Si uno no tiene nada bueno para decir, lo mejor es llamarse a silencio
La opinión del hincha. Por Federico Ribó |
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Lo que escribo a continuación está motivado por el agravio que me generó leer la columna del Sr. Bertolotto publicada el día de hoy en Clarín, de la que apenas considero necesario citar un par de párrafos.
"Riquelme desde que alcanzó la elevadísima estatura de ídolo y desde que unos cuantos (desde técnicos complacientes y oportunistas hasta dirigentes sin personalidad) le permitieron en el club hacer y deshacer a su manera. Así construyó su imperio."
A dónde Sr. Bertolotto? Ischia, DT con el que Román se llevaba bien fue echado del club cuando todavía tenía contrato. Basile, íntimo amigo de Román duró 6 meses en el club. Bianchi, su padre futbolístico duró apenas 1 año en su función como manager. Borghi, otro DT que siempre lo elogió y que juega con enganche, duró menos de 6 meses. Cagna, candidato a DT antes de ser confirmado Alves, sufrió la baja de su candidatura justamente por considerar la dirigencia como una “debilidad” el haberse comunicado con Román para desechar los rumores de una supuesta incompatibilidad. Jugadores con lo que se llevaba bien (por poner unos pocos ejemplos Ibarra, Javier García, Matías Giménez, Méndez) fueron echados del club por la puerta de atrás sin mayores miramientos ni pensarlo dos veces.
Por el contrario, Palermo su "supuesto enemigo" siguió jugando hasta cuando quiso, aún cuando las piernas ya no le daban.
Cáceres, después de pelearse públicamente con Román siguió jugando durante más de 1 año en el club. Lo mismo con otros jugadores con los que tenía poca relación. Falcioni, con quien “aparentemente” no se lleva bien, ya va rumbo a los 2 años en el club, incluyendo el "hacerlo correr como un boludo" hace ya bastante tiempo, a principios de 2011.
Más al grano aún, en las elecciones presidenciales evitó pronunciarse públicamente, aún sabiendo que con una palabra suya podía darle un espaldarazo a cualquier candidato que se presentara. Sin embargo, tomó la decisión más acertada y honesta que podía tomar, la que correspondía, no pronunciarse al respecto. Y terminó siendo electo como presidente el mismo que saltó a la fama hace un par de años por oponerse a la firma de su contrato, apenas un delfín puesto a dedo por una persona que se encarga de ningunear públicamente al jugador en cuanta oportunidad/micrófono tenga a mano, pero que no tuvo remilgos en usarlo como herramienta política para llegar hasta donde está hoy.
Me explica, Sr. Bertolotto que significaría para usted "hacer y deshacer a su manera"? Porque si la opinión de Román prevaleciera por sobre cualquier otra, estoy segurísimo, pero segurísimo, de que estos últimos años del club hubieran sido bastante diferentes a lo que terminaron siendo en los hechos y en la realidad.
Y hasta, probablemente, podríamos haber sumado algunos títulos más en el medio.
Lo curioso es que en la Ciudad de La Plata hasta hace poco teníamos a un jugador que SIN DUDAS "hacía y deshacía a su manera" en su club........ y por el contrario, ¡¡¡¡¡le llovían elogios de todos lados precisamente por ese mismo motivo!!!!!!!
Mientras el grado de injerencia de Verón en su club era bien visto y rescatado como algo positivo desde todos los sectores,...... en Boca cualquier supuesto amago de injerencia de Román era visto como "sobrepasar la autoridad del técnico/dirigentes/autoridades/etc.” y “no limitarse simplemente a cumplir con su rol de futbolista".
Algún día me agradaría conocer el porqué de tanta divergencia de opinión (tanto del periodismo como del medio en general) ante dos situaciones aparentemente similares desde todo punto de vista.
Especulo con dos motivos:
1) Mientras Estudiantes es un club de los no-grandes que, sin intentar ofender, a la gran mayoría no le interesa y por tanto no vende, Boca figura en la primera plana de todos los medios todos los días y por tanto hace falta hablar de cualquier cosa, aun si para llenar espacio eso incluye el rasgarse las vestiduras en base a una moralina barata y mal entendida.
2) Mientras con ELP no existe ningún interés de por medio, el Sr. Billetín macrista mueve gran parte de los hilos mediáticos del Grupo Clarín, bajando línea continuamente para ensalzar las virtudes de los Palermo, Guillermo, gestión macrista/angelicista y demás, y por el contrario bombardear diariamente a Román y sus amigos, con el evidente objeto de influir sobre la opinión pública y/o simplemente terminar cansándolo al jugador como terminó sucediendo (lo del Sr. Gastañaga durante los últimos 3 o 4 años por caso, ha sido repugnante desde todo punto de vista, al punto de ni siquiera esforzarse mínimamente en maquillar sus malas intenciones y su amarillismo barato, sobre todo en lo que tiene que ver con dicho protagonista).
Para terminar, y porque realmente no vale la pena extenderme más por una columna cuyo único interés aparenta ser el querer meter el dedo en la llaga en un momento que es muy doloroso para el hincha (o quizás intentar hacer quedar mal a Román tratando de equilibrar un poco la balanza mediática en pro del macrismo, en un momento en que obviamente la gran mayoría de la opinión pública va a estar del lado del jugador), me remito a la frase "Si Riquelme ama a Boca como dice que lo ama, no hubiese hecho lo que hizo en la previa de una final de América. Riquelme pensó primero en él y después, en Boca. Riquelme no se dio cuenta -o no quiso darse cuenta- de que minaba las últimas reservas de un grupo que ya estaba sostenido con alfileres."
Y ahí es donde directamente termina de desbarrancar por completo cualquier intento de seriedad periodística, porque Riquelme le contó al grupo su decisión DESPUES del partido, mientras que antes solamente lo hizo con Angelici.
Además, por qué “las últimas reservas del grupo estaban sostenidas con alfileres"? Será precisamente por lo mal que se manejaron tanto los dirigentes como el DT con relación a ese grupo de jugadores? Pregunto, ya que leo el periódico diariamente y he notado escasas, sino nulas, críticas para con esas “dos patas de la mesa” y la forma en que se manejaron en relación a varias situaciones en el último tiempo. Por tanto me resultaría curiosa esa supuesta contradicción, asumo involuntaria, entre tanta “bajada de línea” y “discurso oficial”.
En fin, nunca mejor esa vieja frase, si uno no tiene nada bueno para decir, lo mejor es llamarse a silencio.
Sobre todo cuando en el medio está en juego, nada menos, que el dolor de millones de personas.
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