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Tema del día: Las divisiones inferiores

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Foto vía foto @MaruBertacchini

Las Penas Son De Nosotros Las Vaquitas Son Ajenas, decía don Atahualpa en "El arriero"...En las divisiones menores de Boca pasa algo parecido. Se generan jugadores que después raramente llegan a primera o se van en extraños negocios de la manos de representantes y otros parásitos que pululan por el club desde tiempos inmemoriales...Les dejamos 2 notas de Canchallena al respecto y los reportajes que les hicimos en SoyBocaRadio a Any Lumetto y Julián Chicco (joven promesa del semillero Xeneize) que son complementarias e ilustrativas de la realidad que se vive en nuestra institución con relación al mal aprovechamiento de los recursos por parte de Boca...

Divisiones inferiores: Boca es una fábrica que malgasta su producción. Por tercer año consecutivo es el mejor en el fútbol amateur; sin embargo, en la primera apenas Cubas y Bentancur parecen con nivel para afirmarse; casi 20 jugadores serán cedido a otros clubes...

Por Diego Morini para canchallena.com


El dato es contundente: Boca terminó por tercer año consecutivo como el mejor en el fútbol amateur; lideró la estadística general y obtuvo dos de los seis títulos en juego. La situación es inmejorable para cualquier institución, en especial, porque representa el futuro. Sin embargo, en la entidad Xeneize no se estaría cumpliendo la ecuación. Porque en el equipo de primera división no se advierte una formación compuesta por los juveniles y porque de las últimas camadas apenas Andrés Cubas y Rodrigo Bentancur aparecen como piezas que ofrecen ciertas garantías. Lo realmente significativo es que son casi 20 los jugadores que serían cedidos y otros siete ya recibieron la noticia de que se les rescindieron los contratos.

Por la Ribera no es un tema menor esto de tener una producción poco potable para el fútbol grande. Hay una preocupación real. Incluso, en los próximos días se realizará una reunión entre el presidente, Daniel Angelici, el DT Rodolfo Arruabarrena, Rolando Schiavi, técnico de la reserva, y Jorge Coqui Raffo, coordinador general de las divisiones inferiores para determinar los principales inconvenientes. En los pasillos de la Bombonera están atentos a la falta de comunicación entre el entrenador de la reserva y el coordinador de las inferiores. El Vasco ya le pidió a Angelici que tomara alguna determinación porque en 2016 Boca tendrá doble competencia, y no son muchos los futbolistas a los que puede recurrir en busca de recambio.

Boca hace años que no tiene un arquero surgido de las divisiones menores y que no termina de encontrar defensores centrales. No puede tener laterales, le cuesta encontrar volantes de jerarquía y no tiene delanteros que rompan el molde. Porque Ni Leandro Marín, Luciano Monzón, Nahuel Zárate, Juan Komar o Nicolás Colazo, los últimos casos, pudieron adueñarse de los puestos cuando tuvieron oportunidades. Le costó demasiado a Cristian Erbes ser el volante central de Boca y tampoco pudieron afirmarse Cristaldo, que fue cedido a Elche, o Gonzalo Escalante, que ahora juega en Eibar, de España. Pero tampoco dieron un salto Lucas Viatri (Estudiantes de La Plata), Nicolás Blandi (San Lorenzo) o Sebastián Palacio (sería prestado Peñarol, de Uruguay).

No son muchos los juveniles que llegaron a la primera y son recordados con facilidad. En el arco, los últimos nombres que aparecen rápidamente son Javier García y Sebastián D'Angelo; en la defensa, Gastón Sauro, Juan Forlín, Ezequiel Muñoz y Matías Silvestre; como volantes, Ever Banega, Nery Cardozo, Nicolás Colazo, Nicolás Gaitán, Juan Sánchez Miño, Nicolás Bertolo y Fernando Gago, y en el ataque, Viatri, Blandi y Boselli.
La octava división es bicampeona del torneo de la AFA.  Foto: Prensa Boca

Ante este escenario es que Boca sale a buscar afuera. Un dato que marca la falta de resultados en la cantera es que desde 2013, con el regreso de Daniel Díaz, no puede establecer un compañero para Cata y lo acompañaron nueve zagueros diferentes. En el último mercado de pases trajeron jugadores como Leonardo Jara y Jonathan Silva, de las inferiores de Estudiantes, para potenciar la defensa. Y también participó de una novela interminable por repatriar a Daniel Osvaldo. Antes había destinado dinero en Fernando Tobio, Gino Peruzzi, Pablo Pérez y Nicolás Lodeiro. Lo real es que Boca no logra respetar aquella frase de campaña de Mauricio Macri: "Nueve de los once titulares deben ser formados en el club".

Los nombres de los chicos que para la próxima temporada serán cedidos a préstamo son los de Komar, a Talleres; Cristaldo, a Elche; Tomás Pochettino y Agustín Bouzat, a Defensa y Justicia; Gabriel Guerra, que volverá a PKNS de Malasia; Juan Manuel Orfano, a Atlético de Rafaela; Alan Aguirre, a Ferro; Ricardo Cabrera, a Gimnasia, de Jujuy; Juan Manuel Torres, a Estudiantes de Buenos Aires; Fernando Evangelista, sigue en Atlético de Tucumán; Nahuel Zárate, a Newell's, y Guillermo Fernández, que sigue en Godoy Cruz.

