Feliz Cumple Román! 38 años del hincha que mejor jugó al futbol en Boca Juniors
Gracias por tanto! |
En 1978, un día antes de la primera conquista argentina en una Copa del Mundo, nació en Buenos Aires Juan Román Riquelme. En efecto, el 24 de junio de aquel año, el hogar de la humilde familia Riquelme recibió a uno de los once hermanos.
Feliz cumple genio. Gracias por tanto y perdón por tan poco, no por nosotros, si no por algunos parásitos que se ponen sobre Boca, aunque de la boca para afuera siempre digan lo contrario.
Ojala se cumpla esa máxima que siempre decís que expresa que "El tiempo siempre pone las cosas en su lugar"
Títulos locales:
1- Torneo Apertura - Boca Juniors - 1998
2- Torneo Clausura - Boca Juniors - 1999
3- Torneo Apertura - Boca Juniors - 2000
4- Torneo Apertura - Boca Juniors - 2008
5- Torneo Apertura - Boca Juniors - 2011
6- Copa Argentina - Boca Juniors - 2011/12
Títulos Internacionales:
1- Copa Libertadores - Boca Juniors - 2000
2- Copa Intercontinental - Boca Juniors - 2000
3- Copa Libertadores - Boca Juniors - 2001
4- Copa Intertoto de la UEFA - Villarreal - 2003
5- Copa Intertoto de la UEFA - Villarreal - 2004
6- Copa Libertadores - Boca Juniors - 2007
7- Recopa Sudamericana - Boca Juniors - 2008
Títulos con la selección argentina:
1- Sudamericano Sub-20 - Selección Argentina Sub-20 - 1997
2- Copa Mundial Sub-20 - Selección Argentina Sub-20 - 1997
3- Torneo Esperanzas de Toulon - Selección Argentina Sub-23 - 1998
4- Oro Juegos Olímpicos - Selección Argentina Sub-23 - 2008.
La historia de su descubrimiento, sus primeros pasos y la personalidad de Riquelme moldearon al Riquelme de hoy. Por Goal.com
Su viejo iba a jugar y él lo acompañaba. Tenía seis años. Se fueron al entretiempo y llegaba el momento glorioso para cualquier nene: ir a patear hasta que los grandes decidan volver a ocupar sus puestos.
¿Este pibito quién es?
Era un domingo cualquiera, en José C. Paz. Jugaba la Sociedad de Fomento del barrio y Jorge fue a ver el partido. La mamá lo llamó a comer, porque había que almorzar en familia, y volvió a la casa. Pero se tenía que sacar esa duda. Y volvió, pero el pibito no estaba más. Sólo quedaba el Tano , que manejaba el buffet, y no sabía bien qué era lo que quería Jorge, pero le dio los datos poco precisos que tenía: el equipo se llamaba San Jorge, de Villa de Mayo o Polvorines.
Jorge partió en búsqueda de ese club que nunca existió. Ya era lunes, cerca de las siete de la tarde, y relacionó todo: San Jorge era una villa que él había recorrido cuando estaba en el ejército, en Don Torcuato. Sin pensarlo dos veces, allá fue. Caminó entre la vía y las construcciones precarias, cabeza en alto y sin preguntarle nada a nadie. Hasta que llegó al fondo y encontró a unos chicos jugando a la pelota. A esos sí les preguntó.
- Che, ¿hay un equipo que se llama San Jorge acá?
- Sí, el equipo de los grandes.
- Y hay un pibito que juega bien, que la rompe. ¿Es hijo de uno de ellos?
- El hijo de Cacho... Juega re bien ese.
- ¿Y cómo se llama?
- Román.
Ahí lo volvió a ver. Román no respondía. Con cara de nada y un apego a los suyos que no le permitía alzar la voz ante un desconocido . Que, encima, no sabía para qué lo buscaba. Jorge habló, sin saberlo durante media hora, con el padre de la tímida criatura. Le dibujó la situación, le habló de Ferro y tibias promesas que eran mentira: lo quería para su club de baby.
Era imposible separarlo del padre. Le costaba despegarse, salir de su entorno y meterse en otro. A Jorge Rodríguez le costó tres años entrar en confianza con él. Iba a jugar una vez sí, otra no. Era introvertido. Demasiado introvertido. Amigo sólo de sus amigos y muy compañero de su familia.
Fue saliendo de a poco y empezó a desplegar todo ese barrio que tenía en la cancha del club. Esa desfachatez que tenía para jugar se traducía en simpleza fuera de la cancha. Era un pibe puro . Se hizo querer con sus compañeros. Todos lo aplaudían, lo terminaron llevando en andas en La Carpita. "Siempre fue una buena persona. Protegía a los suyos, siempre fue así. Él es lo que dice ser", contó Jorge, quien hizo un trabajo bien fino para moldear esa personalidad que no iba acorde al mundo del fútbol, en una familia que tampoco le interesaba la plata, los lujos. Y que también lo moldeó para que el pibe de oro fuera lo que tenía ganas de ser y no lo que otros querían que fuese.
