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Feliz día del maestro don Antonio Alegre... y GRACIAS por tanto. Que los que vienen tomen su ejemplo...

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En el día del maestro, queremos rendirle homenaje al tipo que junto con un equipo de fieles colaboradores, tomó el fierro caliente que era aquel Boca del 84 y lo saco de la ruina total y lo dejó de pie y pujante, allanando el camino de la gloria. Un maestro al que Boca hoy día no le rinde los homenajes merecidos debido las miserias políticas y envidias de los pequeños tipos que conducen el club desde 1995. Ya llegara el momento que alguien se acuerde de este noble señor que no vivió de Boca y que lo revivió después de estar en el infierno.
 
Les dejamos la biografía tomada de Wikipedia y el homenaje de Imborrable Boca.

Antonio Alegre (Buenos Aires - 13 de agosto de 1924 - 24 de febrero de 20101 ) fue un destacado dirigente deportivo. Fue durante 10 años Presidente del Club Atlético Boca Juniors, desde 1985 a 1995. Asumió la Presidencia en un momento de suma crisis, donde se temía que el club entre en quiebra. Al finalizar su mandato, se presentó para una nueva reelección siendo derrotado por Mauricio Macri.
 
Antonio Alegre, nació en 25 de Mayo, Buenos Aires el 13 de agosto de 1924 murió en Buenos Aires el 24 de febrero de 2010. Desde joven fue afiliado al Club Atlético Boca Juniors, club del cual años más tarde tendría el honor de ser su Presidente. Su llegada a la Presidencia del club, se dio en un momento de suma crisis donde el club se encontraba al borde de la quiebra y con una intervención encima. Con ese ámbito desfavorable, Alegre asumió la Presidencia en forma unánime acompañado por su eterno compañero de fórmula, Carlos Heller y con el apoyo de todas las agrupaciones.
 
Su llegada a la presidencia mostraba un panorama dantesco para el club: La Bombonera fue clausurada en reiteradas oportunidades, por deficiencias estructurales. Todas las semanas se iniciaba algún juicio (sea ejecutivo, ordinario, o pedido de quiebra) contra Boca. Y en lo deportivo tampoco habían lauros.
 
El campeonato Metropolitano que tuvo como vencedor a Argentinos Juniors, Boca lo finalizó en el 16º lugar, sobre un total de 19 equipos, llegando a empatar en la tabla de promedios con el antepenúltimo lugar.
 
Con todo esto, Alegre asumió el desafío de levantar al club. Durante los 10 años de su gestión, se intentó mejorar la faz deportiva, a la vez que el club se encontraba en una situación de Convocatoria de acreedores, dictada en 1984, que la administración de Alegre supo sortear. Sin embargo, mucho fue el dinero invertido en jugadores para reforzar el plantel, de los cuales solo unos pocos pudieron sobrevivir. Otra de las buenas gestiones de Alegre, fue la Promoción de jugadores de las divisiones inferiores, entre los que se destacaron Diego Latorre, Walter Pico y Rodolfo Arruabarrena.
 
Si bien las cosas se dieron así, los éxitos deportivos demoraron en llegar. La primera gran alegría fue la obtención de la Supercopa de 1989. Más tarde se sucederían, la Recopa Sudamericana de 1990, la Copa Master de Supercopa de 1992 y la Copa de Oro Nicolás Leoz de 1993. Su primer y único título a nivel local fue el Torneo Apertura de 1992. Finalmente, intentó buscar su reelección en el año 1995, junto a su inseparable compañero Carlos Heller, pero terminó siendo derrotado por Mauricio Macri.
 
Se retiró del cargo dejando al club libre de todo tipo de deudas y en funcionamiento. Logró revertir la mala administración de sus antecesores, Alberto J.Armando, Martín Noel y Domingo Corigliano y se retiró de la vida pública. Tuvo luego esporádicas apariciones como opositor a Mauricio Macri, pero su última aparición pública fue para expresar sus condolencias por el fallecimiento de quien fuera uno de sus colaboradores durante su gestión, y que se encontraba hasta ese entonces, presidiendo su club amado: Pedro Pompilio. Fuentes: Wikipedia-Propias

El recuerdo de Imborrable Boca

Comencemos por el recuerdo. Pero el recuerdo del club: camisetas pintadas con marcador, un club acéfalo que fue comandado por personajes como Corigliano (si le das la mano, contate las uñas después), el Cholo Vidales (anda a hacer café), Martínez Sosa (un despreciable, con decirte que Salvestrini parece bueno al lado de él) y demás. La cancha de Boca era una mole de cemento sin vida, éramos locales en cualquier cancha, hasta jugamos en Junín. También es bueno recordar que las instalaciones del club sufrían. En ese momento: los vestuarios no tenían agua caliente, las canchas de bochas las mantenía el viejo Matti, sino anda a saber que sería de eso hoy. La pileta, la pileta!!! Estaba clausurada!!! Había que ir a Barracas Central a nadar. Que más... a ver… ahhhh!! Si jugabas en inferiores o en futbol de salón, no había micros para ir de visitante!! Y si tenías la posibilidad de comprarte camisetas, pantalón y medias, jugabas seguro ya que no había pilchas para todos. Ibas a jugar por ejemplo con Platense, viajabas en un colectivo fletado por los padres de los pibes y cuando jugabas y salías, al suplente le dabas tu camiseta toda chivada! Una vergüenza.

