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Salpicón de notas

Lo que se dice en los medios

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En el Complejo Pedro Pompilio, , Boca retomó los trabajos de preparación en medio de la crisis y con los ánimos "caldeados" en los pasillos de la institución. Más allá de los problemas que surgieron entresemana con la "filtración" de los números del contrato de Carlos Bianchi y la discusión entre miembros del cuerpo técnico con Agustín Orión porque el arquero se entrena aparte con el preparador físico de Lanús, (no se nota, se comió varios goles) la derrota en Mendoza ante River acentuó los problemas futbolísticos de un equipo a la deriva. Los cuestionamientos son moneda corriente.

Sin conductor dentro del campo, teniendo en cuenta que Juan Román Riquelme se mantiene al margen de la lista de jugadores disponibles mientras se recupera totalmente de la lesión, el "Virrey" todavía no pudo aceitar como quisiera el nuevo esquema táctico 4-2-3-1: no hubo victorias ante el "Millonario" en la serie de tres 'Superclásicos' y encima se viene el estreno oficial en el Torneo Final, el domingo desde las 18.15 en el Parque Independencia de Rosario. El enganche, si todo marcha como se espera, se ausentaría en el debut y recién aparecería en la alineación inicial en la segunda jornada, ante Belgrano en la Bombonera (en un encuentro que se disputará a puertas cerradas, por decisión del ridículo comité de inseguridad).

Aunque el "Xeneize" dejó al desnudo sus falencias en las pruebas estivales, no se avizoran grandes modificaciones en la formación que visitará a la "Lepra"( no hay muchos jugadores en el plantel vaciado por la directiva para hacer caja y condicionar a Bianchi). Al fin y al cabo, es todo lo que el DT tiene a disposición tras un mercado de pases con más despedidas que llegadas. En el fondo, Orión cuidará el arco como siempre y Hernán Grana, Daniel Díaz y Juan Forlín tienen un lugar asegurado. En cambio, queda la duda sobre el lateral izquierdo, debido a la floja actuación de Nahuel Zárate en Cuyo y la posibilidad de ingreso para Emanuel Insúa.

Después, Pablo Ledesma y Fernando Gago conformarán el tándem de volantes de contención, pese a que los ensayos de los últimos días no dieron resultados del todo satisfactorios. Por delante de ellos, Juan Manuel Martínez, Luciano Acosta y Juan Manuel Sánchez Miño serán los responsables de la creación de fútbol y abastecimiento a Emmanuel Gigliotti, que será el único punta, tras la soledad padecida en los amistosos.

Mientras tanto, Bianchi también estará atento a lo que suceda en el partido de esta noche, tal vez "rezando" por el surgimiento de alguna alternativa o solución para el estreno y los dirigentes cerrarán la transferencia de Guillermo Burdisso al fútbol de Turquía.

EL AMISTOSO CONTRA GIMNASIA Y TIRO

Aquellos que habitualmente son suplentes, reforzados por juveniles, viajaron hacia la provincia de Salta para medirse desde las 22 a uno de los conjuntos más grandes del Norte. Tal como hará River mañana en San Luis, el "Xeneize" dirimirá un trofeo con el club anfitrión y concluirá la etapa de preparación para el campeonato.

En total, fueron 18 futbolistas los que conformaron la delegación que animará el encuentro, pero una probable alineación que pararía Marcelo Herrera (se hará cargo de la conducción técnica) sería con: Emmanuel Trípodi; Ulises Ruarte, Joel Rodríguez, Claudio Pérez, Emanuel Insúa; Federico Bravo, Diego Rivero; Francesco Celeste, Yamil Romero, Gonzalo Escalante; y Claudio Riaño.

El resto de los concentrados son: Sebastián D'Angelo, Mauro González, Guido Vadalá, Juan Cruz Komar, Franco Cristaldo, Leonardo Suárez y Dylan Glaby.

Fuentes: Propias-PlayFutbol


Tal vez, haya tenido que ver la discusión que mantuvo con un periodista en el campo de juego, después del calentamiento precompetitivo, media hora antes del Superclásico. Quizá, sólo haya sido un error de cálculo que terminó con ese cabezazo de Gabriel Mercado en el fondo de su arco. Aunque hay algo seguro, Agustín Orion carga con una mochila muy pesada. No sólo por esa carrera de guantes camino al Mundial de Brasil; fundamentalmente, por ser la cara visible del grupo antagónico a Juan Román Riquelme en la histórica interna que sacude el vestuario de Boca.

