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Ni lo sueñen...

Bianchi y Riquelme en el ojo de una tormenta inducida

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La rebelión del 08/12/2012 marcó un antes y un después en la relación poder/gente en lo que es el mundo Boca. Ese día hubo un mensaje claro de casi todos los espectadores que estaban en la cancha "hagan lo que les decimos, queremos a Bianchi y a Riquelme". Angelici que invirtió demasiado en la campaña y con ínfulas políticas fuera de Boca, no estaba dispuesto a inmolarse ante el reclamo de la mayoría de los 50.000 socios que esa tarde colmaban la Bombonera. Sin embargo muchos de sus pares de Comisión Directiva y muchos fuera del club vieron con malos ojos la decisión populista del presidente.  Querían a Bianchi, ahí tienen dijo carozo Crespi muy suelto de cuerpo hace unos días.  "El DT ideal debe tener alrededor de 40 años" Dijo Mauricio Macri hace tan solo unos meses...

Estamos en un país donde la prensa ha tomado un exagerado protagonismo al dejarse/no dejarse manipular por las pautas publicitarias. Hoy vemos en todos los estamentos, que depende si hay pautas oficiales o no, es el color de los comentarios de los periodistas y más aun de los medios. Es una suerte de prostitución de la cual son responsables ambos tanto el estado como los medios. La realidad es que el estado (nacional, provincial, municipal) debiera contar solo con su/sus medios y retirar toda la publicidad oficial que aporta al periodismo y destinarla a salud y educación (entre otros) y que son sus fines específicos. Esta bocha de guita que se reparte compra opiniones aunque las mismas no fueran exigidas por temor a perder esas pautas. Sucede que la mayoría de las empresas periodísticas funcionan a perdida y son parasitarias de este sistema siniestro.

Dicho esto, en Boca sucede algo similar tanto sea desde el club y desde usinas interesadas en intervenir constantemente en la actualidad del Xeneize y que indirectamente son parte de Boca aunque no conste en actas. En una reunión que tuvimos con la gente de marketing de Boca hace unos cuantos meses y para determinar la participación o no del club para el evento del 12/12/12, cuando se mencionó el pedido de apoyo de los medios, muy sueltamente los funcionarios que intervinieron, enumeraron una serie de periodistas y programas en los que había pautas publicitarias...Sumémosle que además hay muchas otras publicidades que se hacen por orden de las empresas que son de algunos directivos en dichos programas y que son condicionantes de las opiniones que luego se emiten.

Por estos días escuchamos a una gran cantidad de operadores periodísticos despotricar contra Bianchi en mayor medida y contra Riquelme siempre candidato a puchimball de los imbéciles. Sabemos que fueron pautados y hasta con libreto. Sabemos quiénes son y sabemos que se prostituyen y colaboran muy fácilmente con gente interesada de adentro y de afuera. Los oímos hablar de la edad del DT y preguntarse si no esta desactualizado o gaga. Sabemos que tienen posicionar a un DT que es la debilidad de algún pelotudo importante.  Sabemos que inmediatamente después de hablar de Boca, hablan de una institución modelo del periodismo pesetero. También sabemos que muchos no aceptaron ese status y hacen la suya.

En paralelo vemos un equipo aun sin un rumbo fijo. Con jugadores bien entrenados,  pero que paradójicamente cada día juegan peor...


La mafia tiene entre ceja y ceja la rebelión popular. Sepan que no los vamos a dejar hacer cualquier cosa. Y que vamos a desenmascarar a los traidores.  La vamos a luchar con lo que tengamos a mano y que se lo vamos a explicar una y mil veces a la gente hasta que lo entienda. Por suerte no pueden dominar el pensamiento de todos.  Sepan que ahí estaremos para defender a Boca y su patrimonio de los buitres de adentro y afuera.


Les dejamos una nota de Canchallena que sirve como complemento de la visión que tiene Bianchi sobre el desenvolvimiento de varios jugadores por que Carlos no es boludo como unos cuantos hijos de mil putas sugieren y algo ve o se ve venir.

Fuente Canchallena: Camina por el campo de entrenamiento y se desprenden miles de imágenes. Paso cansino, cabeza gacha, mirada perdida y una profunda preocupación. Mira, ordena, grita, consulta, vuelve a gritar y se hunde en sus pensamientos. Elabora estrategias, diagrama el futuro, pero se concentra en el presente. Carlos Bianchi está parado en el centro de una escena que no imaginaba, que no había pensado así. Cuando evaluó su determinación de volver, emocionado por clamor popular de los hinchas aquella tarde del Bombonerazo ante Godoy Cruz, primero analizó las potencialidades y luego pidió caso por caso el estado de los contratos de los futbolistas. Por eso aceptó el reto.

