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A un año de la asamblea popular en La Boca. La gente habló...

La jornada historica en La Bombonera

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El pueblo Xeneize le mando un claro mensaje a la directiva

Hoy se cumple un año del banderazo que marco un antes y un después en la relación hinchas/dirigentes. Quien quiera oír que oiga, justamente en estos tiempos en los cuales se boludea al socio y al hincha de Boca por parte de una dirigencia traidora, autista y decrepita. ¡Por muchos más!


Fue una asamblea popular que arrojo un veredicto y a los directivos se les dió un mandato: "Señores arreglen este lío"

Román no se puede ir de Boca como una rata. Primero se tiene que ir el DT y después unos por uno los responsables de esto.

Lamentablemente a esta gente les quedan mas de 3 años de mandato y es una incógnita como van a resolver ese ida y vuelta que un directivo tiene que tener con su gente, el cual es necesario reparar. Pifiaron, hicieron las cosas mal. Gracias a la mezquindad de este grupo de discapacitados dirigenciales perdimos:

1) La Copa Libertadores.

2) Al gran capitán y referente de Boca, Juan Román Riquelme.

3) La estabilidad política en el club.

4) La convivencia entre todos los sectores que forman parte de la vida institucional.

Mientras tanto y en plena crisis el presidente esta paseando por Europa en un momento crucial para la vida institucional y deportiva del club cuando debería estar rescindiéndole el contrato a Falcioni y negociando la paz con Riquelme.

Dirigentes a las cosas, a trabajar por Boca y a hacerlo bien.

Si no quieren, es imposible.

Si no saben o no pueden, pidan ayuda.

Boca necesita urgentemente  recuperar a Riquelme y recuperar la imagen del club que destruyeron por  incompetentes entre otras cosas.

Éxito total el banderazo. Vi a algunos que comentaban en las redes sociales, que fue la política metida en el medio. No quieren ver que fue una Asamblea Popular, y justamente había muchos NO socios que fueron expulsados de las tribunas del Boca Fashion. Siempre hay política en cada acto de la vida, pero de lo que paso acá en lo mas mínimo fue lo político. Fue la gente común que se manifestó contra el abuso cometido por Macri, Angelici y su Sicario futbolístico sr Falcioni contra el gran Román.

(DYN/CANCHALLENA).-Más de cinco mil hinchas de Boca Juniors realizaron hoy un banderazo en apoyo a Juan Román Riquelme en las puertas de la sede del club, e insultaron al presidente Daniel Angelici y al entrenador Julio César Falcioni, a quien además se le pidió que renuncie a su cargo.

A las 16, hora pautada para el comienzo del banderazo, una multitud de hinchas, entre los cuales estaban el ex presidente Jorge Amor Ameal y José Beraldi, ocupaban la cuadra que iba de Brandsen 805 con el cruce con Del Valle Iberlucea, munidos de banderas, paraguas, camisetas y bufandas con los colores azul y amarillo.

Algo que caracterizó el banderazo fue la presencia de hinchas de todas las edades, desde personas que rondaban los sesenta años hasta bebés, pasando por adolescentes y chicos de pocos años, subidos a los hombros de sus padres.

"Sólo le pido a Díos que Juan Román Riquelme se quede en la Boca, para toda la alegría de la gente..." fue una de las primeras canciones que se pudo escuchar.

"...Que Riquelme es bostero y bostero morirá", cantaron después.

Mientras lanzaban fuegos de artificio y humo con los colores del club, los hinchas comenzaron a dedicarles sus canciones a Angelici y Falcioni.

"Angelici botón, Angelici botón, sos un hijo de p..., la p... madre que te parió", y después entonaron un frase que repetirían en más de una oportunidad: "Abrí la cancha la p... que te parió", ya que las autoridades del club habían cerrado las puertas.

Sin embargo, pasadas las 18, cuando la mayor parte de los hinchas ya se había retirado, se habilitó la popular que da al Riachuelo.

Después le llegó el turno a Falcioni: "Falcioni hijo de p..., la p... que te parió".

Lo más suave que se pudo escuchar contra el actual entrenador fue un "andate Falcioni".

En algunas de las paredes de la Bombonera, los hinchas también realizaron algunas pintadas que no sólo involucraban a Angelici, sino también al actual jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, el impulsor de la llegada de Angelici a la presidencia del club.

"Fuera Macri y Angelici", era la más visible.

"Riquelme es todo, se tiene que quedar en Boca", comentaba un hincha frente a una cámara de televisión.

La única canción que no contuvo malas palabras, pero lanzó un mensaje clarísimo para los dirigentes, decía: "Ay, que risa que me da, si no juega Riquelme que quilombo se va a armar".

Lejos de disminuir, el fervor de algunos hinchas fue en aumento y un grupo de ellos se subió, no sin esfuerzo y con un par de bombos en la mano, a un techo que está a un costado de la puerta de acceso a la sede, y desde allí continuó cantando e insultando. Sin estar involcrados afectivamente, pero conociendo a Boca, Riquelme y la Bombonera, varios turistas se paseaban asombrados entre la multitud de hinchas, que inclusive se dio tiempo para burlarse de River Plate.



