En Boca hay decisiones directivas que nos colocan muy lejos de la élite mundial de fútbol. Por Maximiliano Catanzano
La opinión del hincha |
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“Es la economía, estúpido” fue la frase que inclinó que el favoritismo de Bush (padre) pusiera al frente del gobierno de EE.UU. a Clinton allá por los 90’s. Máxima que puede aplicarse a un Club de Fútbol como lo es Boca, dónde los títulos y los partidos ganados tienen el mismo impacto.
Pero así como en los países la economía tiene un papel vital en las decisiones políticas, en los Clubes con equipos que aspiran a pelear en la élite mundial la conjunción economía + estructura deportiva son la pauta que define y traza esos objetivos.
Si no hay una línea trazada ni distintos objetivos con sus respectivos plazos, la ecuación se destruye. Y en Boca hoy en día es muy evidente que la ausencia de una estructura deportiva con objetivos fijados repercute en los resultados deportivos, derivando en el descontento de los hinchas. Y Boca está a la deriva, sin rumbo y con un panorama poco positivo en lo inmediato. Al punto que toda la estructura futbolística reside en Carlos Bianchi, sus ideas y decisiones y el fútbol, la magia y liderazgo de Juan Román Riquelme dentro y fuera de la cancha. El resto de los jugadores, algunos con mejores condiciones y actitudes para hacer frente a la adversidad y con el viento a favor de su amor propio de vestir y defender esta camiseta, y otros que juegan sin entusiasmo ni ideas a la espera del cachetazo que los reviva o sepulte definitivamente no son más que meros actores secundarios. Resulta interesante que el binomio Román + Carlos sea el blanco de todas las críticas de la prensa no independiente. Será que la envidia de ciertos personajes de adentro y de afuera, con más dinero que cabeza, quiera tirar a toda costa a los capitanes del barco?
Pero me quiero detener en la estructura deportiva de Boca, una de las grandes carencias que posee el Club. Sin un plan de acción, sin objetivos trazados el camino será más de lo mismo. Porque no hay una idea de juego que respete la identidad de Boca y entusiasme a los hinchas y a los jugadores a ganar. Y cae en evidencia la carencia de esto si tomamos en cuenta las ultimas contrataciones de jugadores. Desde la época de Ameal los directivos de Boca compran y suman jugadores de pésimo desempeño, repatrían jugadores sin estado físico y con poco roce, que no están a la altura de la camiseta. La directiva actual anunció una secretaría técnica de pésimos resultados para adquirir jugadores que al igual que Raffo desapareció misteriosamente. No hay un plan. No hay un rumbo fijado. A pesar del prestigio de Boca a nivel mundial, ni siquiera pueden organizar una gira por Europa ó Asia para recaudar fondos y comprar jugadores. Nuestros directivos… ¿Saben algo de fútbol? Resulta curioso como ex jugadores con pasado glorioso y temple de acero, hoy en día ven desde afuera el presente del Club por diferencias ideológicas con directivos actuales y anteriores.
Una estructura deportiva implica tener un grupo jerárquico que trace los lineamientos y la idea de juego que va a presentar el primer equipo de fútbol; El desarrollo de los entrenamientos, las prácticas, los nuevos sistemas de juego; Antes de que termine el año puedan planificar la pretemporada del año siguiente; los objetivos deportivos; Analizar hasta dónde va a llegar el equipo que tengo (si puede salir campeón ó terminar en los primeros lugares); Organizar giras con rivales de peso en el exterior; En conjunto con el departamento médico preveer las lesiones de cada jugador haciendo un seguimiento histórico de su físico, dieta, lesiones; Enfocarse en la profesionalización de todas las áreas, desde la utilería hasta la defensa de los intereses del Club en las distintas Asociaciones (AFA; Conmebol; FIFA); El grupo de jugadores que tengo y los que quiero adquirir que respeten la idea de juego que quiero poner en la cancha; El “brainstorming” de ideas con el Director Técnico para cumplir con los plazos y objetivos deportivos fijados; la estructura edilicia y las instalaciones que me permitan diferenciarme y sacar ventajas competitivas frente a mis rivales.
Sin un Director Deportivo y un grupo a su cargo que nuclee éstas ideas en pos de mejorar la competitividad de Boca dentro y fuera de la cancha, que sea el nexo entre los directivos y los equipos de fútbol del Club, seguiremos penando con jugadores de bajo nivel, seguiremos viendo cómo las copas las levantan otros, seguiremos escribiendo y descargando fastidios en redes sociales ó banderazos esporádicos.
Si la pelota entra ó no en el arco contrario te puede definir un título, un partido, la temporada tal vez, a veces producto del azar. Pero la carencia de ideas y objetivos deportivos es una herida muy profunda de disimular.
Por Maximiliano Catanzano
Socio Nº 105.927
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