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El círculo vicioso

Por Marcelo Rodríguez para el blog Corazón y pases cortos

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Aunque llegue Mourinho, Van Gaal, Guardiola, Bianchi con 20 años menos, pongan el nombre que quieran, este Boca será siempre igual.

Ya no es cuestión de técnicos. Lo he dicho en varias oportunidades, cuando vos tenés o creés que podés armar un conjunto titular a la altura de Boca, con jugadores que llegaron a la institución, luego de jugar el año anterior en 11 partidos, en 20, otros apenas si llegaban a 5… Si vos pretendés generar un equipo ganador con jugadores que antes no jugaban porque no eran buenos, entonces hay algo que está mal. Alguien se equivocó, alguien no se dio cuenta que Boca se estaba reforzando con lo que sobraba de otros clubes. Que, como en el caso de Silva, llega para tener continuidad porque en su club de origen, no la tenía. ¿Y por qué no la tenía? Porque no es un buen jugador, o mejor dicho, es un jugador mediocre.

Europa se llena de jugadores mediocre que, a mi entender, los compran para lavar guita, porque no hay otra explicación. Y después, a los seis meses, lo ceden con gusto a algún club con pretensiones.

Claro, decir que viene de Europa, ¡de Europa!, les da otra chapa, o vaya uno a saber qué piensan dirigentes y entrenadores… Será una cualidad, no sé… Lo que sí se es que muchos vuelven al país con la frente marchita.

Desafío a cualquiera que me diga qué figurita difícil le sacamos a tal o cual equipo. Si me dicen uno, no escribo más y me llamo a silencio.

Ningún jugador de los últimos dos años, es imprescindible. Ninguno de los que llegó fue figura. Ninguno.

Ya una vez hice el recuento. Creo que no es necesario volver hacerlo. Está claro que Pérez y Lodeiro fueron literalmente echados de sus clubes anteriores. Que Silva llegó en las mismas condiciones o peores, porque Boca lo contrató por seis meses.

¿Para qué sirve traer un jugador por seis meses? Si me decís que es Messi, bueno… te lo acepto. Pero ¿Silva?

Jara no llegó por descarte, pero evidentemente acá el error es ponerlo de lateral. En general Boca tiene un gran inconveniente táctico que no entiendo cómo nadie se da cuenta.

Boca tácticamente tien la figura de una copa rota. Esto es, los cuatro del fondo hacen la base, pero después se afina con su volantes internos y arriba, se ensancha, pero sólo de uno de los costados, no de los dos. Una copa rota.

En la cintura de esa copa rota, los rivales hacen lo que se les antoja. Los laterales tienen una sola a favor: juegan mal porque siempre están en desventaja numérica. Siempre deben resolver contra dos rivales.

Sin sociedades un equipo se va al tacho. Si los mellizos no logran hacer esto, ellos también van a transitar el camino de la derrota, como Bianchi, como Arruabarrena.

Ahora, no hay equipo en la cancha de ningún club del mundo que no sea el producto de lo que quiere la comisión directiva, su presidente o como se llame el órgano que se responsabiliza de la institución.

Y desde hace tiempo que la comisión directiva de Boca le pifia horrorosamente. Es más, hubo una vez un mánager como Juan Simón que solo pudo traer un jugador: Rolín…

Evidentemente no se trabaja bien. Ahora, en junio, van a tener que desembolsar por lo menos 20 millones de dólares para armar un plantel NUEVO. De los que están ahora, por lo menos deberá desprenderse de la mitad, y traer figuritas difíciles. El “relleno” dejémoslo para los equipos chicos, que se conforman con ganar 7 partidos de 20, empatar otros 7 y bueno… perder los restantes.

Por eso hoy Boca sufre y seguirá sufriendo si no se piensa en grande. Nadie quiere hacerse cargo de eso. De la importancia que tiene el nombre Boca en el mundo.

Mientras tanto, somos muy eficaces en el marketing, en la cáscara, porque adentro, lo repito una vez más, está todo muy podrido.

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además  en la inolvidable Asi es Boca.