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Boca se entrenó para jugar con Racing y pensando en River. El Xeneize víctima de la diarrea verbal y mental de quienes lo conducen...

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Boca palpita el duelo del viernes ante Racing, en la Bombonera, en donde se jugará la punta del campeonato. Un triunfo no solo le permitiría seguir en lo más alto de la tabla, sino también llegar bien anímicamente al desquite frente a River por Libertadores.

Y la revancha ante River está a la vuelta de la esquina y todos los trabajos de Boca están apuntados a revertir el resultado del Monumental, a pesar de que tiene un compromiso por la Superliga el próximo viernes.

De cara al encuentro que tendrá lugar en la Bombonera el próximo martes, Gustavo Alfaro trabajó nuevamente con Agustín Almendra en el mediocampo y se perfila para jugar en el lugar que habitualmente lo hace Nicolás Capaldo, que fue expulsado en la ida. En el frente de ataque, la dupla de delanteros estuvo integrada por Jan Hurtado y Mauro Zárate. Carlos Tevez, por su parte, estuvo ausente "por precaución", aunque desde el club no especificaron cuál es el inconveniente del jugador...

El director técnico probó con: Esteban Andrada; Julio Buffarini, Lisandro López, Carlos Izquierdoz, Emmanuel Más; Eduardo Salvio, Iván Marcone, Almendra, Alexis Mac Allister; Zárate y Hurtado.

Boca concentrará en Puerto Madero antes del Superclásico. En la previa de la ida ante River se había reunido en Ezeiza, pero el plantel Xeneize lo hará en el centro porteño antes del duelo del próximo martes, más cerca de La Bombonera.

De cara a la revancha ante River, Boca modificará su lugar de concentración en la previa de la semifinal del próximo martes en La Bombonera. Antes de la primera se recluyó en Ezeiza, pero esta vez lo hará en un hotel de Puerto Madero, mucho más cerca de La Bombonera.

El Xeneize que dirige Gustavo Alfaro deberá remontar el 0-2 sufrido en la ida, disputada el 1º en el Monumental, para tener chances de avanzar a la definición de la Copa Libertadores, el 23 de noviembre en Santiago de Chile.

Fuentes: TYC-As

Polémica en el V.A.R.: La Conmebol confirmó la ubicación de la cabina VAR en el desquite de las semifinales que Boca y River disputarán por la Copa Libertadores. Después de los rumores y los interrogantes, se definió que sea en el campo de la Bombonera. "La cabina va a estar en la cancha y la seguridad está garantizada. Ojalá no pase nada. Lo único que queremos es que los jugadores jueguen al fútbol", afirmó Wilson Seneme, Presidente de la Comisión de Árbitros de la Conmebol.

En diálogo con Radio Continental, el ex árbitro brasileño agregó: "Ojalá no tenga que utilizarse el VAR en ninguna de las semifinales". A su vez, afirmó que "publicar los audios es darle transparencia a su uso y cuidar a los árbitros", al tiempo que respaldó la elección de Mauro Vigliano quien, junto con Fernando Rapallini y Hernán Maidana, estará a cargo del VAR: "Es uno de los mejores del mundo por la FIFA y a nivel VAR el mejor en Sudamérica y por la geografía bajar el nivel técnico, no me parece seguro. ¿Sería justo para Boca o para River no tener al mejor árbitro de VAR de Sudamérica? Los que se vienen son los dos partidos más importantes del año, no sería justo tener designados quienes no son los mejores". La Nación


"Se va de Boca": Los tropiezos de un club que no puede salir de su laberinto discursivo.

"Nuestros ídolos no son uruguayos ni chilenos. Nacieron acá", dice la voz en off del video institucional que Boca difundió el jueves pasado, durante su cena anual solidaria, y que horas después virilizó a través de sus redes sociales, donde las críticas fueron masivas.

