasó de escuchar insultos comunes (?) a Ruggeri y Gareca en el primer tiempo, a ver la cabecera de Juan B. Justo llena despidiendo a los pibes con aplausos pero dejando a grito pelado un cántico que sería estandarte por varias fechas: "...ole le, ola la, a esa camarilla la vamos a matar...".
Corigliano y su última jugada: La convocatoria de acreedores
No hace falta decir que la situación era insostenible por donde se la mire. A esa altura, el que también amenazaba con hacer juicio si no le pagaban era el DT Dino Sani, así que a los pibes los dirigía interinamente Marito Zanabria. Y deportivamente hablando, la apuesta salió pésima ya que vino una seguidilla tremenda con más derrotas frente Unión 0-3 y Temperley 1-2.
Los pocos dirigentes que apoyaban a Corigliano presentaron la renuncia. Debilitado, sin consenso y prácticamente solo intentó una última y desesperada maniobra. El 31 de octubre, Corigliano anunció la convocatoria de acreedores: "...la convocatoria de acreedores es una solución, podemos ganar tiempo hasta abril y juntar la plata. Si algunos me acompañan se arregla todo: también tengo otras ideas muy valiosas...".
En realidad la convocatoria fue una idea surgida de Juan Carlos Rinaldi, el último de los dirigentes que se quedó firme bancando a Corigliano cuando al Titanic ya le entraba agua por todos lados. Así y todo, 24 horas después del anuncio y viendo que absolutamente nadie daba muestras de apoyo, el mismo Rinaldi le aconsejó al presidente: "...mirá Mingo, una convocatoria de acreedores necesita respaldo político y gente muy capaz para llevarla adelante. Esto no va más...". Corigliano entendió la indirecta y elaboró su renuncia indeclinable ese mismo 5 de noviembre de 1984, no sin antes disparar munición pesada contra Los Notables: "...seguro que esa gente fue a las mesas de dinero y metieron al club en una bicicleta de la que no podrá salir nunca más...". Flor de caradurismo de un tipo que en 1981 le prestó a Boca pesos argentinos, le hizo documentar la deuda en dólares y terminó haciendo un negocio a través de una financiera con juicios, embargos y hasta pedido de remate al club.
.
Logística y consenso para la reconstrucción
No había dudas que pese a la nefasta realidad futbolística, la cosa pasaba por reconstruir a Boca institucionalmente logrando unidad política. Ahí fue cuando asomó un joven Carlos Heller, secretario de actas de Los Notables, quien tomó la palabra "...aquí no se trata de que venga alguien con un millón de dólares en el bolsillo. La situación se va a rrefglar cuando haya credibilidad. Este es un momento tan grave que prácticamente ya no hay tiempo para equivocarse y menos para soportar el chanterío...".
Los tres hombres apuntados para agarrar las riendas fueron desde el vamos Alberto J. Armando, Antonio Alegre y Héctor Martinez Sosa. Se caía de maduro que uno de los tres sería el designado para encabezar una lista única en las no muy lejanas elecciones que ya se veían venir.
Al Puma Armando le jugaba un poco en contra el entorno familiar que le aconsejaba no agarrar y cierta identificación con gobiernos militares. La vuelta de la democracia daba sus primeros pasos en la Argentina y a nadie se le escapaba un detalle: Armando no gozaba de buenas relaciones con Grondona ya que cuando asumió Don Julio como presidente de la AFA, el único voto en contra que tuvo fue el de Armando. Cosas que un Grondona jamás olvida.
En cambio Alegre era muy allegado al mismísimo presidente de la Nación, el Dr. Raúl Alfonsín. Sin dudas, Alegre parecía ser el hombre indicado ya que Boca debía entrar con el pie derecho y hacer más que buenas migas tanto con el Gobierno Nacional como con la AFA. Alegre parecía no estar muy convencido ya que sus cargos de director del Banco Nación de Argentina y Presidente del PAN en la Provincia de Buenos AIres, le restaban tiempo: "...Boca necesita un hombre con más tiempo. Yo voy a ayudar desde un segundo plano...".
Recién ahí aparecía con algo de chance Héctor Martínez Sosa, quien iba a contar, llegado el caso, con el respaldo politico del mismo Antonio Alegre.
.
