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Boca se aleja de los llorones de las HUA y de su fútbol

El xeneize le ganó 1-0 a Banfield en un pobrísimo partido y estiró a 9 su distancia en la cima del torneo.

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No había llegado a conectar la PC para ver el partido y Boca ya ganaba 1-0. En la primera jugada de la noche, una combinación entre Jara-Pavón terminó en un gran anticipo y cabezazo de Tevez. Gol bien de 9 del “Apache” que le daba la razón a Guillermo que apostaba a él como el centrodelantero en la vuelta del 4-3-3. Pintaba para fiesta. Boca ganaba y hacía sentir la diferencia (lógica) entre el puntero desde hace más de 430 días y los suplentes (casi reserva) del Taladro. Yo, ya acomodado, me preparaba para la goleada. Pero lo que podía ser baile se transformó en relajo. Y lo que era dominio se volvió una tenencia de pelota cancina, casi de entrenamiento. Fue un suspiro. Pasados los 15 minutos, los pibes se le animaron al xeneize y con más entusiasmo que fútbol, no sólo emparejaron el partido sino que estuvieron a centímetros del empate en dos ocaciones. Guillermo, visiblemente ofuscado por esta actitud “light”, se iba al entretiempo con la misión de cortar de raíz la intrascendencia de su equipo.

El shampoo no funcionó. Boca comenzó la segunda parte igual o peor que los primeros 45. El xeneize había llegado al Florencio Sola con la misión de generar más fútbol después de lo que había sido el triunfo contra otro rival del sur, Temperley. Guillermo confiaba en el ingreso de “Bebelo” Reynoso por el cuestionado Bou (cambio de esquema incluido) para esta tarea. Pero lejos estuvo de ser un buen debut el del ex Talleres. Anduvo mal con y sin la pelota, sin retroceso para ayudar a Fabra quien quedó más expuesto que de costumbre. Si se apostaba a una sociedad con Cardona, tampoco funcionó. El colombiano estuvo aparcado (como dicen en la tierra cafetera a estacionarse) toda la noche contra la línea; bien de extremo y lejos de la zona de generación. Por el otro wing, Pavón mantuvo el nivel de sus últimos partidos post rumores de selección: errático. Tévez, que ya nunca más pisó el área como 9, tenía que bajar para hacerse de la bola pero tampoco tomaba las mejores decisiones. Y, para completar el combo, Nández tuvo su peor partido desde que viste la azul y oro con muchas pérdidas de pelota. Así el panorama era complicado. Pero todos los mencionados a los 15 minutos finalmente hicieron conexión. Armaron una jugada donde la tocaron todos, Tevez profundizó a Pavón que le sirvió el gol a Nahitan quien, quizás sobrando la jugada, definió alto al travesaño. Hermosa acción. Pero fue la primera y la única como una flor en el desierto. No había caso. Boca no andaba.

Guillermo se resignó y metió a Buffarini (se está volviendo el jugador 12) por Reynoso. Boca necesitaba fútbol pero sumaba barullo. Hay que destacar que esta vez el DT había llevado al banco (aprendió después de San Lorenzo) opciones para intentar paliar el problema: Maroni y Sebastián Pérez (por primera vez desde su lesión). Pequeña nota al margen para Roffo, que ante la lesión de Sara, pudo haber integrado un lugar por primera vez entre los 18 pero que continúa siendo el único sancionado por el “peluquero gate” donde fue bajado a la 5ta división mientras es convocado a la selección sub 20. Los Barros Schelotto cambiaron el paradigma y apostaron a recuperar la mitad de la cancha que era dominio del rival. La energía y despliegue de Buffa no fue suficiente para cambiar el tono del partido. Los pibes de Banfield seguían empujando a fuerza de entusiasmo y de lo corto del resultado adverso pero no tenían armas para lastimar. La clave está en ¿Y cuando el rival sí las tenga? El partido se fue desangrando agónicamente hasta que Vigliano pitó el final.

Boca se acostumbró a ganar (como acuñó Carlos Bianchi) y con ese envión le alcanza para llevarse partidos  como este. El objetivo 1 se cumplió y ganó en su visita al sur. Pero la misión de conseguir más y mejor volumen de juego quedó en el debe. Desde el verano que se arrastra esta deficiencia que se creía que había tocado su clímax vs Temperley. Pero ayer se retrocedió. No pueden ser excusas las ausencias de Pérez y Gago para mostrar una mejor versión ante los pibes suplentes de Banfield cuando, además, les vas ganando desde el vestuario. Boca tiene en sus individualidades rendimientos que han caído y los vaivenes de sistema parecen tampoco favorecer a la situación. Lo cierto es que no se encuentra el fútbol. El xeneize pasó de ser una potencia ofensiva por su cantidad, calidad y diversidad de opciones de ataque, a convertirse en un equipo previsible donde todas las pelotas terminan en una corrida de Pavón. Antes de la llegada de Tevez, el equipo de los mellizos podía gustarte o no pero tenía una vocación ofensiva que hoy parece lejana (sí mantiene la valla menos vencida). “Ganar jugando mal tiene un límite” marcó Guillermo en la conferencia post partido. El diagnóstico es acertado. Bienvenida sea la autocrítca del DT. Ahora queda el método para solucionar este padecimiento porque hasta ahora no se pudo y el margen se achica. Es necesario que Boca se reencuentre (o genere uno nuevo) con su juego antes del inicio de esa obsesión llamada Copa Libertadores y de ese partido fundamental que hay que ganar llamado “Superfinal” con el equipo de Gallanto (¡ay lo que van a hablar esta semana!). Hace 6 años, allá por el 2012, también después de un partido malo ante Banfield, Riquelme salió a bancar al equipo de Falcioni (el actual técnico del Taladro y a quien le deseamos una pronta recuperación) en conferencia inmortalizando el “seremos menos malos que los demás”. Nunca tan vigente la frase de Román como hoy. Pero nosotros en Soy Boca analizamos (y nos ocupamos) del club que amamos. De los problemas del resto que se ocupe el resto. A nosotros nos importa Boca. Y, ya que estamos con las frases, “siempre es más fácil corregir ganando” repiten los DT como un cliché. Los Barros Schelotto la primera parte la cumplen como pocos pero la segunda todavía está en el veraz. Lo cierto es que Boca ganó por 1 y es más número 1 que nunca del fútbol argentino (en el caso del xeneize sería “más que siempre”) pero también sacó más distancia en su juego y restó 1. Mientras tanto, "pito catalán" para todos.


Por Martín Nicolás Herrera @MartinNHerrera para SoyBoca