Fuente: Goal
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El homenaje de un hincha: Por Tomas Brianza
Un 24 de Junio de 1978, nacía Juan Román Riquelme, un pibito más que se sumaba al barrio de Don Torcuato. Los años pasaban y el pibe se iba poniendo cada más grande. En un campito cerca de su casa, la numero cinco era la más codiciada por la banda de Don Torcuato. El honor y el pesito para la Coca era el premio para él. La cancha era una mezcla de tierra con pasto y si llovía se ponía complicada, pero ganador para él y sus amigos no era un obstáculo. Se jugaba igual.
En esa cancha se armaban partidos atrapantes, los amigos de Riquelme contra la banda de turno que se animara a enfrentar a ese equipito, el cual tenía una ventaja, uno de los jugadores sabía lo que el rival iba a hacer y cuando tenía la pelota en los pies no se la sacaba nadie. No hacían trampa, solamente tenían a Román, un pibe distinto al resto.
Los años seguían corriendo, Riquelme jugaba cada día mejor y por eso llegaba el día de su primera prueba en un club de futbol. La suerte estaba del lado de Argentinos Juniors, el club de la paternal. En la prueba, el pibito de San Fernando cumplía con los requisitos y quedaba fichado en el “bicho”. Sus primeros pasos no eran buenos, no conseguía la titularidad y su posición era volante central. El primer error de los técnicos de las inferiores del conjunto colorado.
Su estadía en Argentinos finalizo en 1996. Boca Juniors iba a la carga y compraba varios jugadores de las inferiores, entre ellos Riquelme. Desde ese día, la vida de Riquelme cambiaría por completo. Sus condiciones atrapaban a Bilardo, técnico del primer equipo del Xeneize, quien lo hacía debutar en La Bombonera en un partido contra Unión de Santa Fe. Su actuación sorprendió a más de uno y ese día fue ovacionado por miles de bosteros.
Desde ese día, Riquelme comenzó a quedar en la historia del club. Sus goles y asistencias colaboraron para que Boca gane más de un título. En cada partido que jugaba el número diez, algo distinto hacía. Era diferente al resto, en lo futbolístico y fuera de ese entorno. Teniendo una personalidad única, hizo que a varios les genere rechazo y ahí comenzar a hablar mal de él. Estas personas, es el día de hoy que se arrepienten de las cosas que dijeron. El 10 jugaba, gustaba y ganaba. La envidia del futbol argentino.
Su paso por Europa fue bueno, siguió deslumbrando gente y con cualquier camiseta jugaba bien. Cuando volvió de su paseo, se puso la diez azul y amarilla, para ganar la libertadores. Muchos dicen que jugo solo, otros que el equipo y los que no lo quieren no dicen nada porque la gasto. En todo momento, partido y circunstancia Riquelme era distinto. Los numero diez históricamente fueron diferentes al resto, Maradona el ejemplo más claro. Diego dejo la camiseta en buenas manos.
Pero todo lo bueno que hacia Riquelme iba a tener un final. Los dirigentes le soltaban la mano al máximo ídolo de Boca, le cerraban el jardín de su casa, le sacaban la diez y obligado se mudaba de casa. El club siempre lo extraño y lo va a seguir extrañando. Los hinchas también, pero los que van a la cancha por su cuenta y no cobran un mango. Porque los que cobran, los que le sacan plata al club no lo quieren. Seguro lo resisten por no darles plata, el prefería dársela a su familia, tan equivocado no estaba. Pero bueno, así finalizaba su etapa en Boca. Triste final por culpa de empresarios que lucran con el club.
En la actualidad lo siguen extrañando, hasta dicen que tendría que volver a jugar los cuatros partidos que le quedan a la Copa Libertadores. Que la conoce a esta competencia está más que claro, y que seguro juega mejor que más de uno que está ahora, también. Riquelme es el máximo ídolo del club, y el que lo critica seguramente habla sin fundamentos. El tiempo le dio la razón en todo, más de uno antes lo odiaba y hoy lo ama. Pero panqueques sobran y los que lo amamos sabemos lo que es. Hoy es su cumpleaños, el 24 de Junio, fecha que tendría que festejarse en su casa, en el templo. Mis saludos a vos en este día, felices 38 años, sos y serás el mejor, dentro y fuera de una cancha. Te quiero con todo mi corazón.
Por Tomas Brianza
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