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Erbes, Orión, Díaz, y Forlin son baja para enfrentar a Gimnasia. Gigliotti en duda

Riquelme hasta los 40: Gran nota de Juan Pablo Varsky para Canchallena

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Se desgarró Erbes. El volante se perderá el partido ante Gimnasia, el último del campeonato, al igual que los suspendidos Orión, Díaz y Forlín. Gigliotti está en duda.

Cristian Erbes sufrió un desgarro en el músculo piramidal derecho, según arrojaron los estudios médicos a los que fue sometido, se despidió de la temporada y será la cuarta baja en la formación de Boca que visitará el domingo a Gimnasia de La Plata.

El  Pichi había sido reemplazado el domingo en el primer tiempo ante Lanús por el juvenil Andrés Cubas y se presumía que la molestia física no era algo menor, como se terminó de comprobar esta mañana.

Erbes será la cuarta baja en el Xeneize para visitar el Bosque platense en la última fecha del torneo Final, ya que tampoco estarán por suspensión el arquero Agustín Orión y los defensores Daniel Díaz y Juan Forlín, mientras que está en duda el goleador Emmanuel Gigliotti.

Gigliotti, el goleador de Boca con ocho conquistas, sufrió un fuerte traumatismo en el tobillo derecho y ante el Granate le dejó su lugar el cordobés Claudio Riaño.

En tanto, el capitán Juan Román Riquelme sólo realizó tareas en kinesiología y no tendrá ningún inconveniente para jugar este fin de semana.

Una probable formación de Boca sería con Emanuel Trípodi; Hernán Grana, Claudio Pérez, Juan Cruz Komar (haría su debut en Primera), Emanuel Insúa; Pablo Ledesma, Federico Bravo, Nicolás Colazo; Riquelme; Juan Manuel Martínez y Gigliotti o Riaño.


N de la R: Según comento Tato Aguilera esta tarde los dirigentes de Boca se van a reunir para unificar criterios sobre la situación de Román. La mesa examinadora estará a full?


Riquelme hasta los 40

Quiero jugar hasta los 40. Es una apuesta que hice con mi hermano. Acá o en otro club. Pero voy a seguir jugando", le dijo al periodista Mario Cordo en otro diálogo picante de la saga que han protagonizado en este campeonato. Un par de semanas atrás, ante una consulta muy similar, lo había toreado con un "a vos no te gusta hablar de fútbol". Según su manejo de los tiempos mediáticos, no había llegado el momento de jugar la carta.

Tras una muy buena actuación individual y colectiva en la Bombonera, lanzó la estocada anteayer. Fue su noche. El público le expresó su amor incondicional, lo ovacionó como si hubiera sido su despedida, le rogó que siguiera e insultó al presidente Angelici. Durante el partido la rompió. El equipo siguió creciendo, en funcionamiento y en la tabla. El contexto había cambiado. Era la hora de mandar el mensaje en cadena nacional. Y así lo hizo.

Fue tan potente el comunicado que no necesitó declarar a la salida del vestuario. Lo esperaban todos los periodistas, no habló con ninguno. The Best Speaker Ever. El 24 de junio cumplirá 36 años. Jugar hasta los 40, o al menos intentarlo, equivale a cuatro temporadas más. Entre los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018.

A mediados de 2010, la renovación de su contrato generó división en la Comisión Directiva. La votación terminó 9-8 a favor de la continuidad. En disidencia, renunció el tesorero Daniel Angelici. No estaba de acuerdo ni con el monto ni con la duración del vínculo, de cuatro años.

Como parte de la negociación, Ameal debió ceder el departamento de socios y el de las peñas al sector macrista. Le costó la derrota en las elecciones de 2011, a pesar del apoyo del kircherismo. Apuntalado por su jefe político Mauricio Macri, Angelici se convirtió en presidente a fines de ese año. Hoy no le sirve el gesto de la renuncia. Deberá tomar la decisión junto a sus pares de CD y asumir la responsabilidad. Tiene matices que podrá utilizar a su favor. Su mandato vence en diciembre de 2015. "Sería irresponsable de mi parte dejarle a la próxima gestión un contrato tan largo con un jugador de 36 años", sería una elegante y, al mismo tiempo, sensata respuesta a un hipotético pedido de renovación hasta 2018.

Sin embargo, el hombre no ha dicho "quiero cuatro años de contrato" como en 2010. Simplemente expresó su deseo de jugar hasta los 40. Cuida las palabras de la misma forma que la pelota dentro del campo. El balance entre Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 cerraba con déficit. Menos del 50 % de los partidos jugados debido a lesiones. Retiro voluntario entre junio de 2012 y marzo de 2013. Sin participación relevante en el título del Apertura 2011. La interna con Palermo hasta el retiro del goleador. La sensación de influir más en el vestuario que en la cancha. Sumado el mediocre rendimiento del equipo desde el regreso de Bianchi a principios de 2013, todo apuntaba a una salida sin reflectores ni consecuencias pesadas para Angelici. El ciclo se estaba agotando dentro de la cancha.

