¿El retorno del 10? Por Christian David Martinez

Desde aquel 5 de junio del 2012 muchos Románticos hemos vivido de Fé esperando que el señor fútbol (Juan Román Riquelme), regrese a el lugar donde le pertenece una cancha, o mejor aún al jardín de su casa la mítica bombonera.

 

Román no ajeno al sentimiento de sus fieles Riquelmistas, y a su amor por el fútbol decidió volver a hablar esta semana dando una luz al final del túnel, dejando la puerta abierta a su regreso a Boca “Si boca me necesita estoy a disposición”; como era de esperarse siempre que habla el 10 hace eco en el mundo fútbol y no demoro el pueblo Riquelmista aquel de un sentimiento amoroso, distinto, fantasioso, en recobrar la esperanza y la ilusión. Por otra parte y en polos totalmente opuestos están los Anti-Riquelme ya sean periodistas o hinchas que ilógicamente no quieren el regreso de Román, quizá la única razón valedera que encuentro sería el desapruebo del fútbol como deporte para estos personajes.

 

Está claro que si Riquelme regresa a Boca Falcioni tiene que abandonar el club, los dos no pueden trabajar juntos ya quedo demostrado que son conceptos de fútbol totalmente distintos, los cimientos y fundamentos que cobijan al 10 no van de la mano con los planteos mezquinos de Julio; siendo así la dirigencia si en verdad piensa en el retorno de Román debe pensar en un DT que prime y potencie las capacidades de Riquelme, pienso que el más acertado en estos momentos sería Arruabarrena que ya ha demostrado su amor por el juego de Román, aparte su gran campaña con tigre y amor por Boca lo hacen un potencial candidato; si bien es cierto que Bianchi es el Padre futbolístico del 10 prefiero que no regrese, ya que un eventual fracaso podría borrar todo lo bueno que ya le dio al club.

 

Román ya piso la bocha, la acaricio y metió una asistencia de lujo para Angelici dejándolo mano a mano contra el arquero, solo queda esperar como lo define, Esperamos y sea con la vuelta de Riquelme por que el fútbol no se puede seguir privando de este CRACK dueño de un juego utópico, desconocido, aberrante, romántico, intuitivo y deslumbrante.