Con el nada disimulado objetivo de chicanear a River, apuntando indirectamente a la nacionalidad de Enzo Francescoli y Marcelo Salas, el club de la Ribera se olvidó de los uruguayos Severino Varela y Sergio Martínez, el brasileño Paulo Valentim, el peruano Julio Meléndez, el paraguayo Roberto Cabañas, y los colombianos Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna, apenas 8 ídolos de los más de 120 futbolistas extranjeros que vistieron la camiseta azul y oro en estos 114 años. Incluso, en el spot también se dice que hasta que los franceses son de Boca porque Zinedine Zidane, en su último partido, intercambió camiseta con Juan Román Riquelme, cuando es de público conocimiento que Zizou bautizó a su hijo Enzo, justamente por Francescoli.

El spot difundido en la cena solidaria no solo fue cuestionado una vez que se virilizó. Desde el club le confiaron a LA NACION que también provocó un fuerte malestar puertas adentro, donde dos días después decidieron levantarlo de las redes oficiales del club, tras las fuertes críticas recibidas, entre ellas la de Jorge Bermúdez ("Ningún hincha de Boca tiene que disculparse conmigo por la ignorancia y xenofobia de aquellos que hacen política pisoteando la gloria de nuestro club y nuestra identidad", publicó el ex defensor colombiano).

Desde que el 17 de diciembre pasado Nicolás Burdisso asumió como director deportivo, hay un interés por modificar la política comunicacional. De hecho, los futbolistas ahora solo hablan con la prensa cuando el club determina quién y cuándo lo hacen. Y hubo una decisión institucional de no realizar entrevistas ni conferencias de prensa "hasta después de la revancha con River", justamente para evitar esos deslices verbales que luego vuelven como un boomerang.

Pero las buenas intenciones chocan contra los fallos que cometen los protagonistas, que tropiezan una y otra vez con la misma piedra. Durante el receso invernal el propio director deportivo manifestó esa preocupación en una entrevista con TyC Sports: "Cada uno es dueño de pensar y decir lo que quiere. Son buenos profesionales, saben lo que hacen y tienen que estar preparados para saber qué decir, cómo y dónde, ya sea en las redes o ante la prensa. Son cosas normales que se dan y en Boca es como que se potencian. Cuando pasan, no sé si es corregir. En realidad, hay que entender el por qué".

El riesgo de abonar la polémica: Los ejemplos abundan en la historia reciente. En marzo de 2018, en la conferencia de prensa previa a la final de la Supercopa Argentina 2017 ante River, Carlos Tevez decía: "El miércoles tiene que quedar claro lo que significa el 'Esto es Boca'". Pero dos días después, el Apache fue una sombra en el campo de juego y nada pudo hacer para evitar el triunfo millonario por 2 a 0 en Mendoza. Tras el partido, sin nombrarlo, culpó a su compañero Edwin Cardona por los errores cometidos durante el partido.

Lejos de modificar esa postura, meses más tarde el propio Apache cruzó a Lucas Pratto, que había declarado que River era mejor, "sobre todo en carácter". "Creo que él tiene la necesidad de decir eso y demostrarle a la gente que es hincha de River. Es su opinión, la respeto pero no la comparto: tenemos más Copas que ellos. Dentro de 15 días nos vemos.", chicaneó. Pero volvió a quedar en offside: dos semanas después, por la Superliga, River venció a Boca 2 a 0 en la Bombonera.

Más ejemplos. "Pasó el equipo grande", declaró Mauro Zárate después de dejar en el camino a Vélez en la Copa de la Superliga. Semanas después, la final la ganó Tigre. En noviembre de 2018 había dicho: "Sería un sueño jugar una final de Libertadores contra River, a pesar de que si perdés te tenés que ir del país. Para el que pierde es terrible, porque le queda para toda la vida". No solamente no tuvo la oportunidad de jugar ni en la Bombonera ni en el Santiago Bernabéu, sino que le tocó perder. Y lejos de su predicción, sigue viviendo en la Argentina.

