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Angelici: "No hay muchos presidentes que estén acá 10 horas al día en el club como yo"

Una extensa nota que le dio a La Nación Deportes

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Angelici: "Dentro de lo que es el macrismo en el club, Mauricio es el jefe". El presidente de Boca tocó casi todos los temas: su relación con Macri, de su gestión, de la AFA, de la Súper Liga y de los barras.

Mira fijo y sostiene la mirada. Trata de conectar con su interlocutor para consolidar una idea, para encontrar complicidad o simplemente para demostrar seguridad. Una camisa blanca con detalles azules y unos zapatos entre formales y modernos que le otorgan una particular elegancia. Se niega a sentarse en los sillones porque advierte que la charla será extensa y pide que todo transcurra en su escritorio tapizado de papeles. La escenografía que acompaña muestra todo tipo de señales con los colores azul y amarillo. Además, un abanico de fotos, distribuidas en las paredes y los muebles, en las que se lo ve muy joven junto con Raúl Alfonsín; otras, con el papa Francisco. Pide un café y sus habanos, Montecristo. Le quita el envoltorio al cigarro, lo enciende y suelta una bocanada de humo. Una escena que se repitió varias veces, tanto que hasta tiró dos puros que se le quebraron antes de encenderlos.

Daniel Angelici , durante 1h11m, pasó por todos lados. No esquivó nada, pero supo cuándo decir y cuándo callar. Su mirada sobre la AFA, su actuación como presidente y sus vínculos con la política nacional, formaron parte de un diálogo distendido con La Nación.

-¿Cómo se ve hoy?

-Tengo más experiencia, más tranquilidad. Sabiendo la responsabilidad que implica ser presidente de Boca. Los años hacen que vayas aprendiendo a ser presidente.

-¿Qué aprendió?

-El fútbol es distinto a todo. Primero, porque la pasión no se maneja y hay mucho exitismo. Acá sos un gran presidente si ganás o salís campeón y sos el peor si no se te da un resultado deportivo. Después hay socios que evalúan la gestión, que pueden analizar que mientras todos los clubes están endeudados, nosotros vamos a terminar a fin de año un centro de entrenamiento que va a ser un lujo para la Argentina, con una inversión de 200 millones.

-¿Siente que hoy tiene el equipo que quiere?

-Sí. Mejoramos mucho con jugadores de jerarquía.

-Si tuviera que hacer un resumen como presidente, ¿qué imágenes se le vienen a la cabeza?

-Que somos el club que más allanamientos tuvo, con un gobierno anterior que fue hostil hacia Boca Juniors. Se politizó mucho el club y eso hizo que pararan obras de un centro de entrenamiento durante siete meses. Quedar eliminado de la Libertadores, el gas pimienta. Haber llegado a una final de la Copa, pero si no la ganás, es lo mismo que si no hubieras llegado. Hace siete u ocho meses salimos campeones del torneo largo. Pero ya está, quedó ahí. Ahora tenés que volver a salir campeón.

-¿Haber escuchado mucho a la gente, complicó su camino?

-No está mal escuchar a la gente. Creo que el club es de los socios. A lo mejor fue apresurado cuando estaba por renovarle a Falcioni. Cambié la decisión por el pedido de la gente. No me arrepiento. Generalmente aprendo de las cosas. Dijeron que fui a buscar a Bianchi para quedar bien con el hincha. Difícilmente fracase en una negociación, a menos que sea un imposible desde lo económico. No me voy a ir con el club endeudado.

-Recién habló de la politización de Boca, pero hoy sigue en el mismo escenario por su relación con Mauricio Macri.

-Mauricio fue el presidente más exitoso que tuvo el club. Sigue siendo socio; es de una agrupación política, que es la que presido yo, Dale Boca. El es el vicepresidente. No vino de la política hacia el club. Estuvo en el club y después fue hacia la política. Aprendo de él y sería un necio si no escucho a una persona que, entiendo, fue el mejor presidente que tuvo el club en la historia. Armando en su época... Él fue exitoso desde la transformación y desde lo deportivo. Ganó 16 títulos. Es un referente importante, no porque sea presidente de la República: ya lo era antes y lo sigue siendo. Por lo general, cuando hablo con él hablo de fútbol, de qué pensamos comprar, de las obras, de la economía del club. Yo soy amigo de él desde hace años y él tiene su corazón acá.

