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¿Se vienen los contratos por productividad?

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca)

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La coyuntura en la cual estamos todos inmersos, provocarán cambios que más temprano que tarde, van a comenzar a tener efecto en nuestras realidades. O mejor dicho, en las realidades de los futbolistas. Es que los dirigentes del fútbol argentino ya no saben cómo convencer o cómo parar las excesivas necesidades de algunos jugadores de diversión corrida; para esto piensan en lo que serían contratos por productividad, en el cual el jugador que no rinde, no cobra lo que se pacte en el contrato. Pero esto también les ayudaría a resolver otro problema: Que la renovación de los planteles sea cada vez más sencilla, porque en muchísimos casos el futbolista no se va a otra institución, aunque no juegue, porque lo que le ofrecen ganar es menos de lo que venía cobrando. Esta primera idea de algunos directivos iría de la mano con una reglamentación que pueda surgir desde la “nueva” AFA, cuando ya no haya más junta normalizadora.

Las salidas nocturnas de los futbolistas si lo hacen sin control, terminará repercutiendo en lesiones o en bajos rendimientos en el campo de juego. Generando no sólo el fastidio puertas adentro, si no que los hinchas  van a ser los primeros en estallar porque al fin y al cabo, que el jugador no se cuide es una falta de respeto no sólo a la institución, es  mucho más doloroso para la gente, que paga para verlos jugar, pero jugar bien.

Hoy en día, me cuentan, los sueldos y las primas de los futbolistas son muy altas con relación a los premios por lograr ciertos objetivos . Casi que el incentivo por alcanzar un título no tiene tanta incidencia en los bolsillos de los futbolistas como en tiempos atrás para incentivarlos, más allá de la propia gloria deportiva que debería tener un lugar de privilegio en los objetivos finales de los protagonistas de esta historia. Por supuesto que los casos como el de Ricardo Centurión (accidente y  fotos mediante), preocupa a los dirigentes que más allá de hablar, decir o amenazar con sanciones, no causan demasiado efecto en la conducta final.

La multa económica no parece tener demasiado consenso en los mismos directivos porque entienden que en muchos casos serían insignificantes ante los dineros que cobran. Por eso, porque necesitan buscar el compromiso ciento por ciento de los futbolistas durante las 24 horas, comenzó a rondar una idea que sería contratar a jugadores con sueldos y primas relativamente bajos a cambio de premios más que importantes. De esta manera, entienden los dirigentes, habría un mayor compromiso no sólo por la propia economía del futbolista, si no que entre todos en el plantel se comprometerían a no fallarse.

Como pasó, pasa y pasará, es difícil limitar la vida privada de cada jugador a partir de un discurso si no es con hechos concretos. Además, la falta de logros deportivos a pesar del esfuerzo que realizan las instituciones, es uno de los problemas que los directivos quieren resolver porque entienden que hay un gasto económico sideral para lo que finalmente es el poco logro que obtiene el plantel.

La otra cuestión que también preocupa es que se hace cada vez más difícil renovar planteles por distintos motivos. Creen que cuando un club quiere vender a un profesional que no jugó, o jugó muy poco,  ante cualquier oferta el jugador no se quiere ir porque sabe que va a terminar ganando menos dinero que quedándose, a pesar de no jugar. Producto, claro está, de los altos sueldos y primas.

El club comienza a engordar su plantel con futbolistas que apenas juegan media hora por año,  terminan con contrato vencido y yéndose con el pase en su poder. Por lo tanto el club de origen que le pagó altos sueldos y primas por dos o tres años, se queda sin un peso.

Los contratos por productividad van a comenzar a tallar en cualquier momento. En donde las cifras mensuales sean “normales”, para pasar a cobrar millonarios premios si el jugador en cuestión sale campeón, o por el objetivo determinado que se negocie. Y con ello se acabaría con el famoso premio grupal, que luego es dividido  por los propios futbolistas según la participación que tuvieran cada uno de ellos en el logro. El gran tema a resolver es cuándo y cómo arrancar con esto.

Se sabe que es muy difícil armar un plantel en el cual tengas algunos jugadores con contratos muy altos con premios “normales”, y otros con contratos bajos pero con premios millonarios. Habría que hacer un blanqueamiento de todos los vínculos, sin que esto lleve a algún conflicto entre jugadores y dirigentes.

No sé cómo, ni cuándo… Pero quien encuentre la vuelta, quien pueda convencer a un plantel a trabajar de esa manera, el resto se irá alineando detrás de esta idea.

 

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Autor del libro "Con Alma y Corazón". Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además en la inolvidable Asi es Boca.