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Navarro Montoya, crítico y reflexivo

El mono se expresó en su cuenta de Twitter. ¿Se suma al Consejo de Fútbol?

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La reciente desvinculación de Carlos Navarro Montoya de ESPN no fue simplemente una decisión editorial: fue el reflejo de una tensión creciente entre libertad de expresión y alineamientos institucionales. El propio ex arquero reveló que su salida se debió a opiniones que incomodaron a la producción del canal, especialmente por su mirada favorable —aunque crítica en ciertos aspectos— hacia la gestión de Juan Román Riquelme en Boca Juniors.

“Tal vez les molestó mi opinión sobre la gestión de Riquelme”,
expresó el Mono, quien defendió su derecho a opinar con honestidad intelectual, incluso sabiendo que podía haber consecuencias. Esta postura, lejos de ser un acto de confrontación, reafirma su compromiso con el análisis profundo y el respeto por la historia del club. Desde ese lugar, Montoya se posiciona hoy como una voz independiente, con la credibilidad que le otorgan sus años de trayectoria y su vínculo emocional con Boca.

En un extenso análisis publicado en sus redes, el ex arquero de Boca Juniors, Navarro Montoya, brindó su visión sobre el presente futbolístico del club, destacando aspectos preocupantes en lo deportivo y llamando a una autocrítica profunda de los principales actores.

“No se juega con el apellido, se juega por la actualidad”: Montoya valoró el ingreso de Milton Delgado, a quien consideró “de lo mejor junto a Marchesín”, subrayando la buena sociedad con Leandro Paredes. Sin embargo, fue claro al señalar que “la anemia ofensiva es alarmante y la debilidad defensiva preocupante”, y dejó una crítica indirecta hacia Edinson Cavani: “Debe ponerse bien para ser titular”, sostuvo, reconociendo la calidad del uruguayo, pero marcando sus dificultades físicas recientes.

Russo, el estímulo y la crítica: Sobre Miguel Ángel Russo, actual DT del club, expresó que “ser entrenador de Boca lo revitaliza, lo estimula”, y pidió no utilizar su estado de salud como argumento para desmerecer su trabajo. “Acierta y se equivoca, como todos los técnicos”, agregó.

El cambio de Merentiel, una “desprolijidad inadmisible”: Respecto al polémico episodio con el delantero uruguayo, fue categórico: “Hay dos responsables, el entrenador o el jugador… cometió un error que amerita un pedido de disculpas al grupo y a la institución”. Para el Mono, estas situaciones erosionan la imagen profesional que exige un club de la magnitud de Boca.

Llamado a la revisión interna: Con tono firme pero institucional, Montoya señaló que “Boca lleva dos temporadas con resultados impropios” y pidió una revisión profunda que involucre al Consejo de Fútbol, al entrenador, a los jugadores y a Juan Román Riquelme.

“El corazón del club es el fútbol”: Aunque valoró la fortaleza económica y estructural de Boca, remarcó que “cuando el corazón no funciona bien, vamos a sentirnos mal”, aludiendo al peso emocional que el fútbol tiene en la vida institucional y en los hinchas.

Con tono firme pero institucional, Montoya señaló que “Boca lleva dos temporadas con resultados impropios” y pidió una revisión profunda que involucre al Consejo de Fútbol, al entrenador, a los jugadores y a Juan Román Riquelme.

Las palabras de Navarro Montoya no deben leerse como una condena, sino como una invitación a la reflexión. Boca Juniors atraviesa un momento complejo en lo futbolístico, pero conserva una estructura institucional sólida. La crítica, cuando es constructiva y proviene de quienes conocen el ADN del club, puede ser el primer paso hacia la reconstrucción.

En este contexto, el llamado a la autocrítica que plantea el Mono interpela a todos los actores: dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Porque en Boca, como él mismo afirma, “el corazón del club es el fútbol”, y cuando ese corazón no late con fuerza, todo el organismo lo siente.