Entre otras cosas, el equipo era un desastre y el plantel desmantelado luego de la huelga. En presidencia no había nada, ni un sope. Además estaba todo embargado. Hasta el sillón presidencial, y eso no es joda, es verdad. A todo esto, la barra de El Abuelo estaba en su punto cúlmine, con varios fiambres cargados y las canchas hechas un polvorín...

La Ciudad Deportiva entró en un estado de abandono, que vino Tarzán y se fue porque le dio cagazo. Las piletas quedaron en estado irreparable, los quinchos se prendían fuego solos en el verano, en el Parque Genovés, ibas a la montaña rusa y terminabas tocando el arpa. Hasta se había empezado a armar una villa. Se chorearon todo de la confitería de entrada, y se clausuró. Sólo se mantenía el tenis porque estaba concesionado.

¿Y la Candela? Mamita, imaginate. Tenía menos recursos que Haití. ¿Agua caliente? Ja, ja, ja. ¿Afanos? Olvidate. Todos los días. Se afanaron todo. Desde los presidentes, los síndicos, los tesoreros, todos, un desastre. Un club abandonado a su suerte. Nadie quería agarrar el fierro caliente. La filiación radical de Antonio Alegre en el gobierno de Alfonsín, sumó para que solicitado por dirigentes y amigos xeneizes se hiciera cargo del club, así sin vueltas, sin joda, sin internas ni nada. En definitiva era el único boludo que ponía la teca. Buscó él mismo, que de boludo no tenía nada, a un tipo muy capaz que manejaba (y hasta hoy lo hace en forma vitalicia) el Banco Credicoop: Carlos Heller. No sólo hizo un asado abajo del agua (eso que algunos socios todavía le critican) sino que además no le vendió el club a ningún jugador, cosa que había pasado para traer a Diego, Miguelito, Marce Trobbiani y otros (entre ellos el Puma Morete que se llevó un buen fangote). A Heller lo mandó en cana el mufa CFNM porque no le quería pagar la millonada que pedía para quedarse, y no sólo eso sino que además le hizo campaña en contra en las elecciones vs Macri, que finalmente le daría una patada en el ojete por mal bicho. A los traidores les pasa siempre lo mismo. Pero no nos vayamos de tema.

Bueno, entonces Alegre puso de su bolsillo un palito sumados a los u$s 200.000 que le dejó la jugada de los putos traidores de Ruggeri, Gareca, Cóppola y Cacho Córdoba (todos traidores que se olvidaron que sin Boca se iban a dedicar a tirar el fideo en zonas rojas) para empezar a levantar embargos, pedidos de quiebra, suspensión del estadio, sueldos a jugadores, empleados y demás y a cubrir fallas edilicias. Armó un plantel de gente a su alrededor que muchas veces fue nefasto (no hacemos nombres porque después nos comemos una carta documento) y empezaron a tirar del caballo. Alrededor de Gatti, el Vasco, Tapia y algunos más se armó un equipo para recuperar el promedio si, para eso, y tratar de empezar a jugar en la cancha de Boca de día. Porque de noche solo con cascos de minero se podía jugar porque no se veía una goma, pasaba en el medio del partido por el círculo central un elefante rosa penetrado por un avestruz haciendo la vertical y no lo veías.
La cuestión a fin de cuentas es que en un tiempo récord, Boca empezó a recuperar protagonismo. Sí. Porque ahora parece mentira, pero por si no lo saben ir al colegio o a laburar a la oficina era un parto, te cargaban todos, hasta los de Morón te verdugueaban porque éramos un desastre impresentable en todo sentido.

Y un día se habilitó casi toda la Bombonera. Y volvimos a la Ciudad Deportiva a hacer deporte, a comer un asado, a pescar o a apretarnos alguna nami. y le empezamos a ganar a algunos equipos y tener un equipo competitivo. Y hasta entramos a la Libertadores en un partido heroico en Rosario, y cuando la jugamos se alumbraba con los flashes de los fotógrafos. Pero luego tuvimos una iluminación de la reputa madre.

Y el terreno de juego se mejoró 100% con sistemas de filtrado, secado y demás. Y se abolió el field para poner publicidad. Y también se pintó la cancha y se arreglaron las butacas. Y un día se habilitó toda la Bombonera. Y también un día ganamos la Supercopa a los hijos de recontra mil putas de Independiente y tuvimos la suerte de dar la primera vuelta en el Libertadores Calesita de América. Y peleamos varios torneos. Y de tener a Faraone, al Zurdo López o al Polaco Cap pasamos a ser dirigidos por Menotti, Pastoriza, Tabárez (también por Habbeger je). Y hasta vino Maradona. Sí boludo, escuchaste bien. Maradona. que no vino antes porque el viejo no se la perdonaba a Cóppola. Y vino Caniggia. Sí boludo, Caniggia, uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol mundial.

