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River insiste en escaparle a los clásicos verano

Terror en el Barrio de Belgrano

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Passarella, Almeyda y Mancusi amenazan con sus miedos y terrores. Pero esta historia es vieja y conocida...En el 2009 Boca y River arreglaron jugar un partido en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Sin embargo, a pocos días del partido el conjunto Millonario se bajó del superclásico. Desde el club riverplatense argumentaron que la decisión de no jugar el partido fue exclusivamente por motivos de seguridad. Sin embargo, algunos trascendidos indicaron que ni el plantel ni Gorosito pretendían enfrentarse con Boca, por lo que podría provocar una eventual derrota. El tema es viejo y se remonta en el tiempo...

Muchos “revisores de cuentas” de la Era Amateur del fútbol argentino, señalan la suspensión de partidos en ese entonces como un fenómeno indeseable, que justificaba, entre otras desorganizaciones que evidentemente existían, la profesionalización del fútbol.
En esos tiempos solía ocurrir que, cuando las circunstancias así lo requerían, ante una superioridad manifiesta de alguno de los contendientes, expresada en una diferencia abultada en el marcador, o una inferioridad en las fuerzas de uno de ellos, producto de lesiones o expulsiones, se procediera a terminar el encuentro antes de tiempo.
Esto ocurrió por ejemplo el 23 de diciembre de 1928 cuando Boca Juniors, con goles de Domingo Tarascone, Esteban Kuko y Roberto Cherro, en dos oportunidades cada uno, ante una verdadera multitud que dejó una recaudación de $ 15.508, vencía a River Plate por 6 a 0. El capitán del equipo perdedor pidió al árbitro Eduardo Forte la terminación del encuentro antes de tiempo.
Hoy día los clubes cuentan con otros recursos para provocar la terminación prematura de los encuentros, tales como provocar la suspensión de los mismos por desmanes provocados por los llamados “barras bravas”. Esto ocurrió el Sábado, 26 de enero de 2002, casi 70 años después del episodio antes comentado, con motivo de disputarse la Copa Revancha en la ciudad de Mar del Plata. Esa noche se debió suspender el encuentro que ganaba Boca Juniors por 4 a 0 (y pintaba para más goles) por graves incidentes en la tribuna, provocados por los “adictos” riverplatenses.
Igual circunstancia tuvo lugar años después, cuando el mismo River Plate era derrotado por Banfield por 5 goles a 0, en cancha del “Taladro”, y se esperaba una catarata de goles del local. Los hinchas visitantes, ante la superioridad de Banfield, optaron por destrozar la cancha y obligaron a suspender el partido. Estos últimos atropellos no tuvieron sanción alguna por parte de las autoridades de la Asociación del Fútbol Argentino, ni por supuesto, sanción por parte del periodismo, que jamás dejó en claro quiénes fueron los causantes de tales desmanes ni se encargó de tomar posición al respecto.
Ese mismo periodismo fue el que pidió solapadamente la quita de puntos a Boca Juniors, luego de que su cancha fuera destrozada por barras bravas funebreros, el Domingo, 31 de Agosto de 2003 y a pesar que en la cancha el local ganaba cómodamente por 2 tantos a 0. Detrás de este despropósito estaba, como no podía ser de otra manera, la siniestra influencia del mediocre y conflictivo ex – árbitro Javier Castrilli.
Otra de las técnicas empleadas en nuestros tiempos por los jugadores profesionales, consiste en provocar la expulsión deliberada o bien fingir lesiones inexistentes, con el propósito de dejar al equipo con un número de jugadores menor al que permite el reglamento, o sea seis.
El corte de luz también ha sido “provocado” por ciertas instituciones para suspender partidos cuando estos no tenían un desarrollo favorable para el equipo local, aunque esta técnica ha perdido adeptos en los últimos tiempos, debido a la televisación de la mayor parte de los encuentros y los intereses económicos que hay detrás de ella.
Por último la aparición más moderna y ridícula fue la del encapuchado enigmático que pretendió sin suerte hacer que se suspenda el partido o al menos que sus jugadores tengan la fibra necesaria para cambiar el rumbo, cosa que le fue  imposible y cuyo resultado está a la vista.

Distintas voces millonarias hoy quieren suspender los clásicos de verano para evitar la cargada y el folclore popular. Y amenazan con probables desmanes...
Muchachos ustedes se suicidaron solos, no quieran matar al futbol por sus imbecilidades. Si no quieren participar perfectos, háganse grandes y rompan los contratos, haciendo cargo de los daños colaterales. 

Por ultimo ser grande no se hace ni con TyC ni con Olé...se nace, hijo.