"Me decís que River es copero y a mí me agarra risa", declaró Darío Benedetto en agosto de 2018, poco menos de cuatro meses antes de perder la final de la Libertadores frente al Millonario en Madrid, donde el Nº 9 marcó el 1 a 0, se contracturó, pidió el cambio en el entretiempo y su lengua afuera para mofarse de Montiel tras su gol se convirtió en un meme histórico.

No solo eso. Durante su última etapa en Boca el delantero decía no estar atento a lo que sucedía en River, pero no dejó pasar ocasión para vincularse con el club de Núñez: en la celebración de la última Pascua permitió que su hermana subiera a las redes sociales un video en el que el goleador rompe una gallina de chocolate, en una imagen audiovisual que además incluía el emoji de un fantasma. Y en la celebración por la obtención de la Supercopa Argentina, festejó con indumentaria de la barra brava, con una musculosa de básquet con el Nº 12. Micrófono en mano, en el césped fue contundente: "¿Alguna duda que somos los más grandes? ¡Aprendan, amargos!", gritó.

La dirigencia, el primer foco: La dirigencia tampoco ayudó hasta aquí a recalcular el GPS y enfocarse en objetivos propios sin mirar de costado lo que ocurre en otras veredas. Puertas adentro, todavía se recuerdan los festejos por el título 2016/2017 en Bahía Blanca, donde el exdirigente Juan Carlos Crespi, junto a algunos futbolistas, salieron del hotel a celebrar con los hinchas cubiertos con sábanas, emulando ser "El fantasma de la B".

Puertas adentro también reconocen como un paso en falso el cántico de Daniel Angelici en una peña boquense en Barcelona, durante la gira de agosto de 2018, donde se virilizó un video en donde el dirigente entonaba la estrofa "y una gallina matar" de una de las canciones de la hinchada.

Además, saben que fue un error haberse negado a imprimir la bandera de River en la camiseta que Boca usó en la final de la Supercopa Argentina en Mendoza (River sí tenía la de Boca en su pecho), en el parche que inmortalizó la primera definición superclásica en 41 años.

Incluso este año llamó la atención que el club haya decidido ocultar la chapa que marcaba que los de Núñez habían ganado la Supercopa Argentina, cuando al Xeneize le tocó levantarla.

Hay más: hace unas semanas Boca decidió borrar de su historial de Twitter el posteo realizado el 9 de diciembre de 2018, que sentenciaba: "Final del partido en Madrid: River 3 - Boca 1", como si eliminar esa publicación desintegrara lo sucedido en el estadio Santiago Bernabéu.

Otra constante son los excesos verbales, de los cuales luego la realidad los obliga a callar. Aquel "buen promedio de edad" que sentenció irónicamente Daniel Angelici en julio de 2017, cuando River había contratado a Germán Lux (35 años), Javier Pinola (34), Ignacio Scocco (32) y Enzo Pérez (31) chocó de frente con la consagración millonaria en Mendoza y Madrid de 2018, en cuyos superclásicos tanto el zaguero, como el volante y el delantero, fueron protagonistas.

No fue la única vez que el presidente habló de más. En mayo de este año, luego de una angustiosa clasificación a las semifinales de la Superliga frente a Vélez, el mandamás de Boca tuiteó: "El único grande". Y Christian Gribaudo, que hace unos días renunció a su cargo de secretario general para enfocarse en su campaña como candidato a presidente Xeneize por el oficialismo, también se sumó a esa frase: "Luchando, a lo Boca. El único grande".

Incluso el dirigente Marcelo London dijo antes de las finales de América 2018: "Le puedo garantizar al hincha de Boca que vamos a ganar la Copa". Y el propio Crespi, que ahora sería el candidato a vicepresidente por el oficialismo, no se ruborizó al declarar, tras el 2 a 2 en la Bombonera: "Les vamos a romper el o... a las gallinas. Ganamos dos a cero". El resultado final es conocido.

"Peor es irse a la B"; repite el mundo Boca desde el 26 de junio de 2011 como justificativo a todo, sin darse cuenta de que ocho años después no puede salir de su propio laberinto mediático.

Por: Pablo Lisotto para La Nación