El 9 de Julio de 2012 se terminó de crear el mito: nació el Día de la Lealtad Riquelmista. Y el 10 fue eterno.

“No vi el banderazo, me lo grabaron en mi casa. Después lo miré solo y me puse a llorar”.

La capitalización del Riquelmismo tiene fecha. El 9 de julio de 2012, el amor juntó una multitud en las inmediaciones de La Bombonera, el mítico estadio del club más popular del país. En el corazón del patio de su casa, ni siquiera hizo falta de su presencia para semejante acto popular.

Más de 5000 almas se reunieron de manera espontánea, sin ninguna bandera política ni apoyo mediático, empujadas por la admiración, el idilio y el deseo del retorno de su emblema, su líder futbolístico.

La mayoría, quería expresar su deseo de verlo otra vez con la camiseta de Boca, de hacerlo cambiar de opinión. Otros, simplemente, demostrarle el amor incondicional y el apoyo en cualquiera de las determinaciones que tome de ahí en adelante.

Aquella tarde marcó un antes y un después. Porque Riquelme hizo latir los corazones de todos los hinchas de Boca con su juego, como lo pudieron haber hecho Guillermo, Palermo, Rojitas, Suñé, Márcico o el mismísimo Maradona. Pero esa demostración de afecto fue lo que lo llevó a superar la barrera del jugador de fútbol, para transformarse en un ícono popular.

Él no estaba ahí, pero se hacía presente en cada bandera, en cada canto, en cada remera. El público presente, su público, se hizo escuchar en multitud y, sin saberlo, protagonizó un hecho histórico.

Acaso, ¿cuándo un jugador, un deportista, o hasta un equipo, pudo mover semejante masa de gente sin siquiera dar nada a cambio, sin una organización previa por parte del club involucrado? Las personas se juntaron por el simple hecho de juntarse, por emparejarse con quienes compartían el mismo sentimiento, con la esperanza de hacerlo cambiar de opinión. Todo, de manera espontánea y auto convocada.

Porque Riquelme, desgastado, cansado, agobiado de luchar contra el poder, con varias batallas a cuestas, esas que lo habían formado como jugador y emblema, y que había moldeado también a quienes estaban presentes aquel 9 de julio, había dicho basta. La nefasta noche del 4 de junio, ya 5 cuando dijo adiós, en la que no pudo levantar su cuarta y definitiva Copa Libertadores. Su anuncio, el peor de los anuncios, había provocado lo que se vivía en los alrededores del Antonio J. Armando.

“Lo único que me hizo temblar, me hizo llorar solo en mi casa, fue cuando salió la gente a la calle”.

Para contextualizar semejante movida espontánea, hay que remitirse a las redes sociales. En Twitter, en los primeros días de julio se había empezado a hablar de un banderazo para convencer al ídolo a cambiar de opinión.

Luego de algunos desacuerdos en fechas y horas, finalmente se decidió, mediante la cuenta de El Último Diez, consensuado con las cuentas más convocantes, de fijar el nueve por el feriado. El horario sería a las 16 horas.

A las 15, unas quinientas personas ya colmaban la esquina de Brandsen 805. Por dicha calle, la gente se acercaba desde los dos extremos, llenando toda la cuadra desde Práctico Poliza hasta del Valle Iberlucea. El clima era el de un fin de semana de partido, aunque no había nada más para ver que la propia gente gritando por el ídolo.

Los protagonistas excluyentes de las pegadizas estrofas se repartieron entre Julio César Falcioni, el DT en aquel momento, Daniel Angelici, el Presidente, y la dirigencia en general, como los focos del degaste que llevó a tomar la decisión del diez.

Y aunque el club hizo todo lo posible por evitarlo, cerrando las puertas para que no ingrese la gente, cayendo la noche se abrieron hasta llenar la popular media que está detrás del arco del Riachuelo, la de socios, debajo de la visitante.

Los Riquelmistas, en un estadio totalmente vacío, sin ningún espectáculo que admirar, imaginaron a su ídolo tirando magia en el verde césped y cantaron por horas, en un acto de amor y locura  incomparable y seguramente para algunos incomprensible.

Y más aún, si le sumamos la auto convocatoria en otras ¡36 ciudades! tanto del país como del mundo, pidiendo por el ídolo en simultáneo, en todas las provincias argentinas, y hasta en San Pablo, Santiago de Chile o Montevideo.

Durante las horas que duró el #BanderazoxRoman, como se lo categorizó en Twitter rápidamente, desde los distintos rincones de Argentina no pararon de llegar fotos mostrando cómo era la movilización en cada provincia o ciudad extranjera. Todos los canales deportivos y de noticias de la televisión argentina cubrieron el evento en vivo y en directo.

Aquella tarde noche se terminó de gestar el mito. Como se movilizó el pueblo, aquel 17 de octubre de 1945, pidiendo por quien creían su líder y a quien querían en libertad, el pueblo Riquelmista hizo lo propio con el suyo. Y creó, el 9 de julio de 2012, el Día de la Lealtad Riquelmista.

“El día que hicieron esa marcha fue lo más grande que me pudo pasar como futbolista”.

Fuente: El Ultimo 10