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¿Llegó el esperado clic?

A confirmar la mejoría partido a partido

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Algunas señales parecen que se están gestando en Boca-futbol. De un 2013 para el olvido y un comienzo apático del 2014 en el cual parecía que muchos sectores fundamentalistas finalmente iban a jubilar a Bianchi y Riquelme, algo se notó el domingo pasado con relación a un cambio con compromiso incluidos todos de los actores conchabados.

No fue casual el gran apoyo que recibió el querido Carlos de los socios que colmaron la mítica Bombonera, con un grito de aliento que surgía de nuestras tripas para con los próceres Xeneizes (incluído Riquelme) en contraposición con las campañas y guerra sucia que algunos dirigentes bastante malditos y estúpidos, pergeñaron con la complacencia mediática de algunos ensobrados periodistas carroñeros. 

Sin embargo había un grupo que se sintió tocado por semejante maniobra a todas luces observable, y que fue el de los jugadores que con su respaldo dentro y fuera del campo tomo parte en la destructiva disputa. Y fue así que se vieron gestos de apoyo en el discurso fuera de la cancha y cuando hubo que poner lo que hacía falta dentro de ella, como queríamos muchos socios e hinchas, aunque no todos. Un conocido que es socio de Boca, me dijo por teléfono: "Voy a ir a la cancha solo para putear a Bianchi" a lo cual le respondí anda a la c... de tu hermana, gallina puta.

Al parecer hubo un clic en el equipo, el cual deberá ser confirmado partido a partido y no solo de en el discurso, sino sobre el verde césped. 

Colateralmente a todos esos factores y como se viene apreciando, se observa una incipiente evolución física, apuntalada por la drástica disminución de las lesiones en lo que va de la temporada.

Les dejamos una nota al respecto del diario Ole: 

Después de un 2013 a pura camilla, hoy Boca no tiene lesionados. Cayó la cantidad de bajas musculares: en lo que va del año no hay ningún desgarrado. Sana, sana.

La mejor imagen de que el karma de las lesiones se está alejando de Boca la dan los médicos. Ayer, después de dos días de trabajar diferenciado por una fatiga en el isquiotibial izquierdo, Fernando Gago se sumó al entrenamiento grupal. Y el consultorio les quedó vacío. Entonces, se está haciendo costumbre que cada práctica tenga a los doctores como simples observadores, cerquita de Bianchi o siguiendo las tareas que arma el profe Alfano. O, sin ir más lejos, esta semana (el martes) uno de ellos se colocó detrás de uno de los arcos en el reducido en el que Riquelme metió siete goles y ofició de alcanzapelotas. Esto es una buena noticia para técnico: tiene a disposición a su plantel completo para definir el 11 que visitará mañana a Vélez y, si cambia, es porque busca mejoras en lo futbolístico y no obligado por jugadores lastimados, su gran dolor de cabeza para encontrar el 11 de memoria.

“El mejor refuerzo será haber vendido a lesión”, deseaba el Virrey cuando comenzó el año. Las 62 bajas que el plantel sufrió en el 2013 (33 de ellas por motivos musculares), por encima de la media, encendió una alarma que desencadenó en reuniones entre dirigentes, cuerpo técnico, físico y médico, para diagnosticar las causas, y obligó a cambiar la metodología de trabajo en esta pretemporada. En comparación, a esta misma altura del calendario, no bajó la cantidad (seis en ambos casos), sino la gravedad. Y eso es lo positivo. En el 2013, terminado febrero, se habían desgarrado Rivero (14/1), Claudio Pérez (16/1), Alan Aguirre (30/1) y Franco Sosa (7/2). Además, Clemente Rodríguez habría sufrido una tendinitis en la fascia (23/1) y Orión no atajó ante All Boys por un esguince de tobillo en una práctica. ¿Y ahora? De movida, no hubo desgarrados; sí molestias musculares: Chiqui (sobrecarga, ocho días parado), Riaño (distensión, 12 días afuera), Orión (distensión, una semana out) y Martínez (faltó ante Rafaela por una sobrecarga). El que más tiempo estuvo sin entrenarse fue Colazo: 20 días, inflamación en el músculo que recubre la tibia. Y la lesión más grave fue la rotura de ligamentos de Joel Acosta.

La principal razón está en que los jugadores son parados antes de que lleguen al límite. “Mejor perderlos por una o dos prácticas que por un partido o más”, dicen en la intimidad. Por eso, Gago no se entrenó dos días. Y Riquelme, luego del fútbol del miércoles, ayer bajó las cargas e hizo un trabajo diferenciado. Hasta Bianchi, por la seguidilla de jugar domingo-miércoles-domingo está implementando una rotación. Y charla con los jugadores (ayer lo hizo con Erbes) para saber si están cansados o en condiciones de seguir como titulares. Esto también necesita de un compromiso de los futbolistas para que reconozcan parar a tiempo o informar de dolencias.

Ese mismo cuidado se tuvo durante la pretemporada, por ejemplo, con jugadores que no iban a correr sobre el piso duro de la Reserva Ecológica. Y también con el control sobre la alimentación: se armó un comedor para que el plantel desayune y almuerce dentro el club. Y que no les falte salud.

Fuentes: Propias-Ole