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Nadie te obligó...

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos

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Nadie te obligó. Tenés la suerte de ganar muchísimo dinero haciendo lo que te gusta, teniendo en cuenta que el 90% del resto de la población de tu país, no tiene esa fortuna y mucho menos, ganar la plata que vos ganás, haciendo que tu futuro y hasta el de tus hijos, tengan una estabilidad económica envidiable.

Nadie te obligó. Lo que hacés, lo hacés porque querés lo que estás haciendo. No hace falta que expliques lo que significa para vos. Lo sé.

Nadie te obligó. Porque elegiste una manera de ganarte la vida que te insume dos horas de entrenamiento por día. Un día y medio de concentración en los mejores hoteles, con los mejores servicios, lejos de tu familia o, tal vez, lejos de tu propia tierra. A cambio, sabés que no vas a sufrir el estrés de muchos que tenemos que andar contando las monedas para llegar a fin de mes. Sabés que tus hijos pueden tener todo lo que deseen o necesiten sin que esto influya demasiado en tu vida laboral. Ni que tengas que buscar un segundo trabajo porque tu nena va a cumplir 15 años y te pidió la fiesta o un viaje al exterior; o porque simplemente no llegás a fin de mes y tus hijos necesitan comer.

Nadie te obligó. Porque tenés, vamos a decir la verdad, una vida con muchos privilegios. Vos sabés que ni siquiera tenés que pedir un turno con el dentista y esperar 15 días con un dolor de muelas terrible, porque en cuanto tenés un mínimo problema, el club te lo soluciona o por lo menos lo intenta.

Nadie te obligó. Pero sabés que estás en el mejor club del país, uno de los mejores del mundo. Donde intentan que vos estés siempre bien. Si tenés un problema personal, el club intentará siempre ayudarte. No voy a descubrir nada que Boca ha ayudado a mudarse a jugadores de su lugar de origen por distintos motivos, sin que tengas que vivir el engorroso trámite de buscar vivienda, mudanza, etc. etc. Hasta tu representante se encarga de esas cosas… Si hasta he conocido periodistas que le han ido a pagar los impuestos y servicios a algún jugador para “hacerle” el favor.

Nadie te obligó. A elegir una profesión que te pide que te alimentes sanamente, que tengas una vida ordenada; que tengas que acostarte a las 23 para que a las 7 hayas sumado las 8 horas correspondientes de descanso, levantarte para ir a entrenar, volver a tu casa para almorzar con la familia, cosa que no es poco; y tener una nueva siesta reparadora de dos horas para que luego tengas el resto del día para disfrutar de hijos y amigos.

Nadie te obligó. Otras personas salen de sus hogares a las 6 de la mañana y vuelven recién a las 21, luego de una extenuante jornada de laburo; tratando que en esas poquitas horas que le quedan, comer, descansar y estar con su familia. Porque si hablamos de lo que vos perdés por jugar al fútbol, ¿te contamos nuestras pérdidas por trabajar diez horas con un sueldo miserable y siempre intentando buscar un laburito más para redondear algún dinero digno a fin de mes?

Pero sí te obliga esta profesión a ser esto: profesional. Que necesita que te cuides, que necesita que descanses, que te limita los divertimentos. Es cierto, muchas veces te hace perder cumpleaños, eventos familiares importantes. Que según como le vaya al equipo, vas a pasar muchas horas arriba de un avión o en países distintos. Pero siempre muy cuidado y custodiado por personas que te van a dar lo mejor, que se transforman en casi lacayos de ustedes, porque cuando terminás de entrenar, tirás la ropa al piso, la botellita de agua y ese lacayo va corriendo a levantar lo que vos tiraste. Ese u otro lacayo te va a lavar hasta el calzoncillo…

Nadie te obligó. Pero contás con lo bueno que es sentirse bien físicamente a partir del trabajo que hacen diariamente, que sí, es verdad, en los partidos te pegan mucho, que quedás muy dolorido, que necesitás que tu cuerpo siempre te responda para que el suplente que está detrás tuyo, no tenga la oportunidad de reemplazarte y de alguna manera, correr el riesgo de que te saque de los titulares.