La hora de Antonio Alegre
El viernes 9 de noviembre en una trascendental reunión política, se firmó un acta:
"En Buenos Aires, a los 9 días del mes de noviembre de 1984, en la sede del Club Atlético Boca Juniors, Brandsen 805, se reúnen la totalidad de los integrantes de la Comisión Directiva Horacio Carlos Blanco, Roberto Andrés Maver, Mario Gramigña, Miguel Careris, Juan José de Turris y Clemente Alberto Peralta, y los representantes de las agrupaciones políticas del club: Pablo Abbatángelo por La Bombonera, Jesús Asiaín por El Boquense, Luis María Bortnik por Resurgimiento Boquense, Cándido Vidales por Frente Único Orden y Progreso, Mario Malara por Azul y Oro, Pedro Wiolanik por Dale Boca, José Zulcovsky por Boca La Causa y Juan Sesín por Arriba Boca.
Abierto el acto y en uso de la palabra el señor Horacio Carlos Blanco, vicepresidente en ejercicio de la presidencia, informa sobre la situación que atraviesa la institución y considera que ante la gravedad de la misma, la única salida es solicitar la intervención del club. Las agrupaciones presentes y en atención a los argumentos expuestos en consideración manifiestan su adhesión a la solución propuesta por el señor Blanco firmando al efecto todos los presentes".
Esa misma noche tras firmar el acta, todo el arco político boquense se dirigió al restaurante "La Posta de Antonio" en Barracas. Allí hubo algarabía por dar el empujón final a la gestión Corigliano y se eligió finalmente como figura representante a Antonio Alegre. Las primeras palabras de Alegre, quien se ponía al frente para tratar de dar vuelta una situación con estadio clausurado, personal en conflicto, plantel en huelga y un escalofriante pasivo de cuatro millones de dólares, fueron: "...ahora tenemos que ponernos a trabajar todos juntos y en serio, cuanto menos se hable mejor...". Mucho de sentido común.
¿Quién era Antonio Alegre en ese momento? Un hombre de 61 años y con apenas cinco de antigüedad como socio de Boca, un tema que le había impedido presentarse a las elecciones de fines de 1983 que ganaría Corigliano. Alegre había aparecido en la vida política de Boca allá por 1980 cuando, con un perfil muy bajo, aportó plata para pagarle el contrato al Tano Pernía. Un año más tarde se había convertido en uno de los pilares más fuertes de la operación Maradona. Pero no se quedaría sólo en ese tipo de aportes en épocas de vacas gordas. Cuando asumió Corigliano y ya con el club sumergido en plena crisis, Alegre fue a ver al nuevo presidente de Boca y puso de su bolsillo 630.000 dólares sin hacer ninguna publicidad. Y aceptó que esa deuda fuera documentada con vencimientos a 1985/86, un enorme gesto que demostraba su buena voluntad. Un hecho del que jamás haría publicidad pero que saltaría cuando se molestó mucho al enterarse que Corigliano le hacía juicio al club por mucha menos plata.
Presidente de la empresa constructora Alegre Pavimentos S.A. y amigo del por entonces presidente de la Argentina, el Dr. Raúl Alfonsín, Alegre era hombre de peso en la UCR. Un dato para no dejar de lado a la hora de entender por qué fue el elegido. Boca iba a nnecesitar ayuda concreta de las altas esferas. Es más, cuando la idea de que Boca fuera intervenido tomó cuerpo, desde el gobierno nacional le aconsejaron a Alegre que todos los dirigentes firmaran el acta pidiéndola.
Lo concreto es que la credibilidad intachable de la que gozaba Alegre puertas adentro y afuera del club, y que no tenía ni por asomo Corigliano, eran una excelente carta de presentación para que Boca empiece a solucionar los conflictos que tenía a todo nivel.
.
Boca Juniors es intervenido
Mientras oficialmente en la CD quedaban solo seis miembros, que para colmo fueron amenazados de muerte, una clara sensación de acefalía reinaba en el club. Y la situación exigía medidas urgentes. Por tal motivo Boca Juniors fue intervenido el 29 de noviembre por el gobierno nacional de Alfonsin.
Pero cuando todos esperaban que se nombrara como interventor a Carlos Bello, político de peso en la UCR y especialmente en el barrio de La Boca, el elegido fue Federico Polak, abogado fanático hincha de Racing. Sus primeras palabras fueron "...todos los jugadores serán transferibles. Anuncio conscripción extraordinaria de socios, búsqueda inmediata de DT y vamos a tratar de llegar a un acuerdo con la empresa constructora para que vuelva a colocar y no saque más los apuntalamientos en tres pórticos del estadio...".
