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Periodismo inquisidor

Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca)

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La conferencia de prensa que brindó Guillermo Barros Schelotto tras el partido con Sarmiento, y el cruce de palabras con un periodista, es una parte más del nuevo periodismo inquisidor que  venimos viendo desde que llegó el nuevo gobierno.

No quiero ni debo hacer ningún análisis político ni quiero confrontar ideas. Cada uno sabrá lo que le gusta y lo que no. Pero sí voy a hablar de periodismo, porque me avalan 28 años de carrera.

No me gusta, no sirve, la actual manera de ejercer la profesión. Pasa en los temas políticos y también pasó el otro día, en la Bombonera. Hay una tendencia nefasta de invitar a una persona para preguntarle y lo único que hace el periodista de turno es bombardearlo, cuestionarlo, crucificarlo. No lo invita ni participa de una conferencia de prensa para sacarse supuestas dudas que son propias y de muchos otros más. Es sencillamente una ejecución dialéctica. Es basurear al entrevistado, es tratar de dejarlo en off side delante de todos, cargando como propio un supuesto triunfo.

En mis 28 años jamás maltraté a un entrevistado. Jamás “obligué” hasta tratarlo de mentiroso  para que me diga lo que pienso. Para que me dé un título. Es cierto, si uno sabe que, por ejemplo, tal entrenador tranzó con barras bravas, si sé que algún político robó, mis preguntas van a rondar indirectamente para que se sincere en la entrevista. Pero jamás voy a descalificar, voy a desoír, voy a desconocerlo como persona porque no dijo lo que yo quise que dijera. Más allá de que esa respuesta que esté esperando sea la verdad, y sepa a ciencia cierta que me está mintiendo en la cara. Y cuando tuve que entrevistar a personas totalmente desagradables para mí, ponía todo mi profesionalismo a prueba, y si finalmente podía evitar ese diálogo, lo evitaba. No por nada nunca crucé palabras con grandes protagonistas de los últimos años en este mundo del fútbol.

El periodismo no es una fiscalía en la cual a un imputado se lo bombardea con preguntas y repreguntas y se le pregunta muchas veces lo mismo para saber si cae en alguna contradicción. No somos jueces que condenamos en 40 minutos de un programa si tal o cual persona es culpable o inocente.

Lo he visto en los últimos reportajes políticos que dieron vergüenza de cómo se menospreciaba, se prejuzgaba  al invitado. Y me dio vergüenza también la conferencia de prensa en Boca porque acá no estoy para defender ni al entrenador ni al periodista. Acá estoy para decir lo que siento. Y sin dudas que hubo una manipulación del discurso para dejar en evidencia al técnico. No hay honestidad intelectual.

Todos sabemos, absolutamente todos, que cuando pasa algo “irregular”, los protagonistas del fútbol lo niegan aunque le pongan un video delante de sus ojos. Lo van a negar. El periodismo hace bien en preguntar, pero no inquirir. ¿Sabías de la reunión de los barras con los jugadores? No, contestó Guillermo. Y ahí acaba la tarea del periodista. En todo caso, quedará en la justicia ordinaria si hay una denuncia, llamar a las personas en cuestión, al técnico, a los jugadores y que cuenten lo que saben. Somos periodistas, no fiscales, jueces ni abogados.

Ahora, si buscamos notoriedad, horas de televisión, horas de comentarios, felicito a ese periodista. Pero no me representa, para nada.

Un periodista, uno verdadero y ojalá que alguno de trayectoria lea esto y me diga si tengo razón o no, tiene que aprender más a escuchar que a preguntar. Si no escuchás, jamás vas a dar con la pregunta o repregunta correcta. Tiene que aprender más a saber qué quiso decir y no quedarse con lo que dijo. Y entender los “no” por “si”, sin necesidad de exponer a los protagonistas porque en este caso de los barras, sabemos que la cuestión puede pasar de una simple advertencia a tal vez, una agresión física.

Es una situación delicada y quienes vivieron esto tendrán que solucionarlo por las vías institucionales correspondientes. Mientras tanto considero que el símbolo del periodista es una lapicera y un papel… Ni mangas blancas, ni toga, ni saco y corbata. Simplemente vamos por la vida reflejando en nuestros medios, lo que sucede más allá del entender del resto de la población. Ni mejores ni peores; simplemente somos transmisores de noticias y de opiniones después de un análisis responsable y con conocimiento sobre el tema.

Se preguntarán, por qué los periodistas saben más sobre algún tema determinado y por qué creemos tener una mayor entidad con respecto al resto de los mortales, porque simplemente vivimos las 24 horas pendientes de esos temas que nos interesan, escuchando, leyendo, estudiando. Y tratando de poner equilibrio, aunque como a cualquier persona, también se nos suelta la cadena.



Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca) 

* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Autor del libro "Con Alma y Corazón". Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además en la inolvidable Asi es Boca.



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