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El Vasco sigue recuperando jugadores mientras va definiendo el Boca que enfrentara a Huracán

Daniel antes de Osvaldo

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El entrenador boquense Rodolfo Arruabarrena diagramó una jornada de ensayos tácticos divididos en grupos, uno que hizo fútbol en espacios reducidos, otro que efectuó tareas defensivas y el restante un distendido fútbol-tenis. En el trabajo táctico de la defensa titular estuvieron Gino Peruzzi, Daniel 'Cata' Díaz, Marco Torsiglieri y Nicolás Colazo, quienes jugarán el domingo contra Huracán por la octava fecha del torneo de Primera División, donde el 'Vasco' planea poner lo mejor disponible.

Es que Boca volverá a jugar cuatro días después, el jueves 9 de abril en Montevideo, ante el local Wanderers, en un partido válido por la quinta fecha del Grupo 5 de la Copa Libertadores, certamen en el cual el equipo ya está clasificado para los octavos de final.

La intención de Arruabarrena es poner lo mejor disponible contra el "Globo" y también contra Wanderers, ya que en la Copa desea asegurarse ser uno de los mejores primeros de todos los grupos para después definir siempre como local en los cruces de vuelta, a partir de los octavos de final.

El ensayo táctico que paró un equipo con pecheras azules incluyó a los cuatro defensores mencionados, Peruzzi, 'Cata' Díaz, Torsiglieri y Colazo, en el mediocampo estuvieron Marcelo Meli, Cristian Erbes y Pablo Pérez, y arriba lo hicieron el uruguayo Nicolás Lodeiro como una suerte de media punta, más Daniel Osvaldo y el 'Pachi' Federico Carrizo.

Este equipo trabajó en una cancha más angosta y más corta a lo largo, y el 'Vasco' hizo tres variantes, ya que ingresaron el 'Comandante' Andrés Chávez por Carrizo, Leandro Marín por Peruzzi y Jonathan Calleri por Osvaldo.

En otro grupo de trabajo se lo vio entrenar al uruguayo Alexis Rolín, un zaguero que fue adquirido para ser titular (llegó desde el Catania, de Italia, en enero último) y sin embargo aún no pudo jugar ni un minuto por distintas lesiones que se lo impidieron.

El uruguayo hizo fútbol en espacios reducidos en forma normal en un grupo que incluyó a Calleri, Osvaldo, Marín, 'Nico' Lodeiro y el promisorio delantero Guido Vadalá.

En tanto, el chileno José Fuenzalida, al igual que Lodeiro recién regresado luego de haber estado afectado al seleccionado de su país, ensayó en un pelotón que incluyó al 'Pachi' Carrizo, Calleri, Chávez, Federico Bravo y Franco Cristaldo, este ejercicio coordinado por el ayudante Mauro Navas.

Agustín Orión no había practicado durante la semana pasada a raíz de la contractura en la pierna derecha que lo tuvo a maltraer, y recién lo hizo con intensidad durante esta jornada, aunque seguramente en su mente prevalece la inminente sanción de 4 o 6 fechas que le darían por su infracción sobre el uruguayo Bueno, a quien le fracturó la tibia y el peroné.

El arquero fue expulsado en el empate en San Juan (1-1) de la sexta fecha y luego lo suspendieron en forma provisoria, por esa razón no estuvo el domingo en la victoria sobre Estudiantes de La Plata (3-0), equipo ante el que atajó Guillermo Sara.

Las especulaciones dicen que Orión recibirá 4 o 6 partidos de suspensión, de darse esto último se perderá el superclásico ante River, a jugarse en La Boca de la fecha 11, algo que los directivos 'Xeneizes' pretenden evitar.

Otro futbolista que practicó con normalidad en el Complejo Pedro Pompilio fue el zaguero Lisandro Magallán, repuesto de la rotura de ligamentos que sufrió el año pasado, en ocasión del partido ante Defensa y Justicia jugado en octubre.

Por su parte, Fernando Gago, Andrés Cubas y Sebastián Palacios, repuestos de lesiones musculares, intensificaron su puesta a punto y no falta demasiado para que se sumen al plantel y trabajen a la par de sus compañeros.

Boca volverá a práctica mañana desde las 9 nuevamente en el predio Pedro Pompilio y seguramente Arruabarrena definirá el equipo, aunque no variará demasiado de la formación que propuso en el entrenamiento de la segunda jornada de la semana, tras haber goleado a Estudiantes con una de las mejores actuaciones en lo que va del año.

Boca tiene 17 puntos junto a Rosario Central, uno menos que San Lorenzo, el líder del certamen de Primera División.

Fuente: Télam


Daniel antes de Osvaldo. No era glamoroso ni posaba para Armani. Y se tomaba dos bondis para ir de Lanús a La Quemita. Pero distinto fue siempre: "Si no me compra Boca, me voy a Europa", dijo apenas subió a Primera. Cumplió. La historia de un look lindo.