La parte futbolística, a esa altura casi lo menos importante, se convirtió en un penoso calvario. Derrotas por goleada en seguidilla con River (1-4), con Argentinos (1-5 haciendo de local en el Bosque platense) y ante Vélez 0-3, aquí ya con la reaparición del equipo titular totalmente falto de fútbol y por qué no de vergüenza.
Polak junto a las agrupaciones políticas, consensuaron como fecha de elecciones el 27 de enero de 1985. El 20 de diciembre de 1984 se reunieron todas las fracciones políticas boquenses y llegaron a un acuerdo para elaborar una lista única encabezada por Antonio Alegre. Estaba todo dado para que finalmente el 2 de enero de 1985 sea entregado el club en manos de un nuevo presidente.
Los últimos partidos dejaron algunas alegrías, a tono con el aire de renovación que llenó de optimismo al club. Un 5-0 a Atlanta y el triunfo que mandó al descenso a Central en cancha de Huracán. Y el cierre fue ganándole nada menos que al Independiente campeón del mundo en Avellaneda.
.
Por fin se termina 1984
Tras reunirse con la futura dirigencia de Boca, el 26 de diciembre el interventor mandó un telegrama a 18 jugadores para renovarles el contrato. Entre ellos estaban incluidos Gareca y Ruggeri quienes fueron los únicos dos que decidieron no aceptar el ofrecimiento. Es más (?), el 2 de enero se presentaron con Cóppola en Futbolistas Argentinos Agremiados para avalar su decisión. Se intuía un desenlace sangriento (?).
Polak se fue con la casa más o menos en orden el 4 de enero de 1985 y Alegre tomó oficialmente las riendas del club. No habría terminado de sentarse que ya le pusieron sobre la mesa la bomba de Gareca y Ruggeri. Sin embargo, Don Antonio se mostró optimista y creyó que su figura y los aires de renovación que trajo al club podrían hacer cambiar de opinión a los dos jugadores. Pero es sabido que no fue así. El 6 de enero los futbolistas se presentaron nuevamente en FAA y días más tarde se finiquitó todo. Tras una extensa reunión con Santilli, Alegre acordó el pase de los ídolos (?) de Boca a River a cambio de Tapia y Olarticochea más 100.000 dólares. Lo peor ya había pasado y era la hora de ponerse de pie y empezar a caminar de nuevo en un 1985 lleno de esperanza.
Agradecemos a Juan Manuel Ferreyra de "Imborrable Boca" por el aporte de dicho material y permitirnos publicarlo.La era Alegre
Comencemos por el recuerdo. pero el recuerdo del club: camisetas pintadas con marcador, un club acéfalo que fue comandado por personajes como Corigliano (si le das la mano, contate las uñas después), el Cholo Vidales (anda a hacer café), Martínez Sosa (un despreciable, con decirte que Salvestrini parece bueno al lado de él) y demás. La cancha de Boca era una mole de cemento sin vida, eramos locales en cualquier cancha, hasta jugamos en Junín. También es bueno recordar que las instalaciones del club sufrían. En ese momento: los vestuarios no tenían agua caliente, las canchas de bochas las mantenia el viejo Matti, sino anda a saber que sería de eso hoy..La pileta, la pileta!!! estaba clausurada!!! Habia que ir a Barracas Central a nadar. Que más... a ver… ahhhh!! si jugabas en inferiores o en futbol de salón, no había micros para ir de visitante!! Y si tenías la posibilidad de comprarte camisetas, pantalón y medias, jugabas seguro ya que no había pilchas para todos. Ibas a jugar por ejemplo con Platense, viajabas en un colectivo fletado por los padres de los pibes y cuando jugabas y salías, al suplente le dabas tu camiseta toda chivada! Una vergüenza.
A todo esto, la barra de El Abuelo estaba en su punto cúlmine, con varios fiambres cargados y las canchas hechas un polvorín...
La Ciudad Deportiva entró en un estado de abandono, que vino Tarzán y se fue porque le dio cagazo. Las piletas quedaron en estado irreparable, los quinchos se prendían fuego solos en el verano, en el Parque Genovés, ibas a la montaña rusa y terminabas tocando el arpa. Hasta se había empezado a armar una villa. Se chorearon todo de la confiteria de entrada, y se clausuró. Sólo se mantenía el tenis porque estaba concesionado.