Desde sus tiempos más gloriosos, aquellos que lo llevaron a dar la vuelta al mundo, el cuchicheo de Casa Amarilla toma fuerza por esos jugadores poco afectos a hablar con la prensa públicamente, pero dispuestos a contar con lujo de detalles la intimidad de los camarines. Ya lo dijo Claudio Borghi: “Estar en Boca es como hacer el amor con la ventana abierta”.

Y lo que sucede puertas adentro tiene correlato en el campo de juego.

Lo recriminación del número uno azul y oro al cronista en cuestión era el tratamiento de la noticia que apuntaba a su preparación física de cara al Mundial. Hace tiempo que Orion se entrena con Javier Valdecantos, el profe de Guillermo Barros Schelotto en Lanús. La situación está blanqueada, pero en Boca no termina de digerirse. Y el guardián del arco xeneize se juega un pleno en Brasil: ante la falta de continuidad de Sergio Romero y Mariano Andújar, apuesta a ser titular en la Selección.

Orion es el capitán cuando no juega Riquelme. Y es el líder de un bando en el que comulgan el Burrito Martínez, Claudio Pérez y el recién llegado Hernán Grana. Con Román tienen mayor afinidad Diego Rivero, Pablo Ledesma, Sánchez Miño, Cristian Erbes y algunos pibes, como el caso de Escalante, a quien el “10” le regaló una valija para su primer viaje con el plantel. A Emmanuel Gigliotti le dicen “el cebador” porque le convida mates al enganche. ¿Y Fernando Gago? Empieza a tener su propio peso específico. A él está pegado Juan Forlín.

No hubo peleas fuertes, más allá de cierto malestar que generó el reparto de entradas de protocolo en algunos partidos del campeonato. No hay halcones y palomas , pero sí, mucha distancia. En lo que coinciden unos y otros, independientemente del referente por el cual se inclinan, es que están incómodos con el esquema que eligió Carlos Bianchi para este 2014, el 4-2-3-1. ¿Lo modificará el entrenador? Otro punto en común es que la mayoría de los futbolistas quería que llegara Ever Banega, a quien el  Virrey le bajó el pulgar.

En el medio de esta crisis grupal, acentuada por algunas maniobras de desestabilización que sufrió el entrenador, los dirigentes no se animan a intervenir.

Algunos creen que todos los males se acabarán el día que se vaya Riquelme, como si el resto de los jugadores no tuviera ninguna responsabilidad en este escenario. Pero los hinchas dejaron claro que están con el ídolo y, con las elecciones en diciembre, no están dispuestos a pagar el costo político. Mientras tanto, Boca suma padecimientos y derrotas. Con este verano, difícil pensar en llegar campeón al invierno. De Clarin, Por Daniel Avellaneda


El silencio dominó el vuelo 1467 de Aerolíneas Argentinas. Allí regresó Boca hacia la Capital Federal, con el equipaje sobrecargado de dudas en medio de un verano esquivo. Apenas hubo intercambio de opiniones, algún comentario al pasar, pero nada importante entre los jugadores. En medio de la vianda que entregó la compañía durante el viaje (un alfajor de limón, un bocadito de chocolate y bebida a elección), lo más ruidoso fueron unos tibios aplausos de unos hinchas cuando el piloto anunció la gratificación que sentía por estar el xeneize bajo el control de sus manos. En Boca domina la preocupación. Las derrotas con River y no haber ganado en ninguno de los cuatro partidos de la pretemporada aumentaron el malestar, que viene de arrastre desde 2013.

Si se analiza con detenimiento, Boca jugó mejor que River en Mendoza, pero otra vez perdió por errores puntuales individuales. Es cierto, como apunta Carlos Bianchi, que en Mar del Plata y Córdoba hubo polémicas, fallos arbitrales que pudieron cambiar el rumbo del partido y que todo nuevo sistema (ahora el 4-2-3-1) lleva tiempo de adaptación, pero la mirada de los dirigentes está más exigente que nunca con el entrenador porque ven el proceso de 2014 como una continuidad del año pasado. Si se analiza el contexto (más allá de los resultados) sólo abarcando estos cuatro partidos, quizá la alarma no sonaría tan fuerte, pero son los dirigentes los que, esperando pruebas y errores (y trayéndole al Virrey todo lo que pidió), tienen la confianza en jaque con el DT. Incluso algunos ya no están seguros de que, a una semana de la competencia oficial, Bianchi pueda encauzar el equipo. No le ven una identidad definida y observan que le falta rebeldía, ese fuego sagrado que solía mostrar Boca en la adversidad. Algunos piensan que la situación, así como está, no tiene arreglo y otros, de los que nunca estuvieron cerca de Bianchi, van más allá: "Esto no lo arregla ni Messi". El presidente Daniel Angelici, que ayer viajó directo de Mendoza a Salta, siempre respaldó a Bianchi, aunque su preocupación también va en aumento.

