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Los números de Boca bajo la gestión de Angelici

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La grieta de Boca. La dura eliminación de Boca en las semifinales de la Copa Libertadores planteó un nuevo escenario dentro del plantel actual y la presunción de salida de algunos de sus integrantes, con Carlos Tevez a la cabeza, resentida su relación con el DT Guillermo Barros Schelotto y el presidente Daniel Angelici.

El vínculo de lealtad entre el dirigente y el "Apache", que se manifestó en la presentación de su regreso en julio del año pasado y seis meses más tarde con un apoyo expreso para las elecciones del club, se resquebrajó desde la llegada del "Mellizo" en reemplazo del "Vasco" Rodolfo Arruabarrena, al punto que el delantero evalúa el cierre de su segundo ciclo con la camiseta "Xeneize".

El apático partido de Tevez en la revancha con Independiente del Valle de Ecuador, la sorprendente falta de iniciativa para hacerse cargo del penal cuando Boca perdía 3-1 y el retiro en silencio de La Bombonera tras la derrota reflejaron que el ídolo no transita un buen momento en el club.

El delantero intuye que Barros Schelotto llegó con la aprobación de la dirigencia para limitar su poder en la vida boquense, un aspecto que se cuestionó fuertemente durante el ciclo "permisivo" de Arruabarrena. Y esto ya tuvo su manifestación dentro de la cancha, pero principalmente afuera.

"Carlitos" le hizo a Guillermo un llamativo reclamo después del primer partido con los ecuatorianos (1-2 en Quito) cuando advirtió que "(Darío) Benedetto no es extremo (porque), no se siente cómodo en esa posición". En respuesta, el entrenador recordó que el ex Arsenal ya había cumplido esa función en México, con lo que justificó la decisión de mantener a Tevez como centrodelantero.

El "Apache" estaba molesto desde la pretemporada cuando la dirigencia tomó dos decisiones contrarias a sus preferencias. La primera fue no haber hecho uso de la opción por el defensor Fernando Tobio, su principal compinche del plantel.

Boca consideró elevada la cifra pedida por el Palmeiras de Brasil y en reemplazo contrató al zaguero Santiago Vergini. "Es para demostrar que en Boca no se hace lo que yo quiero, de lo contrario Fernando se hubiese quedado", dijo el delantero fuera de micrófono.

En la misma línea, la dirigencia tampoco accedió al deseo de incorporar al delantero Ramón "Wanchope" Ábila, que después de coquetear con Boca durante todo el primer semestre del año, recaló en Cruzeiro de Belo Horizonte.

El descontento de Tevez, quien tiene contrato hasta diciembre próximo, hizo cambiar su idea de retirarse en el club, como pensaba al momento de concretar su regreso con 31 años. Ahora tendría pensado irse del club y los posibles destinos son dos clubes ya conocidos: Corinthians de Brasil, donde fue campeón en 2005, y West Ham de Inglaterra, su primera camiseta en Europa.

“Nadie del staff de Tevez se contactó con nosotros. No hay negociaciones por el momento”, avisó un vocero del club paulista a Télam frente a los rumores que tomaron fuerza en las últimas horas.

Otros dos referentes del plantel tampoco tienen su continuidad asegurada, más allá de lo firmado. Daniel "Cata" Díaz, por caso, no convence del todo al "Mellizo", quien pidió insistentemente por el zaguero paraguayo Gustavo Gómez, al que ya dirigió en Lanús, en el actual mercado. Finalmente, llegó Vergini, un competidor directo para el puesto.

La situación de Orión también quedó en un interrogante después del grosero error en el tercer gol de Independiente del Valle, que sentenció la eliminatoria. Barros Schelotto tiene como preferido a Agustín Marchesín, pero las pretensiones del actual arquero del Santos Laguna estaban lejos de lo que podía pagar Boca.

Una salida ya concretada es la del uruguayo Nicolás Lodeiro a un club de la Major League Soccer en una cifra cercana a los seis millones de dólares. Aparte hay pedidos por Gino Peruzzi (Nápoli de Italia), Frank Fabra (Valencia de España) y Rodrigo Bentancur, que podría marchar a Europa.

