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“Sí, acepto”. Por Julián Kusnetzoff

La opinión del hincha

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Finalizó el año futbolístico para Boca y el balance deportivo de lo que fue sale solo: 60 lesionados, un torneo en el que no se terminó último de milagro, una derrota en cuartos de Libertadores, otro torneo en el que se hizo lo imposible por no ganarlo y algunos atisbos de futbol cuando Gago se inspiró.

En este tipo de situaciones, a uno le gusta encontrar culpables. Ya sea para sacarse la bronca o para mejorar a futuro. Lo cierto es que no es muy difícil hacerlo tal como están dadas las cosas. La dirigencia fue a buscar al técnico más ganador de la historia de Boca, tal como habían hecho todas las otras, escuchando al hincha. Luego trajeron a todos los jugadores que pidió el DT, desde paupérrimos jugadores que podrían jugar en la B hasta grandes estrellas. Se quedaron quienes él quiso y se fueron aquellos a quienes él consideró prescindibles.

Por otro lado, no se les puede cargar mucha responsabilidad a los jugadores. Desde ya, no es su culpa lesionarse. Y si alguno considera que no dieron el 100% en los partidos porque no quisieron, en todo caso habría que encontrar el por qué, y no despotricar porque sí. Cuando los jugadores rinden en otros clubes (como es el caso de quienes emigraron en Junio, a la gran mayoría le fue bien), pero ninguno está al nivel en Boca, entonces, o bien es mérito de los DT de los otros clubes, o demérito del virrey.

En resumen, por lo menos en mi opinión, el principal culpable de la situación actual es Carlos Bianchi. Ya sea por no realizar planteos tácticos adecuados al equipo, no motivarlos de la forma correcta, no llegarles a los jugadores como sí lo supo hacer en otra época, utilizar un método de entrenamiento que culmine en un cifra record de lesionados, entre otras posibles razones, no supo plasmar en la cancha la idea que tuvo en la cabeza.

Con esto no quiero decir que se tenga que ir. Con esto no digo que si no se ve un cambio en el equipo en las primeras fechas del año que viene, tiene que venir otro. Al contrario. Les pregunto, hinchas de Boca, si el 26 de mayo de 1998, el día anterior a que asumiera como DT por primera vez, una especie de genio del futuro, de diablo, hubiera aparecido y preguntado:

-Aceptan ganar 3 copas libertadores, 2 intercontinentales y 4 torneos locales, a cambio de unos años de sequía, cuando ya de grande, vuelva y no encuentre el éxito que supo tener?

-Sí, acepto.

Se consumaría un matrimonio y 15 años después de aquella fecha, el amor se mantendría intacto. El apoyo que le sigue brindando el hincha de Boca es incondicional. Porque claro, el hincha recuerda aquel pacto que hizo con el diablo, en el cual resignaba un par de años de éxito futbolístico a cambio de toda la gloria que ya le dio.

Demostrémosle a Carlos que no nos olvidamos. Que el hincha de Boca tiene memoria. Que no importa si nos tocan un par de años de ovejas negras. Si él cree que le puede dar algo más, nosotros confiamos en él. Si luego fracasa, no importa. Somos lo que somos gracias a él. Que se quede en el club hasta que él lo desee. Es nuestro momento de devolverle todo lo que nos dio. Apoyémoslo, tal como le venimos haciendo en cada partido de local, démosle la espalda al periodismo amarillo que todo lo que quiere hacer es ensuciarlo. Demostrémosle al mundo que no somos como nuestros vecinos, que a los ídolos se los respeta y no dejemos que la dirigencia actúe para su conveniencia. Así podemos seguir escuchando, semana tras semana, “Chau, felicidades”.

Por Julián Kusnetzoff



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