-¿La política está metida hoy en el club?

-Según qué llamemos política. El club tiene agrupaciones políticas. En mi comisión directiva, lo que digo es que podés tener política y ser miembro de la comisión. Pero cuando venimos acá hablamos de Boca y de lo que es mejor para el club.

-¿Por qué se mete en tantas cosas: Boca, Liga Sudamericana.?

-(interrumpe) En algunas me meto y en otras me meten. Me gustan los desafíos. Tuve la suerte de estar en las empresas (sus negocios están vinculados a los juegos de azar y a la hotelería) día a día, pero también de haber delegado. Me fue bien y me dedico a lo que me gusta. No elegí presidir la Liga Sudamericana: me eligieron los clubes.

-Al tener tantas actividades, ¿siente que descuidó un poco a Boca?

-Puede ser. Tengo el club ordenado, financiera y económicamente. Los empleados están al día, el plantel al día. Las obras de Ezeiza no se frenaron. Pero no hay muchos presidentes que estén acá 10 horas al día en el club como yo. La mayoría llega a las 17 y se queda hasta las 22.

-¿Suele hablar con Bianchi?

-No hablo con él. Pero no por mí. En los tres ciclos que tuvo, en dos fue el técnico más exitoso. Los hinchas de Boca le debemos mucho, pero en la última gestión, futbolísticamente no le fue bien. Y entendí que era un proceso terminado.

-¿Lo despidió antes del partido con Vélez de local para evitar que "la Bombonera hablara"?

-No. No quise evitar nada. Una vez que tomo una determinación. Yo no puedo pensar si una persona tiene que despedirse o no. Tengo que pensar lo que creo que es lo mejor. Y repito, me puedo equivocar. Ahora después, el que me puede juzgar por mis determinaciones es el socio a la hora de votar y fui a una elección y el socio me renovó su confianza.

-¿Y su relación con Riquelme?

-No tengo relación, pero sí hablo.

-Con Román siempre tuvo una relación de tensión.

-Sí. Pero hablamos para su partido homenaje. Vamos a poner las instalaciones para esa fiesta.

-Se lo señaló por el dinero que gastó en refuerzos. ¿Deberían haber estudiado más el mercado?

-Esto no es matemática ni una ciencia exacta. En algunas acertamos, en otras, no. Hay veces que tenés que tener suerte en las contrataciones. Tuvimos dos aciertos, con Calleri (Jonathan) y Pavón (Cristian). Al primero lo compramos por US$ 1.000.000 y lo vendimos en 12 millones.

-¿Habló con Centurión?

-Hablé con Guillermo, le pregunté qué tenía pensado hacer y le dije que iba a respaldar su determinación. Le pedí que le transmita que no hay una segunda oportunidad. Uno también va aprendiendo. A mí me pueden decir que me equivoqué con Osvaldo. Yo sigo pensando que es un gran jugador. Cómo está en su vida emocionalmente, qué pasa afuera, a uno lo escapan esas cosas. Es verdad que tienen antecedentes y hay veces en las que uno peca porque cree que en Boca van a cambiar. Pero hay personas a las que les cuesta cambiar.

-Cuando ve lo que pasó con la AFA, ¿qué piensa?

-Hubo una gran incapacidad de los dirigentes de dejar los odios personales. Yo soy parte de la dirigencia del fútbol argentino. Todos sabemos lo que se hizo mal. No hay que ser demasiado inteligente. En el mundo juegan 18 o 20 equipos. Nosotros fuimos a 30. Somos un país exportador de jugadores e hicimos un torneo largo de febrero a diciembre. A mitad de año, ¿quién va a vender? La mayoría necesita vender jugadores para equilibrar su presupuesto.

-Pero, ¿cómo se soluciona? Los dirigentes son los mismos y la cultura es la misma.

