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Es más fácil mejorar desde la victoria

Por Leandro Valdés @leandrovaldesVM. La opinión del hincha

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Si bien hay varias formas de analizar el partido de ayer, las podemos resumir en dos: 1) Boca tuvo 77 minutos un hombre de más y pateó dos veces al arco;

2) Boca ganó en una cancha difícil, con gol del centroforward, y sin recibir tantos en contra.

Ambas opciones son plenamente válidas. Yo voy por la “2”, desde ya.

También es correcto decir que Boca ganó los dos partidos que jugó por el torneo local luego de la abrupta (e indefendible por las formas, no por los resultados) salida del más exitoso DT de todos los tiempos.

Es que, como dice el título de la nota, es mucho más fácil mejorar desde la victoria. Y eso es el próximo paso. Hay material.

No son muchos los puntos a tocar, y por tal motivo, hay algunas conclusiones que ya se pueden ir sacando. Lo voy a hacer desde los “referentes”

Lo primero es que Gago no siente ser el dueño de la pelota. Parece claro que está más para el primer o segundo pase que para el último. Se le dieron varias chances para hacerlo, pero no lo logra. Así, haber jugado con un doble cinco detrás de él no parece ser la mejor opción. El Vasco Arruabarrena, ayudado por la ridícula reacción de Borja, corrigió eso en el entretiempo. El único jugador capacitado –en cierta medida- para manejar los tiempos y mover el equipo es Castellani. Tampoco creo que deba manejar la pelota parada, es un jugador casi sin gol. Cometió un error que pudo ser decisivo: perdió una bola que terminó en un casi penal de Marín a Cuero. Marín no debe tirarse así en el área.

El Cata Díaz está rindiendo en un buen nivel como segundo zaguero central. Ya no queda mano a mano en el fondo, y puede salir a romper y anticipar (su mayor virtud) por que el rendidor Echeverría le cuida sus espaldas. Además, dejó de tirar ese pelotazo como hacía Samuel en la selección de Bielsa. Así suma.

Orión tiene tantas ganas de jugar que ni un piedrazo en Rosario lo frena. Este es el arquero que queremos, el que salió a romper contra Vélez, el que no habla por la prensa sino rinde en el campo de juego. Contra Vélez cortó dos centros y ya dejó de dar ese comprometedor pase cortito a Díaz o Marín. Y le mandamos un abrazo por el fallecimiento de su abuela.

Vayamos a Gigliotti. Si bien no es referente, juega de 9 e integra la columna vertebral. Ayer hizo el gol de goleador, el que vale dos puntos. Ya es el segundo gol de 1 a 0 que hace el Puma. 4 puntos salieron de su testa. Eso es vital. Le falta aguantar más el balón y participar más en el partido. De todas formas, por el gol, rindió más que Chávez, Martínez y Calleri. En realidad ninguno de los puntas tuvo una buena actuación.

Dije “puntas”. Bueno, hablemos de Martínez y su apatía. Esperemos que levante. Ya tiene casi 60 partidos en Boca y es difícil encontrarle puntos sobresalientes en sus varias participaciones. Así como Orión y Gago se muestran más activos que con el DT anterior, uno espera que Martínez empiece a jugar y justificar esos U$S 3.250.000 que costaron la mitad de su pase, sumado a jugosa prima que debe cobrar. Por gastos como ese –y necesidad de recursos para hacer las obras de Ezeiza- Boca prescindió del Museo y cobró casi todo el cachet en un corto período, por ejemplo.

Quien bajó el nivel es Carrizo, jugador que cambia varias veces de andarivel por partido. Pero no tengo dudas que es algo pasajero, le sobran condiciones y algo fundamental: tiene hambre de gloria. El activo rol de Meli le quita protagonismo, pero es una importante opción por los costados, sobre todo por el izquierdo. La derecha la aprovecha Marín.

Dejo para el final al análisis al querible Vasquito. De entrada puso dos apellidos que parecen quedarse para siempre entre los 11: Colazo y Meli. Los jugadores ayudaron, corren, meten, presionan. Hay detalles que hablan por sí solos: el tercer gol de Estudiantes fue un offside de casi cuatro metros y los jugadores lo asumieron como nada. Ayer se indignaron por un offside (bien sancionado) en la última jugada del partido contra Olimpo, que tenía 9 hombres. Nuevamente me quedo con la segunda opción.

Arruabarrena fue muy inteligente y decisivo con los cambios con Vélez y con Olimpo. Vio por dónde ganar. Creo que se equivocó contra Central, los tres que entraron rindieron menos que los que salieron. Se entiende la necesidad de variantes: hay que repartir cargas, minutos y hasta hay que recuperar a Martínez.

Pero no importa, el primer tiempo jugado en Rosario es mucho más que una bocanada (RIP Cerati) de aire fresco. Es el Boca que todos queremos y vimos que ello es posible. Sobra la fe, el aliento jamás estuvo en duda.

Por Leandro Valdés



*Leandro Valdés es escritor y hace poco publicó el libro  "Los verdaderos mellizos de la Boca" de editorial Corregidor. Además es abogado y esta engalana el Staff de SoyBocaRadio.