Y se empezaron a vender camisetas, y la cancha era una joya también y apenas 5 años después de estar en la lona de verdad. Y se empezó a recuperar la Candela, y se construyó el paredón perimetral (que lo pago Maradona) y se arreglaron las canchas, las instalaciones eléctricas y el agua caliente. Es válido saber que la Candela fue regalada porque al oligarca de presidente de Macri no le gustó, ya que un día fue hasta el portón de entrada y dijo “…esto no me gusta…” y el plantel dejó de entrenar allí. Pregúntenle a Diego si lo ven algún día qué pensaba de la Candela.
Y un día fuimos a la pileta de Boca. ¡Y se veía el fondo! Le cambiaron el sistema de filtros y era una pinturita, Y un día sacaron los azulejos que te cortaban todo y se hizo toda de material apropiado para piscinas, y se tiraron a la mierda las mesas chotas que había y se pusieron mesas nuevas, Y se hicieron baños y vestuarios y se hizo una cancha de futsal también, y se arregló el solárium y hoy la pileta es una maravilla. Pero le faltaba un quincho cerrado.

Y un día un cobrador con muchísimos años en el club desde que su padre también trabajaba allí se cruzó con Don Antonio y le pidió que por favor haga un quinchito para los días de lluvia y para disfrutar el invierno también. Y el zuncho fue una realidad y es espectacular. Ese cobrador es mi papá. Allí en ese quincho se le hizo la despedida de tooooooooodos los empleados al Sr. Antonio Alegre que se emocionó hasta las lágrimas.

Fue el primer y único dirigente en combatir en serio a la barra brava. Eso es verdad y es así. Le cortó el chorro de las entradas, los micros y demás a esta gente que le hizo campaña al Puma Armando. Recuerden el “…andate Alegre que no te queremos más, a vos te puso el gobierno radical…” o el “…ooooh yo lo voto a Armando, porque Alegre, está robando…” que sonó durante toda la campaña electoral en los partidos de Boca. Pobre viejo, se calentaba como loco “…a mí me dicen que robo, a mí, estos delincuentes que viven del club…”. y el socio le dio el triunfo a Alegre-Heller en una elección muy reñida, por sólo 83 votos de diferencia. Justo un día que ferro nos bailó 0-3 en la cancha de Boca y los supuestos guapos le abrieron la cabeza de un piedrazo a la hija de Heller. Si bien no ganó la batalla contra los delincuentes, obligó a Barritta a ir a pautar con él unas entradas, a bajarse los lienzos por tickets y micros. Y el viejo lo blanqueó. No como otros que se hacen bien los pelotudos con ese tema.

Y un día empezamos a cargar nosotros a los demás, y le empezamos a ganar a River, y vino el Maestro Tabárez y le rompimos bien el orto a todos, y salimos campeones, y no ganamos la Copa porque en Chile nos bombearon como loco.
Y de tener a Dos Santos, Di Natale, Matabós, Mendoza, Mario Alberto, el uruguayo Morena y jugar con River con pibes y que nos goleen, tuvimos a Cabañas, Márcico, Manteca, un tal Diego Maradona, Caniggia, Márcico, N*v*rr* M*nt*y*, Batistuta, Latorre, Simón, Blas Giunta, Marangoni entre otros. Y nadie nos tocaba el orto nunca más.

También se empezó a construir el complejo Casa Amarilla, que Macri se carga como de su gestión, pero él lo mejoro. La obra e idea inicial es de Alegre. Ese Macri es terrible hermano, todas para él las quiere. Hijo único parece. Y si bien no fue una época muy fructífera en títulos, se salió del fondo, de estar nadando en la mierda a tener una institución, equipo e instalaciones del nivel que Boca merece tener.

Luego a mitad de los noventa, la gente empezó a querer títulos, y luego de 10 años de gestión perdieron las elecciones a manos de Macri-CFNM, perdón, Macri-Pompilio, me confundí. Porque en ese partido que perdimos 4-6 con Racing, el arquero de Boca de ese momento declaró “...estoy contento porque se fue Heller del club…” como si él fuese dirigente, como si no cobrara por jugar en Boca. Además en ese partido fue un poquito para atrás.

En definitiva, por todo lo que nos dio, por ser el dirigente más respetado y más querido por propios y rivales, por haber resucitado al club en todas sus formas, por los títulos obtenidos, por habernos permitido salir del pantano, por dejarle la semilla del club más grande de todos a nivel mundial, por la humildad y la persona de bien que fue: ¡gracias Don Antonio! Dios lo tenga en la gloria, los hinchas de Boca de 35 en adelante agradecidos de por vida y los más chicos, con esta pequeña biografía vacía de números pero llena de emoción, espero sepan quien fue Don Antonio Alegre.

Texto de Guyo Tortosa para IB

Fuente: IMBORRABLE BOCA