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Macri no presentaría candidatura en el 2015 en Boca. Gago fuego. Yo te sigo a todas partes, aunque sea camuflado

Lo que quedó del fin de semana

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Mauricio Macri se retiraría de Boca y no presentaría candidatura en el 2015. En diálogo con el canal de noticias C5N, el líder del PRO opinó que “las segundas partes nunca son buenas”, en relación a una posible presidencia del club Boca Juniors una vez que la política deje de ser su agenda principal. “Me demandaba mucho”, dijo aunque agregó que “la política le interesa  a la gente en la medida que afecte sus intereses, el fútbol está en la mesa todos los días. Son dos cosas diferentes y los equilibrios son difíciles de mantener”. “Hay algo demandante que es un shock, cuando la gente me dice ‘volvé’. Eso no pasa en la política”, expresó el jefe de Gobierno de la Ciudad.

Fuente: LetraP


Gago fuego: Fernando tiene una distensión en la rodilla izquierda y no jugará más en lo que resta del torneo. Igual la sacó barata pensando en el Mundial, ya que podría estar lamentando una rotura de ligamentos...Fernando Gago recibió este lunes una mala noticia, aunque también podría analizarse de otra manera si se observa el vaso medio lleno. El volante se sometió a estudios por el dolor que tiene en su rodilla izquierda, el que arrastra del partido en Santa Fe, y los exámenes médicos arrojaron una distensión en el ligamento interno. En otras palabras, aproximadamente un mes afuera y chau torneo Final. No obstante, Pintita podría estar lamentando una lesión más grave, como una rotura, lo que complicaría todo pensando en el Mundial. Por ahora, no corre riesgo su participación en Brasil 2014. Gago, que viene apagado y aún no pudo mostrar su mejor nivel en esta nueva etapa Boca, tuvo un semestre muy lejos de lo esperado por la gente en lo futbolístico y ahora lamenta los pases de factura de su físico. Ole


Camuflados por amor. “Si hay un gol, aprieto las manos en el bolsillo de la campera. Y sufro”, admite Natalia, que deja todo por su pasión.

Natalia tiene 20 años y es capaz de dejar todo por amor. Ya eso es todo un mérito en tiempos en los cuales las relaciones se fundan en las obligaciones y no en los derechos. Pero Natalia ejerce su pasión con contundencia. Por eso es capaz de recorrer kilómetros y kilómetros para conseguir mariposas en el estómago. Ella, lejos de quejarse por el viaje, sonríe. Porque el amor, al final, es cada momento feliz. La particularidad de la historia de Natalia es que ella eligió querer para toda la vida a Boca. Hoy y aquí, otra vez y para siempre, se cita en sagrado matrimonio al infiltrarse en la platea de Colón de Santa Fe.

Natalia es una más de la lista de hinchas que viajan a todos los partidos de Boca fuera de la Bombonera y se infiltran en la hinchada rival. La medida de eliminar el público visitante les duele en el alma, pero es solamente un puente más para sortear en el marco de una pasión. Natalia pregunta en la tarde del sábado: “¿Está fresco en Santa Fe? Es que no tengo camperas con rojo para camuflarme en la tribuna”. Finalmente, un buzo colorado y una bufanda negra resuelven la situación. Esta vez no hubo que parar en el puesto de merchandising local como en ocasiones anteriores. Los gorritos de Newell’s, Central y San Lorenzo que quedaron guardados en el placard de casa son el mejor testimonio de que lo que importa es estar.

En el viaje desde Buenos Aires a Santa Fe, son tres a bordo de un auto lleno de ilusiones. Cuentan que a veces llegan a ser 10 y que en plena tribuna rival se encuentran con mucha gente “conocida de la cancha de Boca”, que también se infiltra. Se miran sin decirse nada, pero saben que están embarcados en la misma locura. Un hincha llega a afirmar que muchas veces pasan los 200 “colados”.

Son números al azar y también historias de pasión.

El grupito de hinchas se mete en la cancha antes de la apertura misma del estadio. Lo hacen sin llamar la atención. La consigna es entrar de la manera que sea. Al final, el guiño de la suerte hace que no tengan que pagar ni la entrada. “Nunca nos agarraron. Creo que solamente se dieron cuenta en la cancha de Arsenal, pero no nos dijeron nada”, cuenta Natalia. El grupo de amigos marcó asistencia casi perfecta en el torneo. Fueron a todos los partidos, menos al de Quilmes, que se jugó a puertas cerradas.

Siempre camuflados, aguantando por amor.

“Yo creo que cuando los jugadores entran y saludan, nos saludan a nosotros sin saberlo”, dice.

Un rato antes del comienzo de las acciones, un hincha de Colón se acerca y enciende la alarma. Pero todo se disipa debido a que el hombre busca la complicidad de la charla. Y sin saber que está ante hinchas de Boca camuflados, les dice: “Ojo que van a venir bosteros”. El grupo finge indignación.

La actuación también es una capacidad valorada en los infiltrados.

Natalia, la que por amor hace hasta lo imposible, suelta la última frase cuando la noche se va entre sus pasiones: “Lo complicado es el grito de gol.

Yo me aprieto las manos en el bolsillo de la campera. Y sufro.

Lo mismo que cuando tengo que disimular si nos hacen un gol. Es lo más feo y difícil que viví en mi vida”. Ella y todos los locos infiltrados nunca fueron a la AFA ni entienden de medidas de (supuesta) seguridad. Sólo saben de amor. De eso saben mucho. De querer en silencio.

Fuente Clarín. Por @sebavdr