Nadie te obligó. Otros, sí son obligados. A sueldos miserables, carga horaria de diez horas todos los días, viajar en colectivos inmundos, sucios, parados o colgados para llegar al laburo.

Por eso, porque nadie te obligó, respondé con lo poquito o mucho que te pide la profesión.

Sabemos que no es sencillo. Contar con cuerpo atlético, dinero, autos y fama, es un cóctel que atrae a mujeres (y por qué no también hombres). Y todo esto es muy tentador.

Ahora, viejo. Estás jugando en Boca. ¿Sabés lo que daría cualquiera de nosotros, cualquier persona, tu vecino, tu amigo, tu familiar por ser jugador de Boca? ¿Sabés que si a mí me dicen vas a jugar en la primera de Boca pero a cambio te quiero durmiendo a las diez de la noche todos los días, no lo dudo ni un segundo y me meto a la cama no a las diez, a las nueve?

¿Sabés lo que daría por defender esos colores, esa camiseta dentro de un campo de juego? Sería para mí como defender a mi hijo de algún patotero, no escatimaría esfuerzo alguno. Me sacarían ensangrentado, pero sabiendo que defiendo lo que más quiero.

No te puedo obligar a que ames los colores azul y oro. Pero sí voy a pretender que lo respetes y que lo defiendas con todas tus energías. Por eso, no te voy a bancar pelotudeces. Tenés todo a tu alcance. Pensá, reflexioná. Nadie te pide una vida de celibato, pero sabés que acostarte tarde no es bueno, que tomar alcohol no es bueno, que comer mal no es bueno, que no descansar como corresponde no es bueno y que más temprano que tarde, lo vas a pagar en la cancha y nosotros lo pagamos desde las tribunas.

Diego hubo uno solo. Hasta él mismo lo dijo: “Si me hubiera cuidado qué jugador hubiera sido…”.

Y como nadie te obligó, Boca no debería atarse a ningún contrato PROFESIONAL, si vos no actuás como profesional.

Hoy se plantea una concentración para después de los partidos. Raúl Cascini, dijo en un programa que no sería la mejor decisión, que en cambio, aquel que se va de joda, que salga del equipo. Algunos plantean una multa económica… Pero si llegás a esa multa, si llegás a la decisión de sacar a alguien del equipo, fue porque el protagonista en cuestión no  merece estar donde está.

No es una cuestión viable. Un club no puede pagar cinco millones de dólares por un jugador y sacarlo del equipo a los 15 días porque se fue de joda y no se cuidó. Legalmente hay un límite para las multas económicas, por lo tanto, sacarle cinco o diez mil pesos a un jugador, es como cuando para nosotros, la máquina de café nos come el vuelto de dos pesos.

No te pido nada raro. Cuando te venden a Europa vas con saco y corbata hasta al baño. Y sos más sano que una carmelita descalza comiendo quacker. Entonces la cuestión no pasa por “necesidades fisiológicas”. Pasa por saber qué es sí, qué es no. Y tal vez, al fin de cuenta, por cómo están todas las cosas en general, habrá que replantearse los contratos, y tendrán que cobrar por productividad… O tal vez, ya que no sabés ser profesional, que el club te exija tu presencia en las instalaciones del mismo. Doble turno todos los días, no sólo para trabajar física y futbolísticamente, si no para estar presentes para que te vean los chicos de las inferiores, para que hables con ellos, para que el club te brinde distintos cursos de capacitación, o para que te tengan en pantalón cortos caminando alrededor de la cancha. O en todo caso, te juntas a tomar mate con tus compañeros.

El tiempo ocioso es en definitiva el peor enemigo del futbolista.  Por eso, si no te sabés cuidar, es obligación del club hacerlo por vos. Adentro entonces… Entrena por la mañana, volvé a las 15 a la institución y te vas a las 20… en ese tiempo el club tendrá que encontrarte una actividad. Por lo menos, van a saber lo que es trabajar más o menos de la misma manera que el resto de los mortales. Y ahí, tal vez, comiencen a valorar lo que tienen.



Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Autor del libro "Con Alma y Corazón". Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además en la inolvidable Asi es Boca.