Hubo un Daniel antes de Osvaldo. Hubo un pibe en Monte Chingolo antes de la celebrity con aroma a fragancia europea que conquista hasta las tapas de revistas de espectáculos. Lógico, hubo raros peinados nuevos que ya no son tan nuevos... Pero sin dudas también hubo un futbolista que desde que pateaba tierra en La Quemita sabía lo que quería. Existió un muchacho que “tuvo su época de jugador Armani”, según recuerda su mujer, Jimena Barón, y que después en Espanyol de Barcelona adoptó su apariencia actual, entre hippie y rockero. Aunque previo a eso asomaba el que en la primera época usaba la ropa de sus primos que ya no necesitaban determinadas prendas. Sin embargo, Daniel Osvaldo siempre supo a dónde quería llegar. Y llegó. “Si no me vienen a buscar de Boca, me voy a Europa”, avisó apenas subió a Primera en Huracán y Arsenal ya le había echado el ojo. Arrancó de abajo, y Olé te cuenta su historia.

Sus primeros pasos los hizo en las Inferiores de Banfield y Lanús. Fue poco el tiempo que estuvo en esos clubes debido a que su padre lo llevó al Globo, pese a su fanatismo por el Xeneize. Allí comenzaría una historia especial entre él y el club de Parque Patricios. Llegó con edad de Octava y se percibía que era un distinto en todo sentido, desde todos los ángulos posibles. Quizá el propio jugador lo hacía notar cuando caía con una boina en invierno o cuando trataba de imitar a los más grandes en su manera de vestir. Claro, con una salvedad: como todavía no le daba el cuero para gastarse un mango más en pilchas, compraba ropa de segundas marcas. Igual, eso jamás le hizo bajar el copete, siempre impuso su look.

Dentro de la cancha ya era un atrevido. Sino pregúntele a Ustari, a quien en un Huracán-Independiente, en Quinta, le hizo un gol de novela: gambeteó, tiró la bicicleta de Ronaldo y a cobrar. No es casualidad que imitara al punta brasilero, ya que Osvaldo tiene debilidad por él. De hecho, en aquella época había copiado su corte de pelo y apareció rapado con un jopo. Esa es otra de las cosas que siempre mantuvo: el estilo. Un estilo propio, pero igual le duraban poco los cortes de cabello, ya que todo el tiempo pensaba qué inventar para lucir. Tuvo el pelo largo, rapado después y hasta en una época se tiñó de rubio. Nadie le decía nada, era crack y además humilde y muy querido. “Siempre fue medio loco. El que no lo conoce piensa que es un canchero, pero nada que ver”, recuerda Gastón Monzón. Ni Néstor Apuzzo, actual DT de Huracán y próximo rival, le decía nada. Y qué le puede decir si cuando lo hizo debutar de titular en marzo de 2005 ante Chicago, Danielito la metió.

El hoy delantero de Boca pateó la calle, la caminó bastante. No siempre anduvo en autos de alta gama ni tampoco en otro ploteado con la figura de Maradona. Si de hecho, su primer fierro fue un Renault 9 que entre todos sus seres queridos le pudieron comprar. Pero Osvaldo bien se debe acordar de cuando se tomaba el 179 en Lanús Oeste hasta Pompeya y allí se encontraba con Elías Gómez, el hoy arquero de Barracas Central. En ese punto se subían al 46, ahí en Sáenz frente a la iglesia, o si no al 193 en Perito Moreno. Eso cuando Raúl, su padre, no los llevaba desde el Sur hasta La Quemita en un Dodge 1500 marrón. Tan amigos eran con Gómez que no solamente se juntaban a jugar al pool en un bar de San Cristóbal, sino que además un día se agarraron a trompadas en un entrenamiento pero a la vuelta, fiel a la costumbre, se volvieron juntos en el bondi como si nada hubiera pasado. “Omar De Felippe, que era el técnico, nos quería echar”, hace memoria Elías.

Su relación con el rock es algo que nunca cambió. Siempre fue del palo. Con su amigo Santiago Vilas le gustaba ir a ver a Callejeros y a Los Piojos. Incluso, por su pasión por la música fue que en Italia comenzó a tomar clases de guitarra, esa que agarra en sus ratos libres para tirar acordes de Keith Richards. No tiene mucho tiempo, es cierto, sus compromisos con Boca le copan la agenda. Si de hecho todavía no se hizo un hueco para ir a ver a La 25, una banda que le encanta pese a que una de sus deudas sea conocer a sus integrantes.

La gente de Huracán lo disfrutó poco, apenas unos meses en Primera ya que Europa se llevó su glamour. Pero no hay Quemero que no se acuerde del golazo en la cancha de Racing de Córdoba, o aquella vez en 2007 cuando se vino del Viejo Continente para festejar el ascenso que había conseguido el Globo con ex compañeros suyos como Goltz, Cellay y Sánchez Prette. Nadie se olvida porque hubo un Daniel antes de Osvaldo.

Fuente: Olé



 Apuzzo hablando sobre Daniel Osvaldo en SoyBocaRadio