-En el fútbol internacional hubo una crisis importante. Empezando por la FIFA y la Conmebol. Hay dirigentes y empresarios detenidos o con arrestos domiciliario. Creo que eso es una oportunidad. La FIFA lo tomó: empezó a reformar sus estatutos. La Conmebol también. Acá están intentando lo mismo.

-¿Quiere presidir la AFA?

-No en esta etapa. Tengo un compromiso: hasta el año 2019 estoy acá. Después, no sé. Nunca me puse objetivos largos.

-¿Se arrepiente de haber renunciado dos veces a la AFA?

-La primera tal vez sí, la segunda no porque era un proceso que se veía venir. En la AFA es todo "siga, siga". Si uno tiene en la selección un sponsor que es Claro, no se puede pagar servicio por celulares con contrato con Movistar. Porque no lo haría en mi club. Para contratar a Coca Cola, o Huawei o Banco Francés, no necesito que lo haga nadie por mí, soy Boca. Y la AFA es la AFA y tiene al mejor jugador del mundo.

-¿Se desaprovechó la influencia de Messi?

-Creo que hubo una mala gestión y estoy convencido, por los números, de que administrando bien, la AFA da superávit.

-¿Siente desilusión con el mundo del fútbol?

-Con la AFA sí, porque me doy cuenta de que no cambia nada. Nos vamos a reunir por la Súper Liga y estoy seguro de que va a salir. Le dediqué muchas horas a eso.

-¿Por qué no se aprueba?

-Porque hay intereses para que no salga. Y porque hay dirigentes que se preocupan más por saber cuánto va a cobrar el vecino que ellos. Si uno cobra más es porque genera más.

-También dicen que será una Liga para Boca, River, San Lorenzo.

-No es así. Incluso, creo que en los próximos dos años Boca va a cobrar lo mismo. Después vamos a cobrar más, seguro, porque lo merecemos.

-¿Cómo maneja la situación de tener en la tribuna a Di Zeo (Rafael) y a Martín (Mauro)?

-Es parte de la realidad del fútbol argentino. Yo no los traje al fútbol. Creo que es una decisión política. Lo dije con el anterior gobierno y lo digo con éste, que es amigo. La potestad la tiene el Estado. Sigo viendo mal que los presidentes de los clubes tengan que poner el derecho de admisión. Mientras vengan cada 15 días y se paren en la segunda bandeja sin transgredir ningún artículo del estatuto, no soy el que tiene que ver lo que hacen cuando no vienen. Los conozco desde hace años.

-En una nota.

-(interrumpe) Hice lo que creí que tenía que hacer. Cuando llegué al club, los viernes el quincho estaba tomado. Ya no están. Estaban todo el día en la confitería; no están más. No los vas a ver pasear como antes. Ni en la pileta, ni en ningún lado.

-¿Entonces ya no están?

-Los días de semana, no. Podrán venir los que son socios. Y después vienen los días del partido. Son socios. Repito: los hermanos Di Zeo mandaron una carta documento y yo no los hice socios. Pero si viene una orden judicial, yo la acato.

-Cuando no está en Boca, ¿qué le gusta hacer?

-Estoy en mi casa. Voy cada tanto a las empresas que tengo. Me siento un rato en mi sillón. Cada tanto salgo a pescar; menos, pero lo hago. Viajo y lo pago todo de mi bolsillo, incluso, cuando lo hago por el club. Soy un presidente distinto. No uso auto del club, no uso el teléfono del club ni la tarjeta corporativa del club. No vine a Boca para sacarle nada.

Pide un último cigarro. Lo enciende, se tira sobre el sillón y le baja el volumen a uno de sus dos Iphone. Su agenda le exige continuar con otras tareas.

-¿Macri participa de lo que pasa acá adentro?

-No. Confía. Cuando sale un tema particular, a lo mejor lo charlamos, él me pregunta, hasta por un jugador. Más como hincha que otra cosa. Dentro de lo que es el macrismo en el club, Mauricio es el jefe. En nuestra agrupación lo escuchamos. Confía y delega. Si no me hubiera tenido confianza. Yo no soy de su partido, soy afiliado al partido radical. Muchos dicen que me debe querer mucho, porque me dio lo que más quería, que es Boca. Hablamos de igual a igual, por esa cuestión que te da el hecho de que yo no vivo de la política.

