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¿Otro capítulo de la novela por Andujar?

Una pretemporada con perfil bajo

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Andujar: La novela del verano tiene un nuevo capítulo. El tema parecía cerrado, pero en las próximas horas la comisión directiva de Boca realizará una nueva oferta para contar con los servicios de Mariano Andújar.

El arquero de Estudiantes es el preferido por el entrenador Guillermo Barros Schelotto para reemplazar al lesionado Guillermo Sara y es por eso que desde la dirigencia Xeneize harán un último esfuerzo para achicar la diferencia de 600 mil dólares que existe.

Andújar, de 33 años, ya retornó de Estados Unidos con el plantel del Pincha y el miércoles regresará a los entrenamientos en el Country de City Bell. TYC


Aislado del ruido de la ciudad, pero también de la pasión y del fervor de su público, Boca dejó de lado el Complejo Pedro Pompilio y realiza de manera hermética la pretemporada estival en el predio que la AFA posee en Ezeiza.

Hay casi 30 kilómetros entre un escenario y el otro, pero el objetivo es el mismo: que el líder del torneo argentino se ponga a punto para encarar un 2017 en el que sólo competirá fronteras adentro, en los campeonatos locales y la Copa Argentina.

Sesiones de doble turno, tareas físicas, ejercicios con pelota, fútbol reducido, trabajos de fuerza en la arena y en el gimnasio, un amistoso con el seleccionado Sub 20 antes de que viaje al sudamericano de Ecuador (dos tiempos de 30 minutos, que terminó 1-0 para la albiceleste gracias a un gol de Ezequiel Barco). Todo bajo la supervisión de los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto y del preparador físico Javier Valdecantos.

Sin embargo, la información sólo llega por los canales de prensa que el club de la Ribera eligió para distribuir el parte de cada día. Los entrenamientos son todos a puertas cerradas. Tampoco se realizan conferencias de prensa ni entrevistas. Por estos días, el complejo de la AFA en Ezeiza es un búnker sellado de color azul y oro. El Mundo Boca es como Marte o Júpiter: un planeta que no da señales de vida.

La situación no es nueva y tampoco parece ser una estrategia planeada por los Mellizos. Había ocurrido durante el receso invernal, en la misma localidad y con este mismo cuerpo técnico (antes de las semifinales de la Copa Libertadores), pero también se habían dado estas condiciones hace un año, con el Vasco Rodolfo Arruabarrena al frente del plantel, aunque en aquella ocasión el lugar elegido fue Cardales, a pedido de Carlos Tevez.

¿Qué busca entonces Boca encerrándose en una burbuja y aislándose? Potenciar la fusión del grupo y enfocar el objetivo, que sin dudas es ganar el torneo actual, que se reanudará el próximo 5 de febrero.

Pero también es extraño no escuchar las voces de los protagonistas. No hubo opinión pública de Guillermo Barros Schelotto tras la confirmación de la partida de Carlos Tevez. Ni de la frustrada llegada de Mariano Andújar. Ni de la situación contractual de Fernando Gago. Ni de los posibles préstamos de Leonardo Jara a los Xolos de Tijuana o de Wilmar Barrios (dos clubes argentinos iniciaron gestiones para sumarlo). Ni de la posibilidad de que Rodrigo Bentancur no regrese luego de su actuación en el Sudamericano Sub 20 con Uruguay. Todo es puertas para adentro.

Irremediablemente, el equipo Xeneize tendrá que tomar contacto con el mundo exterior en unos días. El próximo sábado, Boca jugará con Estudiantes en Mar del Plata, por el torneo de verano. En la misma ciudad, tres días después enfrentará a San Lorenzo. Y el 28 será el turno del primer superclásico del año ante River. Luego, la mira estará puesta en la reanudación del torneo que lo tiene como líder, en el que cerró el 2016 de la mejor manera, con una racha de seis victorias en los últimos siete partidos (la excepción fue el 1 a 1 con Rosario Central) en los que marcó 22 goles y recibió sólo 7.

De no mediar inconvenientes, el 5 de febrero próximo Boca visitará al conflictuado Banfield con Werner; Peruzzi; Tobio, Vergini o Insaurralde, Fabra; Pablo Pérez, Gago, Bentancur; Pavón, Benedetto o Bou y Centurión.

Idas y vueltas

Más allá de lo programado para el corto plazo, los mellizos Barros Schelotto también aprovechan el receso estival para planificar el año. Por eso, ya dialogaron con el presidente Daniel Angelici para intentar retener a Ricardo Centurión, cuyo préstamo vence en junio y la opción de compra es de 6.400.000 de dólares. De lo contrario, el delantero deberá volver a San Pablo.

También siguen con atención cualquier novedad relacionada con la renovación de Gago, que será el nuevo capitán del equipo. La situación con el Nº 5 es compleja. Su contrato se termina en junio próximo y las negociaciones para renovarlo están empantanadas. Hay mucha diferencia entre lo que ofrece Boca y lo que pretende el mediocampista, tanto en lo económico como en la duración del nuevo vínculo.

Además, al cuerpo técnico lo desvela una novela que se prolonga en el tiempo: la búsqueda de un arquero de jerarquía. Caídas las negociaciones para incorporar a Mariano Andújar (la oferta resultó insuficiente para las pretensiones de Estudiantes de La Plata), Axel Werner cuidará los tres palos del equipo de la Ribera hasta que finalice el actual campeonato.

Sin embargo, los Mellizos van más allá, y aunque Guillermo Sara estará en condiciones de reaparecer a mediados de mayo, la intención es sumar al plantel a otro arquero de primer nivel. Ahí es donde surge el nombre de un viejo conocido de la casa: Wilfredo Caballero.

Al actual arquero del Manchester City, de 35 años, le quedan seis meses de contrato y no vería con malos ojos regresar a la Argentina para cerrar su carrera en el club donde se inició. La negociación sería sencilla y directa con el arquero, que en junio se quedará con el pase en su poder.

Por Pablo Lisotto para La Nación Deportes