¿Y la Candela? Mamita, imaginate. tenía menos recursos que Haití. ¿Agua caliente? Ja, ja, ja. ¿Afanos? Olvidate. Todos los días. Se afanaron todo. Desde los presidentes, los síndicos, los tesoreros, todos, un desastre. Un club abandonado a su suerte. Nadie quería agarrar el fierro caliente.La filiación radical de Antonio Alegre en el gobierno de Alfonsín, sumó para que solicitado por dirigentes y amigos xeneizes se hiciera cargo del club, así sin vueltas, sin joda, sin internas ni nada. En definitiva era el único boludo que ponía la teca. Buscó él mismo, que de boludo no tenía nada, a un tipo muy capaz que manejaba (y hasta hoy lo hace en forma vitalicia) el Banco Credicoop: Carlos Heller. No sólo hizo un asado abajo del agua (eso que algunos socios todavía le critican) sino que además no le vendió el club a ningún jugador, cosa que había pasado para traer a Diego, Miguelito, Marce Trobbiani y otros (entre ellos el Puma Morete que se llevó un buen fangote). A Heller lo mandó en cana el mufa CFNM porque no le quería pagar la millonada que pedía para quedarse, y no sólo eso sino que además le hizo campaña en contra en las elecciones vs Macri, que finalmente le daría una patada en el ojete por mal bicho. A los traidores les pasa siempre lo mismo. Pero no nos vayamos de tema.
Bueno, entonces Alegre puso de su bolsillo un palito sumados a los u$s 200.000 que le dejó la jugada de los putos traidores de Ruggeri, Gareca, Cóppola y Cacho Córdoba (todos traidores que se olvidaron que sin Boca se iban a dedicar a tirar el fideo en zonas rojas) para empezar a levantar embargos, pedidos de quiebra, suspensión del estadio, sueldos a jugadores, empleados y demás y a cubrir fallas edilicias. Armó un plantel de gente a su alrededor que muchas veces fue nefasto (no hacemos nombres porque después nos comemos una carta documento) y empezaron a tirar del caballo. Alrededor de Gatti, el Vasco, Tapia y algunos más se armó un equipo para recuperar el promedio si, para eso, y tratar de empezar a jugar en la cancha de Boca de día. Porque de noche solo con cascos de minero se podía jugar porque no se veía una goma, pasaba en el medio del partido por el círculo central un elefante rosa penetrado por un avestruz haciendo la vertical y no lo veías.
La cuestión a fin de cuentas es que en un tiempo récord, Boca empezó a recuperar protagonismo. Sí. Porque ahora parece mentira, pero por si no lo saben ir al colegio o a laburar a la oficina era un parto, te cargaban todos, hasta los de Morón te verdugueaban porque eramos un desastre impresentable en todo sentido.
Y un día se habilitó casi toda la Bombonera. Y volvimos a la Ciudad Deportiva a hacer deporte, a comer un asado, a pescar o a apretarnos alguna nami. y le empezamos a ganar a algunos equipos y tener un equipo competitivo. Y hasta entramos a la Libertadores en un partido heroico en Rosario, y cuando la jugamos se alumbraba con los flashes de los fotógrafos. Pero luego tuvimos una iluminación de la reputa madre.
Y el terreno de juego se mejoro 100% con sistemas de filtrado, secado y demás.Y se abolió el field para poner publicidad. Y también se pintó la cancha y se arreglaron las butacas. Y un día se habilitó toda la Bombonera. Y también un día ganamos la Supercopa a los hijos de recontra mil putas de Independiente y tuvimos la suerte de dar la primera vuelta en el Libertadores Calesita de América. Y peleamos varios torneos. Y de tener a Faraone, al Zurdo López o al Polaco Cap pasamos a ser dirigidos por Menotti, Pastoriza, Tabárez (también por Habbeger je). Y hasta vino Maradona. Sí boludo, escuchaste bien. Maradona. que no vino antes porque el viejo no se la perdonaba a Cóppola. Y vino Caniggia. Sí boludo, Caniggia, uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol mundial.
Y se empezaron a vender camisetas, y la cancha era una joya también y apenas 5 años después de estar en la lona de verdad.
Y se empezó a recuperar la Candela, y se construyó el paredón perimetral (que lo pago Maradona) y se arreglaron las canchas, las instalaciones eléctricas y el agua caliente. Es válido saber que la Candela fue regalada porque al oligarca de presidente de Macri no le gustó, ya que un día fue hasta el portón de entrada y dijo “…esto no me gusta…” y el plantel dejó de entrenar allí. Pregúntenle a Diego si lo ven algún día qué pensaba de la Candela.