"En 52 años nunca fui a un juzgado a declarar por nada"

Desde que asumió Mauricio Macri como presidente de la República, Daniel Angelici debió acostumbrarse a esquivar acusaciones que poco tienen que ver con el mundo de la pelota. Como hombre vinculado a la Unión Cívica Radical, asegura que siempre tuvo relación con la política, pero que por el momento no piensa participar de ella.

-Cuando los golpes vienen desde la política nacional, ¿le generan más incomodidad?

-No te digo que me agrade, ni que uno se acostumbre a esas cosas. Pero no puedo evitar que hablen.

-Eso es verdad, pero cuando las críticas llegan desde.

-Mirá, pueden decir muchísimas cosas mediáticamente o en off. Pero hasta hoy, no sé mañana, en 52 años que tengo nunca tuve que ir a un juzgado a declarar. Espero seguir así.

-Pero, ¿por qué aparece usted en medio de acusaciones?

-Aparezco porque soy una persona que hace política desde hace 30 años. Porque en todos los gobiernos hay internas, soy una persona allegada al presidente, le doy mi opinión en los temas que creo que conozco. Pero se dicen muchas cosas que no tienen sustento. Escribieron un libro (se llama El Tano), malo, muy malo. Ni tengo ganas salir a contestar. Hacerlo hubiera generado publicidad sobre ese libro. Era más fácil si el que lo escribió me llamaba y me preguntaba las cosas. Podría haberle dicho qué estaba bien y qué mal.

-Pero es extraño que las críticas lleguen de alguien cercano al Gobierno, como Carrió, justamente sobre un amigo del presidente de la Nación.

-No lo puedo evitar. ¿Lo hizo conmigo solo? Me preocuparía si fuesen sólo para mí las críticas sistemáticas. Pero ha dicho cosas sobre intendentes, el jefe de la policía, la vicepresidenta de la Nación. Según en la semana cómo se levante. Y bueno, cada tanto me toca a mí.

-Trata de minimizar lo que dicen de usted pero, ¿cómo reaccionan los suyos frente a frases como la de Elisa Carrió en la que dice que "Angelici es el nuevo Báez de este gobierno"?

-Mi familia me conoce, mis amigos también, mis hijos saben bien cómo soy, mi señora también. Tengo los mismos negocios desde hace 30 años. No hice negocios en la Ciudad mientras Mauricio fue Jefe de Gobierno. No pienso hacer negocios, porque no lo necesito, mientras él sea presidente. Los negocios que tengo, los tengo todos desde hace más de 25 años.

-¿No siente la necesidad de aclarar las cosas?

-¿Qué? ¿Tengo que andar explicando cada vez que alguien me acusa de algo? En una democracia, entiendo que si alguien descree de otra persona tiene que ir a la Justicia y llevar las pruebas. Pero cuando vas a leer las denuncias no dicen nada y en otras tantas no figura ni mi nombre.

-Después de Boca, ¿su futuro está en la política?

-Me lo ofrecieron varias veces.

-Algunos lo ven siguiendo el mismo camino que Macri.

-No se repiten las historias. Esas cosas siempre salen mal. Mauricio fue exitoso en cada lugar que estuvo. Como argentino y amigo, deseo que le vaya bien. Tiene capacidad, trabaja y tiene suerte, que también es muy importante.

-¿En la política dónde se ve?

-En algún lugar de gestión. Realmente no me veo en el ámbito legislativo. No tengo vocación de ir a una cámara a legislar.

Qué dijo Angelici sobre la expulsión de Tevez en el partido de Boca ante Belgrano. Angelici lamentó la roja a Tevez; recibió tres fechas de sanción

Como consecuencia de su insulto al árbitro Germán Delfino, Carlos Tevez recibió una sanción de tres fechas y se perderá los encuentros ante Godoy Cruz, Quilmes y Tigre. Recién volvería en la 6° fecha, ante Sarmiento, en la Bombonera.

-¿Siente que se dio un gusto al traer a Tevez?

