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Inflando el pecho. Por Ezequiel Quinteros

Una sensación post Boca - Nacional

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Foto vía Noti Futbol Web 

La noche del jueves me dejó eufórico. Hace tiempo que esperaba una reacción. Hace tiempo que añoraba rebeldía, audacia, garra y mística. Había que ganar como sea y por suerte, el equipo lo entendió. Pisamos fuerte en Montevideo, con una gran personalidad y sin importar las falencias y desacoples que suele obsequiarnos el equipo. Nada importó. Ni siquiera el infantil penal que regaló el chiqui Pérez. Tampoco su expulsión. Boca sabía que lo ganaba…
 
Mejor ni le cuento lo que dije en ese penal. Por suerte, la tiraron afuera. Me desesperaba ante tanta adversidad, pero me tranquilicé al ver que el “10” manejaba los hilos. Riquelme comandó. Enchufado, concentrado, inteligente, oportuno, bancando la pelota... Su presencia, en el Centenario, inspiró muchísimo respeto. Contagió al equipo. Preocupó al contrario. Todos fueron leones y yo, desde acá, me compenetré con la lucha y también lo fui. Grité ese gol de penal como un loco. Como si fuera la final. No lo era, pero si no ganábamos, marchábamos. Así lo entendieron los jugadores y así lo jugaron, como una verdadera final. Había que aprovechar los otros resultados. Había que mantener el prestigio copero que tanto nos identifica y que tanto nos emociona.
 
Los minutos finales fueron una locura. Alguien me dijo: “estamos muy metidos atrás”. Y le dije: “¿Y qué queres? Todo el partido con uno menos, ganando 1 a 0 y de visitante…” Había que aguantarlo nomás. Bianchi lo puso a Caruzzo para el juego aéreo. Le juro que no pensé que iba a hacer un penal tonto – ya lo había hecho Pérez - ¡Dos en un partido son muchos! Y Boca aguantó. Metió, corrió y lo ganó con mucha personalidad. Así como nos gusta a nosotros, sufriendo, peleando, bien a lo Boca. Con el pitazo final salté del sillón y grité bien fuerte: ¡Que hermoso es ser de Boca! Me salió del alma…
 
Tengo la sensación, la esperanza que se dio un clic. Ojalá así sea. Sentí ese compromiso que necesita todo equipo para llegar bien lejos. No creo que en el corto plazo juguemos mucho mejor, tampoco lo pido. Lo que si creo, es que el equipo de aquí en mas va a empezar a inflar el pecho. Que va a salir a la cancha como si fuera una batalla. A pelear. Veremos que pasa con Argentinos Juniors y en la semana con Excursionistas. Dos rivales, como para subir un escalón en la confianza e intentar mejorar en el juego. Dos rivales que hasta nos podrían ayudar a lograr un buen funcionamiento, de cara a lo que se viene en la Copa. Será la oportunidad para muchos de mostrarse y para otros, de afianzarse. Pero por sobre todo, la oportunidad de volver a demostrar que acá está Boca.
 
Por Ezequiel Quinteros
Periodista e hincha de Boca. 16/03/13