Pero en su planificación no aparecía este momento. No pensó que este grupo le iba a dejar tan mal sabor de boca. Es por eso que, después de seis juegos oficiales y poco más de dos meses de trabajo, siente el DT Xeneize que tiene que volver a barajar, que debe poner su laboratorio nuevamente en funcionamiento y escanear exhaustivamente a cada uno de los integrantes de su plantel para, de esa manera, poder conformar un equipo con la identidad que él pretende. Aunque la tarea no parece sencilla, porque entre los niveles bajos de varios futbolistas y algunas miradas desconfiadas, aunque silenciosas, desde algunos sectores del plantel, el técnico debe poner la atención en el torneo local, la Copa Libertadores y la Copa Argentina. Mucho en juego, poco tiempo y demasiadas complicaciones.

"Señores, así no podemos seguir. Quiero que les quede claro que todos van a tener la posibilidad de jugar, nadie me a poder decir que no ha tenido una chance. Es posible que algunos jueguen más que otros, pero todos van a tener un lugar en el equipo. Soy yo el que evaluará quiénes tienen ganas de jugar en Boca y quiénes estarán en el plantel después de junio". Éstas son algunas de las palabras que Bianchi utilizó ante los jugadores tras la derrota con Unión (3-1). Cada futbolista dirigió la mirada hacia el piso y entendió que el mensaje del técnico los ponía debajo de una lupa con mucho aumento; que cada detalle será visto y calificado.

Está molesto el técnico, siente que los jugadores no responden como él pretende y que enfrenta contratiempos que atentan contra la consolidación de una idea. Uno en particular es el de las lesiones. Por ejemplo, el caso de Franco Sosa, que si bien no lo convence del todo, es una alternativa menos sobre el andarivel derecho, donde tantos problemas hay. Incluso, pensando en el juego de pasado mañana ante Nacional, por la Copa Libertadores, tiene a Clemente Rodríguez con una contractura en el gemelo izquierdo y a Nicolás Colazo con molestias físicas.

En la calle siente Bianchi la desazón de los hinchas. Incluso, la gente suele pararlo y se repite la pregunta: "Carlos, ¿por qué perdimos?". Y la respuesta se repite: "Porque jugamos mal y cuando uno juega mal, suele perder". Así de simple y así de concreto es el Virrey con cada simpatizante que se acerca a consultarlo por los problemas del equipo.

Su cabeza no se detiene. Piensa en cada momento en cómo encontrarle la solución al mal juego. Sabe que debe cambiarle el chip al plantel, respecto del proceso anterior. Ése era el principal objetivo que se había trazado desde el comienzo de su ciclo, aunque ahora se encuentra con una problemática diferente y extra: el bajo nivel individual. Sabe que debe hallar un método para recuperar a varios futbolistas que él entiende que le pueden ofrecer soluciones para este presente lleno de interrogantes.

Se deben tomar determinaciones y es posible que desde pasado mañana, en el partido en la Bombonera frente a Nacional, se comiencen a ver dos equipos distintos: uno para el torneo Final y otro para la Copa Libertadores. Dependerá del resultado ante el equipo uruguayo cuál será la formación elegida para cada caso.

Pero las preocupaciones no terminan en lo que tiene a mano, sino que siguen en el recambio. El domingo por la mañana, Bianchi estuvo observando a la reserva (donde jugaron Rivero, Cellay, Pol Fernández y Paredes), que igualó 1-1 con Unión, y tras el partido se quedó con una sensación de vacío que lo mantiene alerta.

De todas formas también Bianchi debe lidiar con un vestuario que mantiene un profundo respeto por su figura, pero que, en algunos casos, mira con cierto desencanto. Hay versiones que indican que en algunos jóvenes disminuyó el embelesamiento del comienzo y que en el grupo de los más grandes se escucharon algunas quejas respecto de la metodología de trabajo del DT y su cuerpo técnico. Aunque también es claro que a nadie se le ocurre cuestionar nada delante del Virrey. Si hasta los dirigentes saben que están protegidos de las críticas de la tribuna, ya que les dieron lo que pretendían: Bianchi y... Riquelme.

Es un momento en el que todos parecen estar bajo una mirada aguda. El Virrey conoce los problemas; será cuestión de saber si los resolverá a tiempo.