-Trato de no darme gustos personales como presidente de Boca, sino hacer lo que creo es bueno para el club. Con Carlos siempre tuve una buena relación y estuvimos en contacto. Cuando vi que él tenía intenciones de volver, avancé. Si no, era imposible traerlo. Estoy contento que esté acá y sostengo que hoy es el emblema del club. Podría estar jugando en Europa y lo disfrutamos nosotros los hinchas de Boca. Y hay que entender que es un ser humano y puede equivocarse, que puede tener buenos partidos y otros no tanto, o cometer errores como el del domingo. Siempre digo que el jugador profesional, cuando está en la cancha, con 50 mil personas y las palpitaciones a mil, puede cometer errores. Lo importante es que los sepa reconocer. Pedir disculpas, reconocer que se equivocó. Tampoco entiendo que se hable más de la suspensión; antes hay que destacar que Boca jugó bien, que nos quedamos con diez y se ganó. Hay que acostumbrarse a la prensa argentina, que no es fácil, tampoco.

-¿Siente que Carlos se va a quedar en Boca o que puede irse, o incluso retirarse en breve?

-Son determinaciones muy personales. Me parece que va a seguir jugando, pero no es fácil jugar en la Argentina. Estuve con él afuera y era otra cosa. Fui a cenar con él en Italia e Inglaterra y no sufría el acoso que vive acá. ¿Vos te crees que en Europa hoy estarían pensando en cuántas fechas le van a dar? ¿O sería más importante el gol que hizo, que sirvió para empezar a ganarle a Belgrano? Esas cosas desgastan. Y si fuese él, sin dudas que me fastidiaría que se hable siempre de esas cosas negativas y no de las buenas. Acá vende más el puterío que las otras cuestiones. Si un día Messi dice que se cansó y que no quiere jugar más en la selección, todos lo señalan y piden llamarlo. Y cuando está, lo critican porque no ganó nada.

La Bombonera:

La falta de espacio en la Bombonera y la posible construcción del nuevo estadio son temas ásperos en la charla con Daniel Angelici . No porque se incomode al tratarlos, sino porque es consciente de que la sola idea de jubilar el temblo xeneize es un asunto muy sensible para el hincha de Boca .

-¿Cómo va a resolver el problema de la falta de espacio de la Bombonera? Hay un montón de hinchas que no están de acuerdo con un posible nuevo estadio.


-Cuando decís "un montón de hinchas" te referís a los que se expresan, porque hay muchos que no se expresan y están de acuerdo.

-De acuerdo. No será unánime, pero hay una buena porción que no quiere jubilar a la Bombonera

-No es una buena porción tampoco. No llegan al 30%. En cada año de gestión hicimos encuestas y siempre lo preguntamos. De acuerdo a los sectores, te das cuenta cuál es el resultado. Si uno encuesta a alguien que hace 20 años tiene su platea, ese no quiere cambiar. Si las encuestas las planteas con alguien que no está y quiere otro sistema, cambia de opinión. En la popular y los socios adherentes, todos quieren su lugar. Lógico.

-Entonces, ¿qué se hará?

-Vamos a hacer el último intento para comprar las dos manzanas que están detrás de los palcos. Creo que vale la pena agotar el tema y hacerlo público, con un escribano que verifique todo y con la cantidad de socios que quiera venir a acompañarnos. Sino después queda todo en chamuyo y se usa sólo para hacer campaña. Ojalá cambie, pero me imagino cuál es el resultado, porque se hizo muchas veces esto de intentar hablar con los vecinos. No lo inventé yo, sino que es un asunto que lleva más de 30 años. Desde la época de (Antonio) Alegre. Vamos a ir con una propuesta seria. Con una palabra de un crédito del banco Nación, para que les pague directamente el banco, y Boca tomaría el crédito.

-¿Y si no prospera?

-Si ese camino se agota, voy a hacer el plesbicito, con dos focos claros: o nos quedamos cómo estamos o vamos con la propuesta nuestra de hacer un estadio nuevo con capacidad para 80.000 personas.

