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Gallardo es triste...

Por Marcelo Rodríguez para el blog Corazón y pases cortos

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Recuerdo cuando César Menotti no quería convocar a Vicente Pernía a la selección… Recuerdo como Mario Sapag imitaba al entrenador y argumentaba que no convocaba al lateral de Boca porque es “triste”. ¿Qué tendrá que ver Gallardo en todo esto? Que Gallardo, Galardo o cómo le digan es tan triste como cualquier otro entrenador, que le cuesta perder, que ha sido inflado injustificadamente por cierto periodismo que hoy empuja el carro de River para ver si Napoleón llega a donde llegaron otros… Si hasta los hinchas han perdido la brújula de su supuesto paladar negro, ovacionando a Ponzio, por ejemplo.

Creo que los hinchas de River y sus periodistas cuidadores de las formas, tienen más deseos de tener a su propio Bianchi que cualquier otra cosa. Y en esto Guillermo tuvo y tendrá la razón: “El Boca de Bianchi no se va a volver a repetir, ni en Boca ni en ningún otro club”.

Como si hubiera un deseo frustrado, una envidia de querer ser lo que no se es. Querer vivir lo que el otro vivió. Y se sabe: la envidia es uno de los peores sentimientos. Te llena de odio,  no te deja disfrutar de lo que tenés;  querés llegar arriba por el otro, no por vos. Y Galardo terminó demostrando esto. Tanto es así que en vez de pegar el portazo a fin de año como insinuó durante todos estos meses, ahora se va a quedar… Sólo le recordamos a Galardo desde estas líneas que “soldado que huye, sirve para otra guerra”.

Ahora, los méritos de Galardo, como dice cierta patria periodística, radica en que se tuvo que reinventarse. Que se le fueron jugadores, que sobre la marcha tuvo que armar equipos y que tiene pasta, chapa o lo que sea para jugar los mano a mano, salvo el que disputó con Lanús, claro está.

El que me lee sabe que Guillermo no es entrenador de mi devoción y que por suerte, puedo separar lo que fue como jugador de lo que es como entrenador. Quiero que le vaya perfecto! Pero a veces me lleno de bronca con algunas decisiones que tomó y que en varias otras variaron gracias al destino y no a determinaciones pensadas y evidentes para todos. 

Pero si hay algo que Guillermo hizo muchísimo más que Galardo fue lo mismo que tanto ensalzan de Napoleón: el reinventarse. 

Boca arrancó un campeonato en donde la clave era formar un equipo alrededor de Tevez. Hubo cientos de pruebas; algunas con más o menos éxito, pero la mejor de las combinaciones apareció con la vuelta de Gago. Cuando Guillermo tenía el equipo armadito, poniendo rivales en fila para ganarles, Tevez decidió bajarse del barco. 

¿Recuerdan? De ese equipo que giraba alrededor del Apache, tuvo que reinventarse; buscar otras espaldas, pensar en otros nombres y en otros esquemas. Y Guillermo pasó esa prueba. 

Hace poco, debió reinventarse nuevamente. Aquella paternidad que el equipo tenía con Fernando, de un día para el otro la perdió. Y debió pensar en otra cosa, en otras circunstancias. Ya no estaba la salida clara o la asistencia de gol de 40 metros. Ahora tenía que pensar en otra cosa, con un Nández que poco tiene que ver con Gago, más allá de sus cualidades indiscutidas. 

Y este Boca volvió a reinventarse. Con Nández, sin Gago, otras veces sin Cardona. Con Pablo Pérez en una función un poco más de juego que de corte; con un Junior Benítez o Cristian Espinoza. Pero sin dudas dejó de ser el equipo de Gago, para ser el equipo de otro, el de Pérez, el de Cardona, Nández… Se tuvo que reinventar, tal cual como dicen que lo hizo Galardo. 

Pero claro. La patria periodística que protege a River habla del gran Galardo, y de su parecido con Bianchi. Que es el mejor de todos, dicen. Pero de a poco, también el gran Napoleón va mostrando la hilacha; y recuerden, si sigue sumando frustraciones, se pondrá peor.

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca)

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Autor del libro "Con Alma y Corazón". Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además en la inolvidable Asi es Boca.