<< Boca ganó 2 a 1 y se trae 3 puntos de oro de Paraguay | Principal | Vení a ganarle al Ciclón!!! >>

¿Alcanzará?

Por Marcelo Rodríguez para el blog Corazón y pases cortos

Subilo a Facebook! Subilo a Twitter!

ASU05. ASUNCIÓN (PARAGUAY), 28/04/2016.- El jugador Marcos Riveros (d) de Cerro Porteño disputa el balón con Cristhian Erbes (i) de Boca Juniors hoy, jueves 28 de abril de 2016, en un partido entre el Cerro Porteño paraguayo y el Boca Juniors Argentino por la Copa Libertadores, en el estadio Defensores del Chaco de Asunción (Paraguay). EFE/Andrés Cristaldo Benítez

Es difícil no ilusionarse, por más que haya sido Cerro Porteño de visitante. No es sencillo que los hinchas no se suban al carro de la victoria, sin que esto discrimine a los que son más o menos críticos. Pero, más allá de lo visto, ¿alcanzará?

Sin Fernando Gago, sin Andrés Cubas, Boca tuvo que improvisar un volante central un puesto clave en cualquier equipo, y mucho más en el xeneize, con Leo Jara. Pero ahora resulta que Jara estaba volando de fiebre y Guillermo tuvo que incluir a Cristian Erbes, quien tiene problemas físicos. Si esto fuera poco, el Comandante Chávez con algunas molestias y encima de todo, con un Pablo Pérez díscolo, que no se sabe cómo puede reaccionar de un momento a otro. Y más, porque Gino Peruzzi está muy lejos de lo que llegó a ser y el Chaco Insaurralde extraña demasiado al Flaco Schiavi.

Pero Boca fue. Boca va… Este Boca, creo, dio muestras de recuperar esa vieja mística. Y no hablo de la copera, hablo del ser de Boca. Los viejos equipos xeneizes se agrandaban en la difícil, cuanto más escollos tenía que salvar, más y mejor respondía. Y ayer me hizo recordar, como ya lo escribí alguna vez, esos relatos de Víctor Hugo, que dejaba la garganta en cada ataque boquense.

No sé… Todavía hay miedo en ilusionarse. Todavía sostengo que, jugadores cíclicos, equipos cíclicos. Que Lodeiro y Pérez en definitiva, cuando están bien, son importantes para Boca. Son fundamentales. Pero cuando estos entran en su propia cadena descendente es ahí donde todo se complica.

Porque en definitiva, mucho se habla y se hablará de qué cosa es clave en un equipo. Y si bien las tres líneas son importantes, hay una que si funciona bien, le soluciona muchos problemas a las otras dos, y esta línea es el mediocampo. Cuando los volantes trabajan bien, los defensores reciben a los atacantes con pocas chances. Y cuando los volantes andan bien, los delanteros son bien asistidos y bien acompañados.

Lo dijo una vez el Patrón Bermúdez, cuando sostuvo que el medio que Boca tenía por aquel entonces, “nos dejaban a los delanteros casi muertos para enfrentarlos”. Y eso, en aquel Boca de Bianchi se notaba, más allá de las calidades de los futbolistas como el Patrón, Arruabarrena, Samuel e Ibarra.

Dos cosas antes del final. No fue penal de Pérez. El jugador está de espaldas a la jugada y decir que abrió los brazos a propósito, es pedirle a los futbolistas que sean muñequitos de metegol. No fue penal el que cobró el árbitro, un tipo que tiene pinta de ser el dueño de un parripollo, impresentable.

Se sabe que, con el paso de las llaves, los rivales van a ser cada vez más complicados. Mucho más si se repiten arbitrajes como el de Paraguay. Pero hay fe. El tema es saber si con esta reducción drástica del plantel, no sólo en nombres o en número, si no que hay una reducción de calidades, a Boca le alcanzará para ganar la Copa.

Hoy me animo a asegurar que si Boca no llega por lo menos con chances ciertas a jugar una final de Libertadores, será pura y exclusivamente culpa del pasado cuerpo técnico que armó un plantel totalmente  desarticulado, con sobre población en puestos y en otros nada. Y también, en medida importante la dirigencia, que abaló ese tipo de plantel y sabiendo que en octavos se podían cambiar tres jugadores de la lista oficial, tendrían que haberse puesto a trabajar para solucionar los errores anteriores, en silencio y sin tanta publicidad de que se va a buscar a tal o cual jugador. Cosa que no hicieron.

Pero si Boca llega con chances a un final, y ni qué hablar si la gana, será mérito de Guillermo, quien en los peores momentos supo cómo comandar el equipo y, más que nada, supo mentalizarlos, que es lo más difícil que un entrenador tiene por delante cuando se hace cargo de un equipo.

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además  en la inolvidable Asi es Boca.