Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Por Gonzalo Peralta @GonzaPeralta10
La opinión del hincha |
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Antes que nada, quiero aclarar que voy a hacer algo atípico, voy a hablar dejando de lado los resultados. Estamos (mal) acostumbrados a justificar todo cuando un equipo gana así como a criticar todo cuando el equipo pierde. En mi caso, el empate de Boca ante los sanjuaninos me dolió. Siento que Boca perdió, y cuando hablo de perder no me refiero a un partido.
Boca, una vez más, no estuvo a la altura de las circunstancias. Igualó, como local, ante un equipo que no pateo al arco durante el desarrollo del encuentro. No obstante, jugó más de un tiempo con un hombre de más y no supo resolver. El hincha estalló y pidió por el ídolo, no sólo para mostrar el descontento que causa Falcioni en la gente, sino también en reclamo a la falta de identidad del equipo.
El entrenador dio una conferencia en la que, como de costumbre, se lo vio violento y con actitudes de altanero, propias en él. Una vez más nos mintió en la cara. “Hicimos un gran segundo tiempo, manejamos la pelota y tuvimos el control del juego pero nos faltó profundidad”, tiró. Haciendo un análisis del “buen segundo tiempo”, sólo encuentro dos remates de larga distancia. Uno de Sánchez Miño, y otro del uruguayo Albín. Entonces me pregunto: Si la gente vio el partido ¿Para que mentirle? Nunca escuche un comentario autocrítico de este entrenador. ¿Los hará dentro del vestuario? Lo dudo.
Esta más que claro que desde la partida de Riquelme del club, el equipo la ha sentido, y mucho. Quizás más de lo que todos imaginaban. Pero bien, ¿Se lo extraña más dentro o fuera de la cancha?
Durante la semana Ledesma declaro (no voy a decir en contra del DT porque no fue así) y blanqueo la no relación que hay entre varios futbolistas y Falcioni, quien tomó la decisión de desafectar al futbolista de la lista de concentrados para este partido, y según tengo entendido no jugará más mientras él sea el entrenador. Lo que me pregunto es: Si estaba Riquelme, ¿Creen que esto hubiese pasado? Recordemos que cuando a Roncaglia lo dejaron afuera del partido con Corinthians, el Diez fue quien se encargó de que suba al avión.
Boca extraña horrores a su capitán. Si bien Schiavi es el que lleva el brazalete en los partidos, hay algo que esta fallando. Cuando el equipo perdía o jugaba mal todos los periodistas sabían que a la salida del vestuario Riquelme daba la cara y enfrentaba los micrófonos. Román no tenía problemas en decir: “Jugamos mal”, “el rival nos superó” o frases por el estilo. Hoy, la realidad en Boca es otra; el “capitán” no habla, se mantiene en silencio y el que habla, tiene la caradurez de mentirle al hincha en la cara.
Todo esto agiganta, aún más, la imagen de Juan Román Riquelme. Un jugador que, pese a la mezquindad de este entrenador, supo cómo llevar adelante un grupo. Los sacó campeón invicto y lo depositó en todas las finales al semestre siguiente.
Por Gonzalo Peralta | Twitter: @GonzaPeralta10
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