Son muchos los futbolistas formados en Boca que no están en los planes de la Ribera, porque Joel Soñora fue vendido a Stuttgart, de Alemania; Nahuel Cisneros pasaría a Villarreal; Leandro Marín podría seguir en San Lorenzo, y Federico Bravo sería prestado si aparece un club interesado. Además, regresaron de sus préstamos y Boca pretende cederlos otra vez: Gabriel Ferreyra, que estaba en AIK, de Suecia; Nicolás Maná, en la Universidad de Porres, y Dino Castagno, en Brown de Puerto Madryn. Ahí no termina la nómina porque a los chicos que firmaron su primer contrato también les estarían buscando club: Matías Zaragoza, lateral izquierdo, Facundo Taborda y Jamil Romero, delanteros. Además, volvió Luciano Acosta, de Estudiantes, pero la idea sería incluirlo como parte de pago en cualquier operación por traer otro delantero.

Los apellidos que componen el universo Xeneize son infinitos. Por eso también se resolvió rescindir los contratos de Juan Manuel Imbert, Joel Acosta, David Achucarro, Alan Pérez, Mauricio Aubone y Joel Rodríguez. Estos chicos desde hace un tiempo estaban jugando en otros equipos y no figuraban en los planes de los entrenadores de la primera: antes Carlos Bianchi y ahora Rodolfo Arruabarrena. Aunque es real que los dos técnicos les dieron chances a muchos de ellos, pero ninguno logró consolidarse.

"En las divisiones inferiores, entre sueldos, mantenimiento, alquiler del predio, pensión y comidas, se invirtió en 2015 el equivalente a 5.000.000 de dólares. Es decir que la cantidad de billetes que se destinan a la fábrica de talentos es importante, pero no está dándole al plantel de primera la cantidad de piezas necesarias"

El dinero que invierte Boca en el fútbol es muy importante. En 2015 gastó casi 800.000.000 de pesos y para este primer semestre de 2016 proyectó un gasto de 840.000.000 de pesos.

Es verdad que Boca vendió en 2014 jugadores como Juan Sánchez Miño, en casi 4.500.000 de euros a Torino; Leandro Paredes, en US$ 4.500.000, a Roma; Leonardo Suárez, en 2.000.000 de euros, a Villarreal, y a Lucas Viatri, en casi 3 millones de dólares a Shanghai Shenhua de China, pero la última vez que la entidad de la Ribera sacudió el mercado con una venta por un futbolista formado en su casa fue en 2010, cuando transfirió a Nicolás Gaitán a Benfica, en 12 millones de euros.

Boca también vivió situaciones poco felices con los juveniles, ya que perdió talento por la famosa patria potestad. En 2000, Fabricio Coloccini, con 17 años, dejó el club para jugar en Milán. Un caso similar fue el de Cristian Ledesma, que en 2001 aseguró que viajaba a ver a su madre a Puerto Madryn y no volvió más al club de la Ribera, ya que unos días después firmó con Lecce, de Italia. Y también se le escapó Oscar Trejo, en 2006, para jugar en Mallorca.

Boca no puede aprovechar su producción y necesita urgente encontrar una filosofía que le permita nutrir a su primer equipo y que, a la par, sostenga los lujos de tener un plantel europeo como el que conduce Arruabarrena.

Un equipo con juveniles que pasaron de largo.

Por Diego Morini para canchallena.com


Del ilusorio 9 de 11 al realista 2 de 11. Por Claudio Mauri para canchallena.com

Cuando Mauricio Macri asumió la presidencia de Boca a fines de 1995, entre las muchas cuestiones que pretendía cambiar figuraba una promesa que no pudo cumplir en el tiempo: que 9 de los 11 titulares fueran de las divisiones inferiores. El Boca de Macri fue el más exitoso de la historia del club, pero no por el aporte del semillero que estaba a cargo de Jorge Griffa. Los títulos llegaron de la mano de Riquelme, Guillermo Barros Schelotto, Palermo, el trío de colombianos. Incluso, antes de que empezaran a surgir los juveniles propios, Boca le compró un paquete de promesas a Argentinos, entre las que estaba Riquelme.

Angelici es un continuista del macrismo, pero no se le ocurriría comprometerse con un proyecto como en el que se embarcó hace 20 años el presidente de La Nación. Y menos en este momento, en el que parece haber menos lugar para la producción casera y se les abre la puerta de salida a algunos juveniles que hace apenas un verano atrás representaban el futuro, como Cristaldo (un gol a River) y Pochettino. Al mismo tiempo, llegan dos laterales (Silva y Jara), lo cual refleja una carencia de fábrica.

En un fútbol exportador como el argentino, todos los clubes miran a sus inferiores en busca de soluciones deportivas y económicas. Los jóvenes, al margen de sus condiciones y de la responsabilidad con que lleven sus carreras, dependen de la coyuntura, del momento. La dirigencia de San Lorenzo, con el arribo de Pablo Guede, busca la promoción de valores de la que no se ocupó Bauza, entregado a los jugadores con experiencia y oficio. En 2015, Vélez, obligado a sacarse de encima contratos onerosos por sus penurias económicas, cubrió esos huecos con mayoría de pibes. Fue un ascenso compulsivo, que respondió más a las urgencias que a un proyecto programado. En el corto plazo, los resultados deportivos no fueron satisfactorios, detrás de lo cual se desnudó otra realidad: varios juveniles todavía no tenían aprendidas las exigencias y cuidados que demanda el profesionalismo.

En Boca siempre la presión es máxima. Viene de obtener dos títulos con pocos días de diferencia, pero la Copa Libertadores es una obsesión que actúa como filtro. Tal es así que aplica la fórmula inversa al sueño de 1995: sólo 2 (Cubas y Tevez) de 11 son de las inferiores.  Por Claudio Mauri para canchallena.com



  
Any Lumetto hablando sobre el tema juveniles en SoyBocaRadio. Además Julián Chicco y todas sus ilusiones de poder jugar en primera algún día