Y un día fuimos a la pileta de Boca. ¡Y se veía el fondo! Le cambiaron el sistema de filtros y era una pinturita, Y un día sacaron los azulejos que te cortaban todo y se hizo toda de material apropiado para piscinas, y se tiraron a la mierda las mesas chotas que había y se pusieron mesas nuevas, Y se hicieron baños y vestuarios y se hizo una cancha de futsal también, y se arregló el solarium y hoy la pileta es una maravilla. Pero le faltaba un quincho cerrado. Y un día un cobrador con muchísimos años en el club desde que su padre también trabajaba allí se cruzó con Don Antonio y le pidió que por favor haga un quinchito para los días de lluvia y para disfrutar el invierno también. Y el zuncho fue una realidad y es espectacular. Ese cobrador es mi papá. Allí en ese quincho se le hizo la despedida de tooooooooodos los empleados al Sr. Antonio Alegre que se emocionó hasta las lágrimas.
Fue el primer y único dirigente en combatir en serio a la barra brava. Eso es verdad y es así. Le cortó el chorro de las entradas, los micros y demás a esta gente que le hizo campaña al Puma Armando. Recuerden el “…andate Alegre que no te queremos más, a vos te puso el gobierno radical…” o el “…ooooh yo lo voto a Armando, porque Alegre, está robando…” que sonó durante toda la campaña electoral en los partidos de Boca. Pobre viejo, se calentaba como loco “…a mi me dicen que robo, a mi, estos delicuentes que viven del club…”. y el socio le dio el triunfo a Alegre-Heller en una elección muy reñida, por sólo 83 votos de diferencia. Justo un día que ferro nos bailó 0-3 en la cancha de Boca y los supuestos guapos le abrieron la cabeza de un piedrazo a la hija de Heller. Si bien no ganó la batalla contra los delincuentes, obligó a Barritta a ir a pautar con él unas entradas, a bajarse los lienzos por tickets y micros. Y el viejo lo blanqueó. No como otros que se hacen bien los pelotudos con ese tema.
Y un día empezamos a cargar nosotros a los demás, y le empezamos a ganar a River, y vino el Maestro Tabárez y le rompimos bien el orto a todos, y salimos campeones, y no ganamos la Copa porque en Chile nos bombearon como loco.
Y de tener a Dos Santos, Di Natale, Matabós, Mendoza, Mario Alberto, el uruguayo Morena y jugar con River con pibes y que nos goleen, tuvimos a Cabañas, Márcico, Manteca, un tal Diego Maradona, Caniggia, Márcico, N*v*rr* M*nt*y*, Batistuta, Latorre, Simón, Blas Giunta, Marangoni entre otros. Y nadie nos tocaba el orto nunca más.
También se empezó a construir el complejo Casa Amarilla, que Macri se carga como de su gestión, pero él lo mejoro. La obra e idea inicial es de Alegre.
Ese Macri es terrible hermano, todas para él las quiere. Hijo único parece.
Y si bien no fue una época muy fructífera en títulos, se salió del fondo, de estar nadando en la mierda a tener una institución, equipo e instalaciones del nivel que Boca merece tener.
Luego a mitad de los noventa, la gente empezó a querer títulos, y luego de 10 años de gestión perdieron las elecciones a manos de Macri-CFNM, perdón, Macri-Pompilio, me confundí. Porque en ese partido que perdimos 4-6 con Racing, el arquero de Boca de ese momento declaró “...estoy contento porque se fue Heller del club…” como si él fuese dirigente, como si no cobrara por jugar en Boca. Además en ese partido fue un poquito para atrás.
En definitiva, por todo lo que nos dió, por ser el dirigente más respetado y más querido por propios y rivales, por haber resucitado al club en todas sus formas, por los títulos obtenidos, por habernos permitido salir del pantano, por dejarle la semilla del club más grande de todos a nivel mundial, por la humildad y la persona de bien que fue: ¡gracias Don Antonio! Dios lo tenga en la gloria, los hinchas de Boca de 35 en adelante agradecidos de por vida y los más chicos, con esta pequeña biografía vacía de números pero llena de emoción, espero sepan quien fue Don Antonio Alegre.
Agradecemos a Juan Manuel Ferreyra de "Imborrable Boca" por el aporte de dicho material y permitirnos publicarlo. Texto Guyo Tortosa
|