Los jugadores están golpeados. Los rostros durante el vuelo lo decían todo. Algunos sienten que se esfuerzan, pero no terminan de convencerse de que el nuevo esquema 4-2-3-1 sea el indicado. No se lo dicen a Bianchi, pero por lo bajo afirman que les cuesta generar situaciones claras, que el Burrito Martínez se funde físicamente porque arranca corriendo desde muy atrás y que Gigliotti no recibe la pelota dentro del área.

En este contexto, sorprende que el único que diera la cara haya sido Bianchi. Ningún jugador habló. Ni en Mendoza ni cuando llegaron a Aeroparque. En el rubro referentes están Orion, Ledesma, Cata Díaz, Gago, pero...

El DT respaldó a los jugadores: los esperó y los saludó uno por uno en la boca de la manga del vestuario y trató de aferrarse a las cuestiones positivas. Lo que dijo en la conferencia pospartido también se lo comentó a los futbolistas: "Nos falta eficacia. Si uno no marca goles, no gana. Pero estoy conforme con lo que hicimos, tuvimos mucho control de la pelota y si seguimos jugando de esta manera estaremos más cerca de ganar que de perder. Hay cosas para corregir, pero tengo que enfocarme en lo positivo, tengo que ser positivo. Y allí destaco el control de la pelota, la aparición de un juvenil como Acosta, que Gago jugó tres partidos seguidos". Explicó la no llegada de Banega con un argumento lógico y un ejemplo: "Lo veo parecido a Gago. Tenemos un plantel bastante bueno y equilibrado. Si tengo pasta en el plato, no voy a pedir pasta, ¿no?". Y defendió a Orion luego de un mal partido: "Orion es uno de los mejores arqueros argentinos en el mundo". Difícilmente el Virrey cambie mucho de acá al debut en las decisiones de fondo, aunque deberá recuperar la confianza de dirigentes y jugadores para revertir la situación en el corto plazo.

Los nervios jugaron sus partidos: Cata Díaz vio la roja en Mar del Plata; a Bianchi lo expulsaron en Córdoba por protestar por primera vez como DT en Boca, y ayer hubo un fuerte cruce de Orion (capitán) con Marcelo Benedetto (Fox Sports) tras el calentamiento, antes del partido. ¿El motivo? El arquero se enojó con algunos medios y el tratamiento de la información que se le dio al doble turno que hace por la tarde con el preparador físico Valdecantos. El Virrey reconoció que se extralimitó con Diego Abal y le pidió disculpas públicamente y en persona. Pero los jugadores de Boca no hablan.

En la semana, además, hubo un clima enrarecido en las oficinas de la Bombonera porque salió a la luz el contrato del Virrey, y Angelici no dudó: "El enemigo está adentro, el contrato salió del club".

En cuanto al plantel, ayer sufrió la séptima baja. Guillermo Burdisso pasó a préstamo a Galatasaray, de Turquía, y se sumó así a las partidas de Matías Caruzzo (Universidad de Chile), Ribair Rodríguez (Santos Laguna, México), Jesús Méndez (Central), Leandro Paredes (Roma), Nicolás Blandi (San Lorenzo) y Franco Cángele (Elazigspor, de Turquía). "Me voy bien, no como yo quería, que era jugando. Contento de esta posibilidad", sostuvo el defensor en diálogo con TN Deportivo. Y agregó: "No me arrepiento de haber venido a Boca". Sin embargo, destacó que "nunca se formó un buen equipo y eso me perjudicó". Nunca dijo, eso sí, que su rendimiento fue bajísimo y que tuvo muchas más oportunidades que otros defensores que pasaron por Boca. Los traspasos le generaron ingresos al club y un ahorro de dinero por los contratos, mientras que Grana y Forlín llegaron a préstamo.

Juan Román Riquelme, una posible solución, una bandera para Bianchi, no puede ayudar aún: sigue sin tener fecha firme de regreso. ¿Y los hinchas? El "termómetro" recién se escuchará en la 4ª fecha, cuando juegue de local con Estudiantes, ya que en la 2ª se medirá ante Belgrano sin público. Hasta ahora, nunca insultó. Ni a Bianchi ni a los jugadores, pese al flojo 2013. Y eso fue destacado por el Virrey. Pero, por lo que se tantea en la calle, ellos tampoco se identifican demasiado con lo que ven. Como se ve, la confianza está en jaque. Y tanto el cuerpo técnico como los jugadores saben que deben empezar a recuperarla ante Newell's el próximo fin de semana, cuando comience la competencia oficial. Si el equipo gana en Rosario, quizás una victoria empiece a llamar a otra victoria...Por Christian Leblebidjian para canchallena.com




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