Muy probablemente tampoco sigan Marcelo Meli, Sebastián Palacios y Nicolás Colazo. Los próximos días serán clave para definir el futuro de un equipo que sufrió un duro cachetazo y que deberá ganar sí o sí la Copa Argentina para buscar una revancha en la Libertadores 2017.

Por Eduardo Martínez para Télam.



Nuestro pésame y recuerdo: Esta madrugada falleció Alejandro Víctor Giuntini en el Hospital Privado de la Comunidad, donde estaba internado desde hace casi un mes. Al ex jugador de Boca le habían diagnosticado leucemia en 2015. Su familia decidió despedir los restos con un servicio privado. (La Capital de Mar del Plata)



El programa de anoche de SoyBocaRadio



Los números de Boca bajo la gestión de Angelici: más de 50 millones de dólares en refuerzos para intentar volver a Japón. La promesa electoral de presidente para viajar al Mundial de Clubes generó, desde 2012, 43 incorporaciones en una inversión superior a los 54,4 millones de dólares, pero ni con los ídolos pudo; el karma de no volver a Oriente.

Está claro que no hay fórmula que garantice el éxito. Ni en la faceta de los entrenadores ni tampoco en la de los dirigentes. El fútbol es una ecuación capaz de discutir hasta la lógica más pura. Y la eliminación de Boca en la Copa Libertadores generó un sinfín de comentarios y polémicas entre los hinchas en una Bombonera todavía afectada por un resultado adverso, que fueron desde los planteos hasta de la elección de los refuerzos. Pero esta historia tiene un disparador, una frase que hace más pesada cada frustración. Fue la que dijo Daniel Angelici en su campaña electoral durante 2011, mientras el equipo dirigido por Julio César Falcioni se encaminaba invicto a dar la vuelta olímpica en el Apertura bajo la gestión de Jorge Ameal.

"Yo les pido a los hinchas que confíen. Vamos a poner al club entre los cinco mejores del mundo. Les digo que preparen los pasaportes porque vamos a viajar de nuevo para ganar todo". Tras imponerse en los comicios en diciembre de 2011, cada decisión que tomó fue apuntando en esa dirección: Japón. En las elecciones de los entrenadores, las relaciones con los ídolos y, sobre todo, la búsqueda de los refuerzos.

Incluso ahora, tras el golpazo que se dio el equipo de Guillermo Barros Schelotto ante Independiente del Valle, y según averiguó LA NACION, Boca irá por cuatro o cinco refuerzos más. "Hasta ayer, antes de jugar la revancha de la semifinal, estaba el plantel cerrado; ahora no sé, seguramente el presidente volverá a hablar con el técnico y verán", dijo ayer una fuente cercana a Angelici.



El directivo siempre aclaró que no iba a "hipotecar" la economía, pero también reconoció que Boca generaba ingresos suficientes para solventar esas apuestas, entre ventas de futbolistas, TV, socios adherentes... Así fue como trató de cumplir los pedidos de cada entrenador, con la idea fija de "volver a Japón", donde Boca levantó la Copa Europea-Sudamericana en 2000 y 2003 con Carlos Bianchi. Por eso apostó a lo grande en cantidad de refuerzos y en inversión. Desde enero de 2012 hasta hoy, la gestión Angelici incorporó 43 refuerzos y abonó 54.400.000 dólares. También recaudó por ventas, está claro.

Pero a medida que iban pasando las temporadas, el dinero destinado a refuerzos iba generando más ansiedad. En 2012 fue de 7,1 millones; en 2013 de 6,5; en 2014 de 8,4; en 2015 de 18,3, y en 2016 de 14,1. "No es fácil negociar porque cada vez que Boca menciona un jugador la cotización se triplica", suele repetir Angelici en cada receso. No todas las apuestas son en forma definitiva, y menos si los futbolistas vuelven de Europa; hubo 14 de las 43 negociaciones que fueron en préstamo o consiguiendo la ficha de jugador libre (ver arriba).