-¿Con 80.000 se resuelve? Porque Boca tiene más socios que esa cantidad

-Sí. Se resuelve. Vengo de estar en Benfica. Ells tienen un estadio para 65.000 espectadores. Y los dirigentes me dijeron que tendrían que haber hecho uno con 45.000, porque más allá de los clásicos, después tenés que llenar todos los días esas localidades.

-Según el sponsor para esa supuesta inversión, ¿puede cambiar el nombre de la cancha?

-Por ese tema del naming siempre hay interesados. Es una parte.

-¿Pero hay alguien que quiera invertir en un estadio para 80.000 personas?

-Lo podemos hacer nosotros.

-¿No se necesita alguien que los financie?

-La financiación no es un problema. Sé que no es fácil. Sé que si el socio decide asumir ese emprendimiento, sé la responsabilidad y sé todos los obstáculos que voy a tener que atravesar.

-Eso excedería su mandato.

-Que lo inaugure otro presidente, no me importa. Lo importante es que quede. Tengo en claro que no es fácil, que tengo que pedir en la legislatura un cambio de leyes, con doble lectura de 40 votos. Sé que voy a estar al menos dos años con los amparos y las cautelares que van a poner los socios que no están de acuerdo, con los vecinos que no lo quieren. Que tengo que sortear y trabajar el tema del impacto ambiental. No es que yo desconozca hacia adonde vamos. Voy preparado. Está todo estudiado. Tuvimos muchas reuniones y hay una comisión que se reúne cada quince días haciendo evaluaciones, viendo las posibilidades dentro de la Bombonera. Vamos a ir a la legislatura. Porque el año próximo entra en vigencia el tema de poner asientos en todos los estadios y se nos va a empezar a complicar. Lo más fácil para mí sería hacer la plancha. Pasar los tres años que me quedan, invertir en el plantel, ganar campeonatos y después ver qué pasa con la capacidad del estadio.

¿Y entonces por qué está tan enfocado en este tema?


Porque estoy convencido de que si el club quiere progresar, tenemos que tener más capacidad. Primero por los hinchas, porque es injusto que se queden tantos socios afuera. Y cuando ves los números, el 65% de los ingresos del club provienen de la cuota social y de los abonos. Si nosotros duplicamos la capacidad de abonados, trasladas esos ingresos al plantel. Para traer jugadores o para retenerlos.

-Hubo propuestas, con presentación de posibles planos. ¿Quedaron descartados?

-Convocamos al presidente del Colegio de arquitectos, acercaron la propuesta de un esloveno. Vino un arquitecto que vive en Nueva York y trajo una maqueta. Son todos proyectos que hoy están en análisis. El proyecto que cerraría es el de comprar esas dos manzanas. Comprando eso, podés cerrar la Bombonera. Sino, la inversión es muy grande. Invertir 200 o 300 millones de dólares para jugar dos veces al mes, no lo haría nadie. Sería más barato alquilar que hacer esa inversión. Sí entiendo que todos los estadios de la Argentina necesitan, por temas de seguridad e infraestructura una fuerte inversión. Eso no tengo dudas. La mantención del club es altísima. Se inauguró en 1940 y hay problemas que no los solucionás. Cada vez que llueve hay goteras. Levantamos, arreglamos, pero no hay una solución de fondo.

-Si hubiera un estadio nuevo, ¿para qué queda la Bombonera?


-Para recitales. Para jugar algún que otro partido de menor convocatoria. Para hacer el equipo de las leyendas de Boca y darle continuidad a eso. Así como nosotros fuimos a Italia, que venga Juventus. Hacer distintos eventos. Se puede hacer un gran Museo, que serviría para generar ingresos muy importantes. Uno decide priorizar lo que cuesta mantener el campo de juego. Pero con cada recital te quedan limpios 200 mil dólares. No hay muchos lugares para hacer recitales en la Ciudad de Buenos Aires.

-Las voces en contra del estadio nuevo dicen que se perderá la mística.

-Eso no se explica. Se siente y yo también la siento. Pero uno quiere progresar, y todos los clubes del mundo que progresaron, se trasladaron o hicieron estadios nuevos. Sino van a pasar 50 años más y va a quedar todo igual.

Fuente: La Nación Deportes Por Diego Morini & Pablo Lisotto




 

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