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Angelici, Riquelme, Bianchi, Cvitanich y las soluciones que no llegan

La información de la mañana

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La exasperante lentitud para cerrar algún trato por parte de Daniel Angelici, comienza a poner nervioso a Carlos Bianchi y a todo el mundo Boca. Hasta ahora solo se han ido jugadores y ha llegado Calleri, que ya estaba abrochado desde que se compró parte de su pase el semestre pasado. Hoy debería ser un día de definiciones ya que el presi se va a Brasil a disfrutar del equipo de Sabella, en el VIP de la FIFA, que ponen Grondona e hijos a disposición de la barra bullanguera de la AFA y hasta el lunes no podrá retomar su rutina desabrida y cansina, en cuanto a incorporaciones. Cabe destacar que Boca enfrenta a Huracán el 26/07 por la Copa Argentina. ¿Tendrá el corazón partido el querido tanito? Vamos Angelici! A trabar de cabeza como dicen los pibes de La Passucci...

Dedicado al tano:

Vamos Xeneize no le falles a tu hinchada
Esta es tu hinchada que te sigue a dónde vas…
Hay que poner un poquito más de huevo
Y todos juntos la vuelta vamos a dar...

La info: En el gran sillón de su casa, frente al televisor que muestra partido tras partido del Mundial, Juan Román Riquelme espera un “sí”. El 10 de Boca, que ayer terminó su contrato con el club y es jugador libre, considera que de su parte ya se habló todo lo necesario para ejecutar la tan demorada renovación contractual. El hombre de Don Torcuato se cansó del ida y vuelta interminable entre su representante y la dirigencia. Es por eso que decidió mantener su firmeza y esperar por la definición.

Para Román, la próxima reunión tiene que ser para firmar el contrato.

La historia de las últimas horas marca el pulso de la tirantez en la relación entre la dirigencia y el enganche. Daniel Angelici llamó a Daniel Bolotnicoff en la tarde del lunes para pactar una reunión. Con el encuentro listo, con fecha de ayer y lugar acordado en La Bombonera, Riquelme movió su ficha otra vez. Llamó a su representante y le dijo que no hacía falta reunirse, que no tenía sentido seguir negociando un contrato que él había aceptado y que se firmaría cuando los dirigentes decidieran hacerlo. Con la cláusula que el 10 pretende, claro.

Riquelme considera que ya aceptó todo lo que le ofreció el club, sin negociar cuestiones.

Sólo pidió que se respete el pago de su sueldo en pesos, anclados al valor oficial del dólar. Sin tope.

Su determinación de exigir eso tiene que ver con que en su último vínculo perdió la mitad del dinero pactado debido a la devaluación. Teniendo en cuenta que por diferentes circunstancias, el 10 nunca pudo cobrar completo un acuerdo desde que es jugador de Boca, ahora decidió mantenerse firme.

“En la primera etapa en Boca cobró como juvenil. Cuando vino del Villarreal sólo estuvo al día cuando le pagaba el presidente del club español y luego no. Y en el último, el propio presidente dijo que Román perdió la mitad del contrato por una cláusula”, explicaron desde su entorno.

Desde la dirigencia se muestran cautos, aunque optimistas. Las diferencias entre algunos hombres de peso en el club tienen que ver con que algunos quieren resolverlo ya y otros, entre los que se encuentra el presidente Angelici, se toman la cuestión con mayor paciencia. Lo cierto es que el viernes Boca cumplirá una semana de trabajo de pretemporada y su futbolista más importante, que ya quedó libre, sigue sin arreglar su contrato. ¿Cederá Angelici a la cláusula pedida?

El presidente y el 10 hablaron por teléfono en las últimas horas.


Fue allí que Riquelme le comunicó a Angelici que solamente espera un “sí” y que ya está agotado de reuniones y negociaciones. Román considera que no hay lugar para otro encuentro que no sea el de la firma del contrato que ya aceptó con la única cláusula que pidió.

La situación del tope del dólar es la garantía que el enganche quiere tener para no volver a perder lo firmado.
Y Angelici, que tuvo que sepultar sus broncas en detrimento del pedido popular, vuelve a ofrecer un capítulo de incertidumbre. Entre dos tipos tan distintos como obligados a seguir juntos.

Por  Sebastián Varela Del Río para Clarín


Bianchi está preocupado porque no llegan refuerzos, más que nada el delantero, y ya lo hizo saber. Apuren.

Goool”, le sale de adentro, sin querer, a Jonathan Calleri cuando la mete en un trabajo táctico. Hasta parece quedar de cara a las rejas y amagar con treparse... Tantas ganas tenía de jugar en Boca que no lo puede contener. Por ahora, el ex All Boys es el único refuerzo que se sumó al plantel, además de los regresos de Magallán, Burdisso y Palacios. Carlos Bianchi quiere más y, por ahora, no se los traen. Lo grita el Virrey, le dijo varias veces sobre su preocupación a Daniel Angelici.

El pedido principal del Virrey es un delantero que pueda jugar con Gigliotti y también tenga gol, como lo eran Scocco y Bergessio, y hoy lo es Cvitanich, la principal obsesión que tiene Bianchi en este momento, sacando a Riquelme. “Arreglen con Román aunque eso haga que no llegue algún otro”, les dijo el entrenador a los dirigentes. Después, se mostró preocupado porque empezó la pretemporada con un solo jugador nuevo (Calleri), muchas negociaciones a fuego lento y los dos primeros delanteros de la lista descartados (Scocco y Bergessio). Y en tercer lugar, no insistió ni por Carrizo (Central) ni por Meli (Colón), sino por Castellani (Godoy Cruz), uno de los volantes que señaló su ayudante de campo, José María Castro, y por el que hoy podría haber una reunión. “Carlos nos volvió a pedir por él”, contó un dirigente de peso, aunque siguen yendo por los tres.

Por Cvitanich ya hubo avances: hablaron con Eduardo Gamarnik, su representante, y si bien saben que es difícil, están buscando la forma de sacarlo del Niza, ya que el delantero tiene ganas de volver a la Argentina y también, de volver a Boca. Aunque hace poco más de un mes, durante sus vacaciones en el país, Cvita hizo público su deseo, ahora está en Francia de pretemporada y elige guardar silencio para no entorpecer cualquier negociación.

Van cinco días de pretemporada, hay un solo refuerzo, varias negociaciones sin final, no está Riquelme, tampoco Orión y Gago. Al Virrey le cuesta darle forma al Boca que tiene en la cabeza. Y está ansioso. Por el 10 y por el delantero que no llega.

Fuente: Ole