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Más negro que la camiseta...

Por Marcelo Rodríguez para el blog Corazón y pases cortos

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Lo voy a repetir todas las veces que sea necesario: perder está dentro del juego, no se puede ganar siempre; pero hay maneras y maneras. Y dar lástima, como la dio Boca ante Tigre, no lo acepto ni lo aceptaré. Porque la sensación final es que cualquier pelotudo viene y te gana. No lo digo para ofender a la gente de Tigre porque en realidad, hacen lo que pueden y es digno lo que realizaron el domingo; apunto a Boca. A esta cuestión de resucitar “muertos”.

Hubo una época, antes de la llegada de Bianchi en el 98, que equipo que venía de perder diez partidos, jugaba con Boca y ganaba. Jugador que al xeneize le hacía tres o cuatro goles en un encuentro, después desaparecía del mapa futbolístico y nunca más se sabía de él, nunca un gol más.

Y entramos en esta variante por culpas propias. Porque una vez más, se hace carne la teoría que sostengo desde hace tiempo: jugadores cíclicos, rendimientos cíclicos. Un partido bien, otro regular y cinco mal. Y así, de tantas ganas que tenemos que a Boca le vaya bien, que cuando ganamos un encuentro, ya pensamos en la gran mejoría futbolística y no nos damos cuenta que es producto de varios elementos, entre ellos, ese rendimiento cíclico de los futbolistas.

Repito, no es casualidad que Díaz, Gago y Tevez sean los más regulares. Díaz por su experiencia, Gago porque después de la lesión tuvo continuidad y Tevez porque se está reencontrando con un mejor estado físico. No es casualidad, tampoco, que después de 15 días de trabajo ininterrumpido, Carlitos rinda mucho más.

Por eso, la otra reflexión que cabe es que le estamos pidiendo peras al olmo. Y, en gran mayoría, los jugadores del plantel xeneize ya dieron lo máximo. Tuvieron su mejor ciclo cuando Boca salió campeón con el Vasco, y después cayó como indefectiblemente iba a caer.

Insisto: repasemos los historiales de los jugadores. De dónde vienen, por qué fueron vendidos, cuánto jugaron, cuántas veces se lesionaron. ¿Alguien hace ese laburo en Boca a la hora de contratar a un jugador?.

Sin ir más lejos, Jonathan Silva es algo que realmente nuestros ojos no pueden entender. Ese jugador llegó al club como si fuera el nuevo Marzolini, porque su club de origen ni siquiera quería que hablara con Boca. Ahora se le está buscando el vuelo más directo a Portugal.

Como dije: algunos ya dieron todo, otros son inflados mediáticamente y otros tienen la cabeza quemada. En este último caso, creo que Chávez es uno de estos que tienen la cabeza quemada. Que lo mejor para él y para Boca, sería que juegue 10 partidos en reserva. Que se recupere anímicamente, que haga goles, que se tenga confianza nuevamente.

Palacios, uno de los jugadores que particularmente defendí, ante Tigre mostró que mi “esfuerzo” no vale la pena. Lo mismo que con otros jugadores que, lamentablemente, van a tener que salir del plantel para darle lugar a otros.

No con más hambre, sí jugadores que tengan continuidad, que sean figuras en sus equipos y que quieran ir a Boca. Tres cosas fundamentales.

Mientras tanto, es lo que hay.
Capaz que el miércoles le ganamos a Racing y se hablará de un nuevo equipo, del mejoramiento de los once. Sin embargo, para mi será parte de ese circuito del jugar bien al jugar mal que tienen los futbolistas xeneizes.

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además  en la inolvidable Asi es Boca.