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A contramano de lo prometido en campaña Boca sigue con las liquidaciones y ofertas

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En esta le tenemos que dar la razón al presidente Angelici. Si no se vende no se puede comprar.  Nos duele y nos molesta que salgan tantos jugadores de Boca como el caso Blandi o el caso Caruzzo. Sobre todo porque no hay recambio al menos a su altura y si lo hay debemos reconocer que no lo tenemos visto. Quizás sea ignorancia nuestra o quizás falta de confianza por desconocimiento en los Komar, los Celeste, los Bravo y tantos otros pibes que piden pista, aun siendo una incógnita...

También nos queda duda si este vaciamiento, en cuanto al plantel, es para terminar de derribar al binomio Bianchi-Riquelme de cara a julio del 2014, para ahí si invertir en refuerzos de jerarquía  o si es genuino para equilibrar los números de Boca, tan aclamados por la dirigencia y tan decaídos leyendo los balances y a decir verdad, sin acceso a la información, por falta de transparencia de quienes manejan Boca.

Lo que no dice el Tano, es que han administrado mal el uso de recursos gastando dinero en  cosas superfluas e innecesarias para Boca pero no tanto para la propaganda personal, esa que tanto necesitan los políticos devenidos en directivos. Lo decimos más clarito a ver si se entiende: Están gastando importantes recursos genuinos de Boca para crearse una imagen ante la opinión pública y todo all inclusive. El marketing en Boca es una agencia de colocación de vanidades y conchabo personal de quienes manejan el club en pos de sus carreras políticas.

Mientras tanto pasan los meses y el plantel se achica por una razón u otra o por un combo de ellas. Pero siempre lejos de lo prometido en campaña...

La info: La puerta es pequeña ante la inmensidad que representa la Bombonera. Por ese rectángulo pintado de azul, que termina de tapar un lugar del que tanto se habla, sólo pasa una persona por vez. “La puerta del vestuario de Boca se abre para adentro, es receptiva. Y el que se va lo hace porque quiere, no porque lo sacan”. La metáfora se la dice a Clarín alguien que desde hace muchos años camina por esos pasillos. Sin embargo, en los últimos seis meses, 17 futbolistas cruzaron la frontera que separa el lujoso camarín del estadio del mundo exterior para ir a buscar suerte en otra parte.

La lista se actualiza constantemente. Apenas pasaron 21 días desde que el equipo de Carlos Bianchi terminó su semestre y ya son seis los apellidos que se tacharon en la utilería para 2014. A saber: Franco Cángele, sin continuidad en el semestre, rompió el vínculo; Ribair Rodríguez partió al Santos Laguna de México porque Boca decidió no usar la opción de compra por su pase; Matías Caruzzo rescindió su contrato a cambio de 300 mil dólares y emigró a la Universidad de Chile; Nicolás Blandi se pondrá la camiseta de San Lorenzo en breve; Jesús Méndez tampoco seguirá y finalizará su contrato en los primeros días de enero a cambio de dinero para Boca; y a Guillermo Pol Fernández, quien regresó de su préstamo en Rosario Central, lo espera Gimnasia La Plata o cualquier otro destino, ya que no está en la consideración del técnico para el inicio de la pretemporada.

Claro que a esos apellidos se les pueden sumar otros.

“No hay futbolistas intransferibles”, blanqueó el presidente Daniel Angelici al comenzar el receso y, al mismo tiempo, el mercado de pases. Por eso, pese a que su decisión es mantenerlos en el club, se escucharán ofertas por Guillermo Burdisso (sólo lo venderán ante un dinero irresistible), por Cristian Erbes, por Leandro Paredes (en Italia lo quieren Roma y Fiorentina) y hasta por Diego Rivero (lo pretende Unión de Santa Fe), ya recuperado de su afección cardíaca. A Sánchez Miño, una joya del mercado, lo convencieron de quedarse hasta junio. Lo mismo ocurrió con Agustín Orión.

A mitad de año, hubo un éxodo masivo de Boca. Santiago Silva, Leandro Somoza y Walter Erviti (por los que el club desembolsó 5 millones de dólares en sus pases y que al irse dejaron en la tesorería menos de 2 millones), fueron los que encabezaron un listado que alcanzó 11 casilleros, sin contar a todos los juveniles que se fueron a préstamo.

Un arquero, cinco defensores, seis mediocampistas y cinco delanteros fueron los que partieron del club en seis meses.

Un equipo entero y los suplentes. Experimentados, juveniles, apuestas y consagrados. Todos se fueron, de a uno por vez, por esa puerta azul de La Bombonera.

Fuente: Clarín