El clínico tiro libre en el clásico había quedado tapado por el cabezazo de Ramiro FM para el triunfo de River. Era cuestión de que llegara el 30 de junio para que todo acabara. Pero algo pasó en la noche del 20 de abril de 2014. Cancha de Tigre. Boca venía de dos horribles 0 a 0 ante Colón y San Lorenzo. Faltaban segundos para el tercero consecutivo. En la última jugada, recibió una pelota en su zona favorita. Nadie salió a marcarlo ni a bloquearle el tiro. Aprovechó el espacio y le prendió cartucho desde fuera del área. Su amigo Javier García voló e hizo más espectacular la imagen. Imposible sacarla de ahí. Golazo. Click de foto. Click de cambio. Era otro partido feo de Boca. Fue triunfo con otra perla marca registrada de su último gran héroe.

El domingo siguiente, el Arsenal de su entrañable amigo Martín Palermo visitó la Bombonera. Se divirtió. Hizo jugar a todos. 4-2. Luego faltó por lesión. El equipo confirmó su crecimiento y mandó al descenso a All Boys con el 1-3 en Floresta. Reapareció ante el Lanús de Guillermo y convirtió un partido de campeonato en su show personal. Cuarto triunfo seguido con once goles a favor. Boca había marcado 13 en las 14 fechas anteriores. Siete sin perder con cinco triunfos y dos empates. El equipo empezó a funcionar. La defensa sale de memoria. El mediocampo tiene variantes. Los delanteros hacen goles. Él dicta el tempo.

Decide cuándo, dónde y para qué. Bianchi habló de un buen futuro en la conferencia de prensa post 3-1 ante Lanús. En junio, los dirigentes tendrán la potestad de rescindir el contrato del entrenador y la obligación de definir la situación del capitán. Veremos cuánta repercusión generará la resolución de este asunto en pleno Mundial de Brasil. Nunca más volverá a ser el modelo 98 o su tremenda versión 2007. El tiempo pasa para todos. Pero puede reconvertirse en su objetivo de jugar hasta los 40 y ganarle la apuesta a su hermano.

Ante Tigre, lo vimos más retrasado, casi en la misma línea que Federico Bravo, el mediocampista central. Luciano Acosta de mediapunta y Riaño de nueve jugaron delante de él. El equipo no pudo darle sentido a esa idea. Influyó más en el resultado que en el desarrollo con ese golazo que activó la recuperación. Sin embargo, puede tomarse como referencia. Empezó de cinco clásico en la escuela Parque/Argentinos. Bilardo lo puso un poco más adelante para juntarse con Diego Latorre en su debut como profesional ante Unión, noviembre de 1996. Bambino Veira creyó que podía jugar por los costados. En agosto de 1998, Carlos Bianchi armó el 4-3-1-2 y fue enganche para siempre.

Omar Palma jugó hasta los 40 años en Central. Se retiró en junio de 1998. Empezó de ocho, fue enganche y terminó como mediocampista central rodeado de jugadores con dinámica para recibir sus pases y retroceso defensivo para no dejarlo solo en el medio. Coudet, Kily González, Vitamina Sánchez y Carracedo lo acompañaron en sus últimos años. Si hacía falta, se sumaba un metedor como Cristian Daniele. En Italia, Andrea Pirlo se dio cuenta de que el enganche iba a desaparecer. Debía camuflarse como segundo delantero o como mediocentro. Eligió la segunda variante. En Milán, Carlo Ancelotti lo rodeó con Gattuso y Seedorf a sus costados. Delante de ellos, Kaká. En Juventus, Antonio Conte le puso a su lado a Vidal y a Pogba, dos aviones, y dos laterales que se ofrecen como opción de pase. Pirlo ha vivido los mejores 10 años de su carrera jugando en la mitad de la cancha.

En Tigre, Gabriel Peñalba, ex enganche, se luce de eje distribuyendo el juego desde el centro. Tiene laderos que no paran de correr al servicio de la causa. Uno de ellos, Joaquín Arzura, está para la grande. Equipo corto, no más de treinta metros entre defensores y delanteros. Laterales que se proyecten y ventilen el juego. Medios que jueguen cerca, para darles ese pase de 4 o 5 metros. Delanteros que se muevan, que le tiren diagonales como real desmarque o como engaño para que pase el lateral o llegue el mediocampista. No tendrá una referencia para marcar. La mayoría de los equipos juega sin enganche. La recuperación es tarea colectiva. Un equipo maneja dos velocidades. La física para moverse y llegar, la mental para interpretar y resolver. Su velocidad de ejecución lo distingue. Sabe lo que va a hacer antes de recibir la pelota. Sólo necesita tener compañeros que se muevan.

El también deberá moverse, por supuesto. Nadie juega quieto. No me digan que no corre. Corre. ¿Menos que otros? Seguro. ¿Mejor que otros? Muy seguro. En un contexto favorable, le ganará la apuesta a su hermano. No sé dónde pero sí sé que Román puede jugar hasta los 40...

Por Juan Pablo Varsky | Para canchallena.com