La victoria ante Colón: Con la mente puesta en conquistar América
Por Martín Nicolás Herrera @MartinNHerrera |
 |
Terminó el verano y volvió Boca y volvieron los colombianos y volvió Tevez. El 32 se llevó todos los flashes de entrada, desde el aplausómetro al dar la formación hasta el "que de la mano de Carlos Tevez..."
Por mi parte (para el que no lo sabe soy detractor del ex Shanghai), no esperaba menos de la gente de Boca que siempre alienta. Después, él deberá ganarse los aplausos con actuaciones y ya no los tendrá comprados como antes. Anoche, Tevez devolvió ese recibimiento con un muy buen partido. Enchufado desde el inicio y más rápido que la versión playera, fue parte del tridente de Boca que en este nuevo sistema hacen de pistones apoyándose en los pivoteos del 9. Así fue la primera jugada del partido donde un taco exquisito del vapuleado y bancado por Guillermo, Walter Bou, dejó a Pavón mano a mano, Cristian no perdonó y en 3 minutos Boca le ganaba 1-0 a Colón. Era todo a pedir del Xeneize, que en esos 25 dominó ampliamente y tuvo 3 chances claras de gol con cada uno de sus mediapuntas: Pavón gol, Cardona tapó el 1 y Tevez muy desviado (en todas Bou con muy buenas intervenciones). Colón no hacía pie y recurría en exceso a la pierna fuerte y la falta (penal no sancionado incluido por una clara mano de Conti). A partir de ahí, se vieron las grietas del sistema: el 4-2-3-1 de Boca no está seteado para dominar desde la posesión de sino para ser explosivo y eso se notó los últimos 20. Barrios y Nández son 2 pulpos impasables pero si después la jugada no sale, la bola vuelve muy rápido. Y, si a eso le sumamos que Cardona y Tévez pierden nafta rápido, se empieza a sentir descompensado el retroceso por los costados. Colón, lo hizo notar, se animó y ahí Rossi (otro bajo la lupa marplatense) respondió por 2.
La segunda parte arrancó igual y Guillermo, más rápido que de costumbre, tomó nota que Boca necesitaba un volante más y metió a su nuevo comodín Buffarini. Buena lectura del DT pero el tema estuvo en sacar a Walter Bou, de gran partido. Colón seguía dominando pero sin área; nunca el sabalero pudo llegar con peligro. Ese Boca incómodo, sacó a relucir su poderío ofensivo matador y en la primera que tuvo lo liquidó. Nández recuperó (casi una redundancia a esta altura), a Tevez lo comieron pero la pelota sale larga para que el mismo Nández (que entiende qua a este Carlitos 2018 hay que jugar a pasarle por el costado) defina extraordinariamente por arriba de un arquero larguísimo (¿Y cómo haces para sacarlo ahora a Nahitan?). Nuevamente todo azul y oro de la mano de un Tevez que se cansó de generar faltas, ganar amarillas y una roja. Con la cancha de frente se lo notó muy mejorado al 32: más rápido pero menos potente (esa falta hace que de espalda no la pueda sostener como antaño). Le sobraron minutos al partido y sólo restaba saber si Boca ampliaba aún más cosa que no pasó por las malas decisiones de Pavón en el último pase y por una muy mala (¿Cuándo no?) definición de Espinoza en el final.
Un pequeño párrafo aparte para la organización que desde la llegada de la Súper Liga y la tv privatizada no para de ser más deficiente: más demoras al inicio, más demoras al ET, malas repeticiones, etc.
Fue final 2-0 de la mano del gran poder de fuego Xeneize en un equipo que, como pocas veces, no tuvo puntos flojos. Guillermo ganó el partido que le importaba por sobre los de verano y ganó la apuesta de Bou por sobre Wanchope. Aún en el debe está el 4-2-3-1 que aún no logra el equilibrio entre la explosión y el dominio del partido. Pero Boca es letal y lo ratificó anoche para estirar la diferencia en la punta a 6 puntos lo que le asegura seguir puntero pase lo que pase la semana próxima ante el escolta San Lorenzo.
La gente se fue feliz en una noche que ya trajo aroma de Copa Libertadores y en La Bombonera aún retumba el "uruguayo, uruguayo, uruguayo..."
Por Martín Nicolás Herrera @MartinNHerrera para SoyBoca
|
|