Algunas apuestas le salieron bien a Angelici en lo económico, como la llegada de Jonathan Calleri por poco más de un millón de dólares. Los dirigentes lo pidieron a cambio de una deuda que tenía All Boys por la cesión de Nicolás Colazo y en diciembre pasado lo vendieron a un grupo inversor por 12 millones de dólares. En lo futbolístico, el traspaso del Nº 9 le generó un dolor de cabeza teniendo en cuenta las inversiones posteriores con Daniel Osvaldo (fue echado del plantel tras el acto de indisciplina en Uruguay) y un Darío Benedetto que costó más de US$ 5.000.000 pero no fue titular en la revancha ante el conjunto ecuatoriano. Calleri tampoco quería ser suplente de Osvaldo y eso empujó al cambio, además.

Cristian Pavón puede terminar siendo la gran jugada de esta dirigencia, pensando que se lo incorporó en poco más de un millón de dólares y acaba de firmarse una cláusula de salida por 20 millones de la misma moneda.

Si se empieza por el final, por lo que fue la participación Xeneize en el último mercado de pases (y con el mundo Boca parado desde una semifinal de Copa Libertadores), se observa que incorporó características puntuales, no nombres rutilantes. Así llegaron Walter Bou, Darío Benedetto, Fernando Zuqui y Santiago Vergini, aunque las prioridades de Guillermo Barros Schelotto estaban depositadas en Guido Carrillo o Silvio Romero, Gustavo Gómez y Guido Pizarro.

Durante la gestión de Angelici, hubo refuerzos que generaron en la dirigencia, los cuerpos técnicos y los hinchas una aceptación casi absoluta cuando se tomó la decisión de ir por ellos, pero luego no respondieron a las expectativas. El mejor ejemplo fue Santiago Silva. El uruguayo había sido una tentación Xeneize durante años, pero al final se fue por la puerta de atrás. Llegó con Falcioni y ganó la Copa Argentina en 2012, pero cuando en 2013 el Virrey quiso recuperarlo y potenciarlo con la contratación de Juan Manuel Martínez (para repetir la pareja ofensiva que había dado vueltas olímpicas en Vélez), no terminaron funcionando ni uno ni otro.

También, en ese rubro, Boca buscó priorizar a los futbolistas que manifestaban sus deseos de regresar para ponerse la camiseta azul y oro. En ese sentido, la lista es larga: Ledesma, Forlín, Monzón, Tevez. El último fue Juan Manuel Insaurralde, que también era pretendido por Newell's. Una vez se dio la situación de que un posible retorno se frustró porque el director técnico ya tenía las características del jugador en el plantel: fue en 2014, con Ever Banega y Bianchi. Al Virrey le gustaba el volante, pero sentía que iba a superponerse con Fernando Gago.

Angelici también buscó volver a Japón de la mano de los ídolos: probó con la fórmula Bianchi DT-Riquelme jugador, apostó a entrenadores de la generación 98/99 como Arruabarrena y ahora Guillermo; también con Tevez. El regreso del Apache fue todo un tema: mientras Angelici dijo que su pase no había costado "ni un euro", a Boca le terminó saliendo 6,5 millones entre el porcentaje por la cesión del juvenil Guido Vadalá y el pago de los derechos federativos a Juventus.

¿Boca se cuestiona la última política de compras? "Como dirigentes estamos conformes con lo hecho en los últimos mercados de pases porque, dentro de las posibilidades, incorporamos lo que pidieron los entrenadores", le dijo ayer a LA NACION Juan Carlos Crespi, dirigente cercano al plantel e integrante del departamento de fútbol.

Más allá de los refuerzos que ya llegaron, Boca reabrirá su carpeta e irá a buscar cuatro o cinco más, entre ellos un mediocampista central, otro volante mixto y un wing. Como se ve, Boca invirtió millones en incorporaciones obsesionado por la Copa Libertadores, pero la eliminación con Independiente del Valle no cambió el foco: es que ahora la prioridad para los Xeneizes será ganar la Copa Argentina, la llave más cercana para clasificarse a la Libertadores de 2017. El mundo Boca todavía no se asimiló el golpe ante el conjunto ecuatoriano que ya empezó a ver de qué forma puede reforzarse para llegar a la Copa del año que viene...

Por Christian Leblebidjian para La Nación Deportes